Con la colaboración de Wolfgang Amadeus Mozart
Hoy: Serenata “Postillón”, K320; con una Marcha
anterior, nº 1 K335/320a y otra posterior, nº 2 K335/320a.
Proseguimos con el Torneo de
Karlsbad 1911.
En la 14ª ronda, Alekhine pierde
ante Perlis en 49 movimientos.
Luego en la 15ª (de 25) se
enfrenta con blancas a Dus-Khotimirsky, en otra partida escogida por Kotov para
“La Herencia” y de nuevo por el propio Alekhine para su mejor libro.
La partida Alekhine - Dus-Khotimirsky la incluye Kotov en el tomo I (en alemán
y nunca publicado en castellano) dentro de la sección: “Ataques al Rey”, subsección: “El
ataque a un rey que no ha enrocado”.
Dus-Khotimirsky debilitó
innecesariamente la posición de su alfil de dama. Aquello provocó que luego no pudiera enrocarse. Su rey se ubicó en
la casilla “f8”. Para sobrevivir, las negras tuvieron que abrir más su flanco
de rey con …g7-g5, pero luego, como tantas veces sucede cuando corresponde mover
a una determinada casilla una de las dos torres ubicadas en la fila de inicio,
Dus-Khotimirsky no escogió la adecuada continuación que hubiera posibilitado el
escaque “h8” de refugio a su propio rey, hubiendo obtenido con ello mejores
chances defensivas.
A partir de aquel momento,
Alekhine atacó ¡sin piedad! y terminó imponiéndose brillantemente.
En la 16ª rueda, con negras,
Alekhine se impone a Kostic (aquel que luego formara “pareja ajedrecística” en
varios torneos con Capablanca).
Pierde luego en la 17ª jornada
con Richard Teichmann que estaba haciendo el gran torneo de su vida pues
resultó campeón de aquel gran evento, ¡en solitario!, con la fantástica
performance +13=10-2, con victorias “sonadas” frente a Schlechter, Rubinstein,
Nimzowitsch, el propio Alekhine, Tartakower, Spielmann, Kostic y
Dus-Khotimirsky.
Nos llena de satisfacción haber
visto la siguiente partida de Teichmann de aquel torneo aparecida en la prensa
digital de hoy, comentada por el “Maestro de maestros del periodismo
ajedrecístico internacional”, Leontxo García, en el “Rincón de los inmortales” del periódico El País . ¡No se la pierdan!:
En la 18ª ronda, Alekhine hace
tablas en ¡63 movimientos! contra Fahrni, aunque el genio ruso, con damas sobre
el tablero, lo intentó “todo” para conseguir la victoria (!?).
En la 19ª rueda, Alekhine pierde,
con negras, ante Ravinovich, eso sí, en 58 movimientos, pues siempre vendía
cara sus derrotas (!?).
En la 20ª jornada se impone a
Rotlevi, que hizo otro magnífico torneo, quedando 4º clasificado en solitario.
Fue curiosa la manera en que Alekhine entró por el flanco de dama, diríamos que
¡como Pedro por su casa!...
En la 21ª ronda, disputada el 18
de Septiembre, Alekhine gana, con negras, al coriáceo y resistente maestro
checo Duras, clasificado al final con los mismos puntos que nuestro ídolo del
ajedrez. El maestro ruso usó sus alfiles como cuchillos bien afilados, uno
ubicado en “c5” y el otro en “b7” que terminaría lúcidamente estrellándolo
contra un peón blanco “protegido” situado en “f3” (!?).
En la 22ª rueda, pierde con
blancas, ante Leonhardt. ¡Ser o no ser!. ¡Ganar o perder!... ¡¡esa es la
cuestión!!. Resultó muy instructiva la manera en que Leonhardt abriría el
centro en este cotejo.
El gran finalista de torres, ¡uno
de los mejores de la historia!, el maestro Akiba Rubinstein, sería el rival de
Alekhine en la 23ª jornada y consiguió derrotarle en 76 disputados movimientos.
De nuevo la palabra “lucha” surge ¡como el comer! en los torneos de “antaño”.
Este cronista disfruta muchísimo recordando cómo se las gastaban los grandes
ajedrecistas del pasado (!!).
Cuando opina “negativamente” del
ajedrez de élite actual, patrocinado por la FIDE y otros organizadores mal
informados, lo hace pues con ¡perfecto conocimiento de causa!.
¿Y cómo le ganó aquí Rubinstein a
Alekhine?. La respuesta está en la página 199 del bonito libro de Donaldson y
Minev: “Akiba Rubinstein: Uncrowned
King”. ¡Lo que os imagináis!. Rubinstein se impuso en un mágico final de
torres (!?). Presten atención a la manera en que Akiba maneja su rey en aquel
final, desde el centro hasta los confines del flanco de rey enemigo. Aquello
resultaría ser ¡toda una delicia!.
En la 24ª y penúltima ronda,
Alekhine se resarce de la derrota anterior y gana en 43 movimientos a Cohn, en
“aguda” lucha táctica.
Y en la última ronda, la 25ª,
disputada el 24 de Septiembre, con las piezas negras, Alekhine firma tablas con
el “hipermodernista” Aaron Nimzowitsch, autor de los famosos libros de ajedrez,
“Mi Sistema” y “La Práctica de Mi Sistema” (casi más conciso que “Mi Sistema”-!?).
Nimzowitsch había quedado
empatado al final con Marshall en el 5º - 6º lugar.
Habría que decir aquí algo que
nos “ruboriza” a los grandes aficionados, del orgullo que nos produce: Aquellas tablas de la última ronda, de un
torneo que había empezado el 20 de Agosto, se produjeron, ¡atención!, tras la
jugada 70.
Los grandes campeones de antaño
ni se cansaban, ni sufrían fatigas como éstos de hoy (!?).
Y todavía lo tenían más crudo, ya
que comenzaban a pensar con su propia cabeza mucho, mucho tiempo antes que los
maestros actuales, que se limitan ahora a “copiar” sobre el tablero lo que han
visto “tranquilamente” en casa con la ayuda de las computadoras…
Por más que miro, amigos
lectores, ¡no encuentro “paralelismo” alguno entre el espíritu de lucha agradecido (por todos) de antes, con el espíritu de lucha, muchas veces ausente,
de ahora!.
Celebremos pues el 11º puesto (de
26) de Alekhine en el gran Torneo de Karlsbad (Karlovy Vary) 1911, empatado a
puntos con el 8º clasificado y no olvidemos que con sólo 18 años de edad y
¡poquísima práctica internacional!, escuchando la “Serenata Postillón” de Wolgang Amadeus Mozart; porque a este
cronista, cuanto más lee del pasado ajedrecístico más le encanta darle también
la “serenata” a la FIDE y a los
organizadores implicados, máximos responsables de las luchas previas por el Campeonato del Mundo y los propios Campeonatos del Mundo, muy mal planteados en la actualidad,
seguro que por falta de “cultura
ajedrecística”; lo que a este autor, como véis, ¡le sobra! para realzar la
“dignidad” del buen Ajedrez, un juego milenario que no debe ser confundido
nunca con el juego de damas o el parchís.
Wolfgang Amadeus Mozart:
1) Marcha en re
mayor, K335/320a Nº 1 = 4’ 06”
2) Serenata en
re mayor “Postillón”, K320
I.
Adagio maestoso – Allegro con spirito = 8’ 18”
II.
Menuetto = 4’ 10”
III.
Concertante (Andante grazioso) = 9’ 02”
IV.
Rondeau (Allegro ma non troppo) = 6’ 01”
V.
Andantino = 6’ 49”
VI.
Menuetto = 4’ 41”
VII.
Finale (Presto) = 4’ 21”
3) Marcha en re mayor, K335/320a Nº 2 = 4’
18”
Compuesta
en 1779 en Salzburgo (Mozart con 23 años).
Dos
marchas para una serenata
En las interpretaciones de la Serenata
“Postillón”, K320, se ejecutaba también una de las marchas K335, compuestas por
Mozart en Salzburgo en 1779.
A menudo, la primera marcha se interpreta
al principio de la serenata y la segunda al final (en el vídeo que sigue
aparecen las dos juntas).
En la primera, Mozart cita un fragmento
de la ópera “Allesandro nell’Indie” de Johann Christian Bach, mientras que la
segunda está basada en la canción popular “Lustig sein di Schwobemedle”.
La
Serenata “Postillón”
Esta serenata toma su nombre del solo de “trompa
de postillón” del segundo trío del segundo “Menuetto”, el que precede al
“Finale” (en el vídeo aparece en el 34’ 52”).
Trompa de postillón
Acerca de tan curiosa intervención
instrumental existen diversas hipótesis entre las que han prevalecido dos: hay
quien cree que Mozart evocó así la partida de los estudiantes, pues se estrenó
cuando terminaba el curso y, quien opina que el compositor expresó así su
propia partida - ¡tan deseada! – de Salzburgo.
Otro aspecto curioso de esta composición
es la presencia en ella de dos movimientos con importantes partes concertantes
para flautas, oboes y fagots, el “Concertante” y el “Rondeau”, que Mozart
presentó separados del resto de los movimientos en Viena en 1783 como Sinfonía
concertante, cuatro años después del estreno salzburgués.
(Si desea escuchar las dos Marchas y la Serenata que siguen haga “click”
encima de ambas):
(Continuará)
Angel Jiménez Arteaga
aarteaga61@gmail.com
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