Con la colaboración de Wolfgang Amadeus Mozart
Hoy: Marcha K290 junto al Divertimento K205.
Después de su regreso de Hamburgo
a mediados de Agosto de 1910, Alekhine tomaría parte en determinados eventos
moscovitas: Sesiones de Simultáneas, Torneos con “Handicap”, es decir, con
alguna “Desventaja” obligada para el jugador más fuerte; llámese dándole la
posibilidad al contrario de que realice dos movimientos al principio de la
partida, o darle por ejemplo péon de ventaja junto a la salida, o cederle
alguna pieza de ventaja al principio, en fin que hay muchas variedades ideadas
para ello a lo largo de la historia del juego-ciencia. También Alekhine
participaría en varias “partidas en consulta” (entre varios ajedrecistas unos
contra otros al unísono).
El 6 de Mayo de 1911 participó en
un enfrentamiento entre las ciudades de San Petersburgo y Moscú, que ganaron
los primeros (jugándose el evento allí) por 6-3, participando Alekhine en el
primer tablero moscovita y haciendo tablas contra Znosko-Borovsky y
aprovechando la visita a la fuerte ciudad ajedrecística de entonces, también
jugó allí varias simultáneas y partidas en consulta.
A finales de Junio de aquel año,
Alekhine (con 18) partió para Colonia (Alemania) donde proyectaba participar en
un torneo internacional, pero discrepancias con la ciudad de Karlovy Vary que organizaría
otro gran certamen en Agosto, hicieron que al final, no sólo él sino otros
reputados maestros, declinaran su participación en el Torneo de Colonia y
aunaran fuerzas para participar en el Torneo de Karlsbad (como es más conocida
Karlovy Vary).
Alekhine, ¡siempre en jaque!, no
daba su visita a Colonia por perdida, porque también proyectó ir allí para presenciar
“in situ” el bonito combate
ajedrecístico que se iba a disputar en aquella ciudad en los meses de Julio y
Agosto entre el Dr. Siegbert Tarrasch y el maestro austriaco Carl Schlechter,
que el año anterior le había nada menos que igualado un match por el Campeonato
del Mundo a Emanuel Lasker y que como hemos visto en nuestra anterior crónica,
había vencido en el XVII Congreso
Ajedrecístico Alemán que se había disputado en 1910 en Hamburgo, donde Alekhine había quedado ubicado en el 7º lugar.
Aquel match resultó ser un encuentro
duramente disputado y por las normas que tenía, se dio por terminado en empate
tras 16 partidas celebradas (varias, superando los 100 movimientos – ésto lo
decimos para realzar el espíritu de lucha que tenían los maestros de antaño y
que hoy en día muchas veces brilla por su ausencia en los maestros actuales criados a base de “fino” ¡yoghourt!...).
El resultado final fue +3-3=10 y
con Schlechter siempre por detrás de Tarrasch en el marcador parcial,
remontando continuamente.
Hay un gran libro que nos habla
del mismo y de otros grandes matches disputados en aquella época:
Es curioso. Resulta que antes con
muchos menos medios se hacían muchas más cosas que ahora (!?).
Estimados lectores, simplemente
había más sentido del honor y de la responsabilidad entre todos los entes
organizadores. Actualmente hay mucho más dinero para realizar actos públicos que
beneficien social y culturalmente a la población mundial. El problema es que
ese dinero termina casi siempre en manos “privadas” que lo dilapidan…
Un caballero de los de antes con
el sentido del honor "intacto"
Durante esta estancia en Colonia,
Alekhine jugó también varias “partidas informales”.
Con Rotlevi, con Tenner, de la
que años más tarde le fallaría la memoria al maestro ruso cuando encuadró
erróneamente este enfrentamiento con Tenner, en Colonia pero en el año 1907 y
peor todavía, cuando comentando la misma mencionó como movimientos, lo que en
realidad fue desarrollado en una variante descubierta en el posterior análisis
post-mortem entre ambos jugadores. Cierto es que ese análisis era much más
brillante que lo que se jugó realmente en la partida, que acabó en tablas; pero
parece lógico que Alekhine, con el paso de los años sólo se acordara de lo “provechoso”
de aquella partida informal, aparte que antes no existía un control tan
riguroso como ahora de “todos” los cotejos disputados.
Toda esta historia la contó muy
bien el promotor y escritor del ajedrez norteamericano Hermann Helms (que llegó
vivo hasta la época de Bobby Fischer) en una de sus columnas del “Brooklyn Daily Eagle” de 1927, que
luego recogería “hábilmente” Fred Reinfeld, el también prolífico escritor
estadounidense, para publicarlo en su ya mencionado libro sobre Alexander
Alekhine.
Como estáis viendo este cronista
se acerca siempre (lo más posible) a la verdad ajedrecística ojeando todos los
grandes libros históricos que le llegan a sus manos. ¡No puede haber otra
manera!. Lo otro es hacer conjeturas y perdernos en fáciles y muchas veces “arrogantes” opiniones personales, pero ¡poco
objetivas! y que por ello nos deben importar mucho menos.
De aquellas partidas informales
disputadas por Alekhine en Colonia 1911,
en el inicio del verano, hay otra que fue recogida, primero por Alekhine para
su primer libro (de dos) de sus mejores partidas y luego por el propio Kotov
para reseñarla en “La Herencia”.
Fue el enfrentamiento Alekhine-Von Freymann - Partida de
Exhibición durante el Torneo de Colonia a finales de Junio de 1911.
La escogió Kotov para su 2º gran
tomo, titulado “Leyes del Juego de
Posición”, que fue el que se publicó en cuatro libros en castellano y
aparece la misma en el primer librito como partida nº 37, dentro del Capítulo
II – “El ataque en ambos flancos” –
subsección 2ª: “El ataque de las piezas
en ambos flancos”.
Como muy bien señaló Kotov, “fue en ese tipo de maniobras donde aparecía
con todo su brillo la amplitud de los pensamientos estratégicos de Alekhine, la
profundidad de sus pensamientos, lo escogido de su idea combinada”.
Alekhine en aquella época
Se trató de una Apertura
Española, Variante Steinitz. Alekhine planea desde el principio el conveniente
debilitamiento de la estructura típica negra de peones en el flanco de dama:
“c7”, “c6” y “d6”.
Cualquiera de nosotros, los
grandes aficionados, por no entender de “armonía ajedrecística”, hubiésemos
debilitado la cadena de peones negras desde un principio.
Alekhine no lo hace y tiene sus
motivos, que los cuenta a la perfección durante el transcurso de sus
comentarios a la partida. Ejecuta el cambio del alfil de dama negro (ubicado en
“c6”) en el ¡momento justo!.
Luego continuando con la lección
estratégica que nos transmite Kotov en “La Herencia”, Alekhine amaga en el
flanco de dama y provoca con ello el debilitamiento del “triángulo de peones”
mencionado.
Posteriormente Alekhine se dirige
“con soltura” al flanco de rey, donde también fuerza más debilidades obligando
a las negras a comprometer cada vez más su posición, para un poco más tarde
efectuar el “golpe de gracia” que lo lleva a la victoria.
Llegó el momento, queridos
lectores, de que combinen el desarrollo de esta partida con otra obra maestra
de Mozart, ambas al unísono, recogiendo así la fuerza espiritual que las mismas
nos transmiten.
Os aseguro que hacerlo, ¡os
alargará la vida!...
Mozart siempre entre partituras
Wolfgang Amadeus Mozart:
1) Marcha en re
mayor, K290/167AB para acompañar al
Divertimento que sigue = 4’ 44”
2) Divertimento
en re mayor, K205/167A
I.
Largo - Allegro = 4’ 35”
II.
Menuetto = 2’ 39”
III.
Adagio = 4’ 00”
IV.
Menuetto = 2’51”
V.
Finale (Presto) = 3’ 40”
La Marcha K290 “asociada” al Divertimento,
data de 1772, con Mozart componiéndola con 16 años.
El autógrafo del Divertimento K205 se
debe a una mano anónima. No consta en él la fecha de composición, pero cabe
situar su creación en Agosto o Septiembre de 1773.
Según Wyzewa y Saint-Foix, se trata de
una obra de estilo bastante popular que Mozart habría escrito en Viena para una
de esas pequeñas orquestas de músicos ambulantes que daban entonces serenatas
en la calle y en las terrazas de los cafés.
Según Einstein, cuya idea parece más
juiciosa y más fina, este Divertimento habría estado destinado, al contrario, a
ser ejecutado en el jardín de una residencia particular, la de los Mesmer por
ejemplo, para algunos invitados reunidos en un “cenador”.
Para la “Integral de Mozart” de Philips,
que como su nombre indica contiene toda la obra musical de Wolfgang Amadeus y
que este cronista se “precia” de tenerla entre sus mejores “joyas artísticas”,
pues el seguimiento de su vida y obra es también una de sus grandes pasiones
junto con la de los miembros de sus trilogías sagradas de grandes reyes del
ajedrez (más Morphy); este Divertimento K205 estaba destinado a conmemorar la
onomástica (o la boda) de Anna Elisabeth von Antretter, también conocida como
Andretter, miembro de una familia salzburguesa apreciada de los Mozart; cuyos
hijos fueron amigos tanto de Wolfgang como de Nannerl.
El Divertimento fue compuesto bajo la
influencia de Haydn, pues Mozart jugaría sutilmente revistiendo de un carácter
de música popular esta obra mundana.
Para ello la orquesta estaba formada
esencialmente por un trío de cuerdas (violín, viola y violoncello) con dos
trompas obligadas (y un fagot que dobla la parte del violoncello sin variante)
que colaboran en su conjunto a la búsqueda musical con las preguntas
conscientes e inconscientes que se hace un joven de 17 años sobre las
variaciones de su identidad.
(Si desea escuchar primero la Marcha y
luego el Divertimento que siguen, haga “click” encima de ellos):
(Continuará)
Angel Jiménez Arteaga
aarteaga61@gmail.com
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