miércoles, 3 de febrero de 2016

José Raúl Capablanca: A Chess Biography – Miguel Angel Sánchez (XVI)


Capítulo IX: El Campeonato del Mundo de 1921 (I)

Miguel Angel Sánchez investiga muy bien en el libro cuáles fueron todas las condiciones previas que se dieron hasta llegar al acuerdo final entre ambos ajedrecistas.

Capablanca preparó para la ocasión uno de sus famosos libros, el titulado “My Chess Career” (Mi Carrera Ajedrecística) que se caracteriza por ser de fácil lectura con unos comentarios muy amenos del maestro cubano, que siempre fue esquivo a mostrar las largas variantes. El siempre calculaba con un movimiento de antelación, ¡el bueno!.

Este cronista cuando está saturado de tanto cálculo de las computadoras, frecuentemente recurre a él como el que acude a un “elixir” que alarga la vida…

¿Pedagogía? = Este libro

También nos cuenta muy bien Sánchez cuáles fueron los motivos que llevaron a Lasker para renunciar al título aquel 26 de Junio de 1920; así como el esfuerzo posterior de Capablanca para restaurar por todos los medios el match y por fin el “acuerdo final” obtenido con unas muy buenas condiciones económicas que para los momentos de posguerra le vinieron muy bien a Lasker.


Posguerra I Guerra Mundial: 
Los seres humanos destrozan para 
luego construir otra vez encima


El maestro alemán (nacido en 1868) había conquistado el título en el “lejano” año de 1894 venciendo a su entonces poseedor, William Steinitz, por el tanteo de 12-7.

Lasker, a la izquierda, en su match con Steinitz de 1894


A finales de 1896 y primeros de 1897 le concedió la revancha, volviéndole a vencer por 12½ a 4½ pues Steinitz ya estaba claramente en el “ocaso” de su carrera.

Segundo match Lasker vs Steinitz 1896/1897


En 1907 Lasker puso su título en juego frente a Frank Marshall, al que derrotó por un contundente 11½ a 3½.


Marshall, a la izquierda, en su match con Lasker de 1907

Al año siguiente sería el Dr. Tarrasch la víctima (pues ya tampoco estaba en plena forma) y fue vencido por 10½ a 5½.

Lasker, a la izquierda, en su match con Tarrasch de 1908


En 1909, Lasker gana a Janowski por 8-2.

Janowski, a la izquierda, en su match con Lasker de 1909


En Enero/Febrero de 1910 empata a 5 puntos con Schlechter (maestro austriaco considerado el “rey de las tablas”) 
Schlechter, a la izquierda, en su match con Lasker de 1910

y finalmente también a finales de aquel año, vuelve a vencer a Janowski (que tenía un amigo íntimo que era su propio “mecenas”) por 9½ a 1½.

Janowski, a la izquierda, en su match con Lasker de 1910


Así, cuando llegó 1921, el Dr. Emanuel Lasker había estado la friolera de 27 años con el máximo título en su poder, un récord que nadie nunca ha batido (!?).

Si acaso decir que quitando a Capablanca, Lasker debió haberse enfrentado a Akiba Rubinstein como veremos  seguidamente.

1914: Rubinstein, en el centro. 
A su espalda, Capablanca


Aparte de Gran Maestro y Campeón del mundo, Emanuel Lasker era doctor en Matemáticas y sus aportaciones en el mundo del Algebra fueron muy significativas y al respecto era amigo personal de Albert Einstein. Pero es que luego también fue filósofo y entendía la vida como una “lucha” continua en donde uno ni podía ni debía pararse (!?). Escribió libros y hasta llegó a dirigir una revista propia de Ajedrez.

Albert Einstein, amigo personal de Emanuel Lasker


Estos jóvenes de hoy (excluyendo a Carlsen) parece que se cansan por cualquier cosa.

Magnus Carlsen, ¡un gran luchador! y reciente ganador 
del Torneo Tata Steel Masters 2016


El otro día el “Maestro de maestros del periodismo ajedrecístico internacional”, Leontxo García, comentaba que Anand había dado una conferencia de prensa en Gibraltar donde daba a demostrar que los mundiales largos hoy ya no tienen razón de ser…

Anand en el Open de Gibraltar 2016


Este cronista, indignado, en “Facebook” (¡qué pena no haber podido estar allí presente!) le contestó “maravillosamente” (ruego que lo busquen y lo vean, porque no tiene desperdicio).

Cuando vemos la historia de todos estos “jabatos” del tablero no hay razón de ser para posponer lo evidente.

¡Hay que luchar de principio a fin! (como hizo Lasker y en varias facetas) y un match a 24 partidas para dirimir la auténtica fuerza ajedrecística entre dos contendientes es obligado, ¡¡dure lo que dure!!. Ni que venga Anand a decir que no, ni que venga Ilyumzhínov (si es que ya le dejan) y Cia., a decir lo contrario; ni que digan que es que no hay patrocinadores que lo cubran, ¡que los hay!, sólo que deberían venderles el producto “libre de cargas” (!?).

No estar interesado en realizarlo es cometer un “pecado mortal” para el mundo del Ajedrez. 

La historia así lo testifica.

¡Menos mal que estamos los grandes aficionados 
que no tenemos intereses creados!


Volviendo a los prolégomenos del match que como hemos dicho, Sánchez desmenuza ordenadamente y de forma cronológica en su magistral libro; debemos repasar un poco lo sucedido entre ambos maestros mucho tiempo antes, digamos que por motivos pedagógicos.

Vimos como en 1911, Lasker, con 43 años entonces, puso trabas al mismo Capablanca, alegando que jugar un match a 10 victorias y sin contar las tablas, le perjudicaba por la posible duración del mismo y también por el clima semitropical cubano al que no estaba acostumbrado.

Poco después la oferta le llegaría desde Buenos Aires, con buenos premios, pero Lasker quería elegir el lugar y las condiciones del encuentro.

Según el maestro alemán, jugar en un país de habla hispana haría que las simpatías estuvieran todas con Capa.

José Raúl le insistió entonces para que fuera el propio Emanuel el que pusiera las condiciones.

Y Lasker, sintiéndose presionado por la prensa internacional, las puso, pero Capablanca no estuvo de acuerdo en el control de tiempo sugerido y en la duración de las sesiones de juego (que consideraba demasiado breves); pero sobre todo no admitió que el campeón pudiera retener su corona en caso de que el aspirante sólo ganara por un punto de diferencia (el match era a 6 victorias, sin contar las tablas) y por esto último le transmitió a Lasker sentirse “ofendido”.

Al recibir la carta, ¡caramba!, Lasker dijo sentirse en realidad “ofendido” él y el match no se celebró.

En 1912 y esto fue admitido por el propio Capablanca, Lasker hubiera tenido posibilidades de ganar, pero en 1921 la cosa ya era distinta… .

Todo este asunto obligó a Lasker a darle la posibilidad a Rubinstein, como dijimos.

Cuando todo estaba pactado para que el encuentro se celebrara en 1913, no se pudo organizar el mismo por ¡problemas financieros!. La timidez patológica de Rubinstein le había impedido ganarse amigos con recursos (una condición necesaria en el ámbito del ajedrez, tan minoritario y escaso de inversiones).

No obstante, Lasker postergó el encuentro para 1914 a la espera de que varios clubes de Alemania, Polonia y Rusia, consiguieran reunir dinero suficiente.

La mala clasificación de Rubinstein (vista ya aquí) en el Torneo de San Petersburgo de 1914 y el estallido de la Gran Guerra en el Verano de aquel año, desgraciadamente truncó  ese otro esperado enfrentamiento.

Otro gran libro


Regresando a 1921 y madurada ya ¡por fin! la idea (que Sánchez comenta con todo lujo de detalles), el Match Lasker vs Capablanca se iba a disputar a 10 victorias hasta un tope de 24 partidas con 15 movimientos a la hora y ¡25.000 dólares en premios!.

En caso de que el match llegara a la 24ª partida, ganaría el mismo el que más puntos tuviese a la finalización de la misma (!?).

Lasker (53 años) y su mujer Martha llegan a La Habana el 7 de Marzo y la primera partida tuvo lugar el día 15 de aquel mes en el Club Unión de La Habana y las demás en el Casino de la Playa de Marianao.

Lasker en 1921


Tuvo tanta trascendencia que ambos maestros, por separado, llegarían luego a escribir un libro sobre sus impresiones personales de aquel encuentro (!?).

El lugar era tan apacible, que Capablanca (a sus 33 años) estaba viviendo entonces una “dulce vida”…

Capablanca en 1921


(Para escuchar la canción, haga click encima):




(Continuará…)
Angel Jiménez Arteaga

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