Con la colaboración de Wolfgang Amadeus Mozart
Hoy: Sinfonía nº
34, K338.
En la 2ª ronda (de 3) del Torneo Cuadrangular de Maestros de San
Petersburgo 1913, Levenfish, con blancas, venció a Alekhine, atención,
¡miniaturizándolo! después de una Apertura Colle, en donde Alekhine
“curiosamente” dejó desguarnecido a su rey en el flanco de dama, costándole
caro tal motivo.
Ganó el mini-torneo nuestro ídolo
del ajedrez tras la última partida “Znosko-Borovsky
vs Alekhine”, disputada el 22 de Abril.
La misma fue seleccionada primero
por Alekhine para formar parte de su bonito libro nº 1 (de 2) : “Alekhine – Mis mejores partidas –
1908-1923”. También la escogió Kotov para incluirla en el Tomo I de “La
Herencia” (publicado en alemán y no en castellano), dentro del Capítulo: “Ataques al Rey”, sección: “Del dominio del centro a un ataque por un
flanco”.
Esta fue una excepcional “partida
temática” de Alexander Alekhine. ¡Se aprende más pasando una tarde sólo con
ella que viendo varios cotejos irregulares en ese tiempo!.
Las partidas selectas están por
algo…
Cuando tienen contenido
estratégico como ésta y vienen condimentadas con la táctica, que es el fiel
reflejo de una buena lucha de posición, el aprendizaje para el “jugador de
club” está garantizado (!?).
Fue una Apertura Española,
Variante Steinitz diferida, donde Alekhine hizo uso de una conocida “estafa” (swindle) de Frank Marshall, que
sabiamente reflejó el maestro norteamericano luego en un bonito libro:
El gran libro de "estafas" (ajedrecísticas) de Frank Marshall
Se tuvo que llegar a la partida
Reti-Spielmann, Berlín 1920, para solventarse satisfactoriamente, por las
blancas, los problemas de apertura.
Pero estamos en Abril de 1913…
Alekhine no temió al progreso de Znosko-Borovsky
por el flanco de rey porque podía, a cambio, contragolpear por el centro.
Lo que sucedió después fue que
procedió a dominarlo quitándose primero de encima la única debilidad que tenía.
Luego seguiría una auténtica
“clase de solfeo”. Una auténtica “sinfonía insonora”.
Tranquilos, queridos lectores,
que luego llega Mozart con una pieza que ¡sí suena!.
Gracias a su dominio central,
Alekhine pudo luego entrar por el flanco de dama (como muy bien señala Kotov en
“La Herencia”) con un momentáneo sacrificio de peón que permitió a las piezas
negras irrumpir en terreno hostil y cooperar en un precioso ataque directo
contra el rey blanco, ataque que se hizo irresistible gracias a un peón pasado
que fijó a las piezas enemigas.
La puntilla final dada al rey
blanco por los peones y por la dama
negra, ¡fue de libro!.
Toda una auténtica “obra maestra”
se había producido del gran genio (por autonomasia) de la combinación.
Alekhine ganó aquel mini-torneo
cuadrangular empatado con Levenfish, ambos seguidos, también al unísono, por Duras
y por Znosko-Borovsky.
Ahora, aprovechando su periodo
vacacional, el genio del ajedrez se iba a ir de viaje, atención, por Alemania,
por Holanda, por Inglaterra y finalmente por Francia.
¡Aquello sí que era “vivir” la
vida!. ¿No creen?.
Como “vivir la vida” también es
escuchar seguidamente la Sinfonía nº 34 de Mozart, y es que, el que no se
consuela es porque no quiere…
Wolfgang Amadeus Mozart:
Sinfonía nº 34 en do mayor, K338.
1.
Allegro vivace (7’ 23”)
2. Andante di molto (8’ 43”)
3. Finale (Allegro vivace) (5’ 38”)
2. Andante di molto (8’ 43”)
3. Finale (Allegro vivace) (5’ 38”)
Compuesta en Salzburgo en el verano de 1780 (Mozart
con 24 años).
Mozart interpretado aquí por Böhm
A finales del mes de Agosto de 1780, el
encargo de “Idomeneo” ha debido llegar ya a Salzburgo y las negociaciones van
por buen camino.
Mozart ve entreabierta la puerta de su
prisión (!?) al mismo tiempo que se perfila la perspectiva de escribir por fin la gran ópera con la que sueña desde
hace tanto tiempo.
Evidentemente no escribe una nueva
sinfonía para despedirse de la corte o del público de su ciudad natal: está
destinada a Munich, a sus queridos amigos, los antiguos instrumentistas de
Mannheim.
Desde el primer tema se aprecian sus
sentimientos: Alegría triunfal, calma y esperanza; al primer tema en fanfarria
responde el segundo tema sobre un ritmo danzante lombardo.
El desarrollo muy inesperado, muy
misterioso, muestra una vez más la seriedad que Mozart aporta siempre a sus
sueños de futuro, entusiastas también.
Escuchándole en este mes de Agosto de
1780, comprendemos ya el “frenesí” con el que acudirá a las fiestas del carnaval de Munich algunos meses más
tarde…
(Si desea “ver y escuchar” la sinfonía que sigue, haga “click” encima
de ella):
(Continuará)
Angel Jiménez Arteaga
aarteaga61@gmail.com
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