martes, 5 de abril de 2016

La “Herencia Ajedrecística de Alekhine” tal y como yo la veo (XXII)


Con la colaboración de Wolfgang Amadeus Mozart
Hoy: Sinfonía nº 34, K338.

En la 2ª ronda (de 3) del Torneo Cuadrangular de Maestros de San Petersburgo 1913, Levenfish, con blancas, venció a Alekhine, atención, ¡miniaturizándolo! después de una Apertura Colle, en donde Alekhine “curiosamente” dejó desguarnecido a su rey en el flanco de dama, costándole caro tal motivo.

Edgar Colle, autor de una sólida apertura

Ganó el mini-torneo nuestro ídolo del ajedrez tras la última partida “Znosko-Borovsky vs Alekhine”, disputada el 22 de Abril.

La misma fue seleccionada primero por Alekhine para formar parte de su bonito libro nº 1 (de 2) : “Alekhine – Mis mejores partidas – 1908-1923”. También la escogió Kotov para incluirla en el Tomo I de “La Herencia” (publicado en alemán y no en castellano), dentro del Capítulo: “Ataques al Rey”, sección: “Del dominio del centro a un ataque por un flanco”.

Esta fue una excepcional “partida temática” de Alexander Alekhine. ¡Se aprende más pasando una tarde sólo con ella que viendo varios cotejos irregulares en ese tiempo!.

Las partidas selectas están por algo… 

Cuando tienen contenido estratégico como ésta y vienen condimentadas con la táctica, que es el fiel reflejo de una buena lucha de posición, el aprendizaje para el “jugador de club” está garantizado (!?).

Fue una Apertura Española, Variante Steinitz diferida, donde Alekhine hizo uso de una conocida “estafa” (swindle) de Frank Marshall, que sabiamente reflejó el maestro norteamericano luego en un bonito libro:

El gran libro de "estafas" (ajedrecísticas) de Frank Marshall 


Se tuvo que llegar a la partida Reti-Spielmann, Berlín 1920, para solventarse satisfactoriamente, por las blancas, los problemas de apertura.

El "hipermodernista" Richard Reti, también prolífico autor

Pero estamos en Abril de 1913…

Alekhine no temió al progreso de Znosko-Borovsky por el flanco de rey porque podía, a cambio, contragolpear por el centro.

Lo que sucedió después fue que procedió a dominarlo quitándose primero de encima la única debilidad que tenía.

Luego seguiría una auténtica “clase de solfeo”. Una auténtica “sinfonía insonora”.

Tranquilos, queridos lectores, que luego llega Mozart con una pieza que ¡sí suena!.

Mozart y su gran firma

Gracias a su dominio central, Alekhine pudo luego entrar por el flanco de dama (como muy bien señala Kotov en “La Herencia”) con un momentáneo sacrificio de peón que permitió a las piezas negras irrumpir en terreno hostil y cooperar en un precioso ataque directo contra el rey blanco, ataque que se hizo irresistible gracias a un peón pasado que fijó a las piezas enemigas.

La puntilla final dada al rey blanco por los peones  y por la dama negra, ¡fue de libro!.

Toda una auténtica “obra maestra” se había producido del gran genio (por autonomasia) de la combinación.

Alekhine ganó aquel mini-torneo cuadrangular empatado con Levenfish, ambos seguidos, también al unísono, por Duras y por Znosko-Borovsky.

Ahora, aprovechando su periodo vacacional, el genio del ajedrez se iba a ir de viaje, atención, por Alemania, por Holanda, por Inglaterra y finalmente por Francia.

Scheveningen (Holanda) a primeros del S. XX

¡Aquello sí que era “vivir” la vida!. ¿No creen?.

Como “vivir la vida” también es escuchar seguidamente la Sinfonía nº 34 de Mozart, y es que, el que no se consuela es porque no quiere…

Wolfgang Amadeus Mozart:

Sinfonía nº 34 en do mayor, K338.

1. Allegro vivace (7’ 23”)
2. Andante di molto (8’ 43”)
3. Finale (Allegro vivace) (5’ 38”)
 

Compuesta en Salzburgo en el verano de 1780 (Mozart con 24 años).

Mozart interpretado aquí por Böhm

A finales del mes de Agosto de 1780, el encargo de “Idomeneo” ha debido llegar ya a Salzburgo y las negociaciones van por buen camino.
Mozart ve entreabierta la puerta de su prisión (!?) al mismo tiempo que se perfila la perspectiva de escribir  por fin la gran ópera con la que sueña desde hace tanto tiempo.
Evidentemente no escribe una nueva sinfonía para despedirse de la corte o del público de su ciudad natal: está destinada a Munich, a sus queridos amigos, los antiguos instrumentistas de Mannheim.
Desde el primer tema se aprecian sus sentimientos: Alegría triunfal, calma y esperanza; al primer tema en fanfarria responde el segundo tema sobre un ritmo danzante lombardo.
El desarrollo muy inesperado, muy misterioso, muestra una vez más la seriedad que Mozart aporta siempre a sus sueños de futuro, entusiastas también.
Escuchándole en este mes de Agosto de 1780, comprendemos ya el “frenesí” con el que acudirá a las fiestas  del carnaval de Munich algunos meses más tarde…
   
(Si desea “ver y escuchar” la sinfonía que sigue, haga “click” encima de ella):



(Continuará)

Angel Jiménez Arteaga
aarteaga61@gmail.com

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