Capítulo X: El rey coronado (III)
Análisis del libro “Fundamentos del Ajedrez” – J. R.
Capablanca (III)
Antes de seguir debo dejar clara
una cosa.
Este cronista no está leyendo el libro
biográfico de Miguel Angel Sánchez mientras escribe sobre él.
Cada capítulo se compone de unas
25 páginas aproximadamente y todas llenas de las “últimas investigaciones”
sobre la vida de Capablanca.
Muchas de ellas son novedosas
para “todos” los lectores, incluido este cronista (que todavía no ha tenido
“tiempo” de descubrirlas).
Sánchez lleva toda una vida
indagando en las hemerotecas y en todos los organismos y centros ajedrecísticos
donde se encuentran los materiales que ha utilizado para escribir el libro.
Miguel Angel Sánchez (camisa roja) con el reciente
Campeón Absoluto de Cuba,
el GM Leinier Domínguez (a su derecha).
Dice: "En la casa de Jesús Suárez (Miami) con el Gran Maestro Lenier Domínguez
y el Arbitro Internacional Romeo Lobo en una memorable velada".
Este cronista dedica unos 5
minutos en ojear esas 25 páginas y apunta en un cuaderno algún detalle que ve
en las mismas y del que le apetece escribir, por lo que yo sé hasta aquí (para
luego al final, ¡comparar!) y sobre la marcha me pongo a redactarles.
Lo que ocurre es que si sé tanto
de Capablanca como de cualquiera de los que están en mis trilogías sagradas es sencillamente porque llevo toda una vida
pensando sólo en ellos y leyendo casi todo lo que se ha publicado de cada uno
de esos héroes del tablero.
Mientras la mayoría de los
ajedrecistas comparte este tipo de afición con otras cosas (entrenar, jugar,
resolver problemas de táctica o posicionales) yo no; yo sólo me dedico a leer
las biografías completas de todos ellos y a reproducir todas las partidas que
puedo y me quedan un montón - calculo que ¡no tendré vida suficiente! para
verlas todas -.
Eso significa que lo que sé de
Capablanca lo sé de la mayoría de sus libros publicados; en español y en
inglés. También tengo bastantes en ruso y en alemán.
Esos idiomas no los domino pero
sí los “comentarios estrictos” de las variantes de las partidas. Muchas veces
están ampliadas ahí y me sirve para sacar conclusiones de la “fuerza real” del
ajedrecista (junto al uso de los módulo informáticos para corroborarlas).
Todo esto lo digo porque el que
crea que leyéndome a mi se puede ahorrar leerse el libro, ¡va apañado!.
Ese libro es único y es un
trabajo ortodoxo y ordenado, además de minucioso y muy profesional.
Yo suelo “fantasear” mucho cuando
escribo, pero sólo soy un aficionado (eso sí, “noble”) y me puedo permitir esas
cosas…
Sánchez no. Miguel Angel busca,
confirma, ratifica y entonces lo publica.
Ya me ha comentado personalmente
que su libro va a estar siempre en continua revisión (!?). De Capablanca se ha
escrito ¡en todos los lugares del mundo!.
En el “imperio” de José Raúl Capablanca
no se oculta nunca la luz del Sol.
Así os digo que en esos pocos
minutos en que he estado ojeando el libro, enseguida me he dado cuenta que ésta
es la mejor biografía de Capa, ¡sin
discusión!.
Si acaso, únanle todos los
escritos de la época y recortes de prensa que Winter ha recopilado sobre José
Raúl, también en otro libro publicado por McFarland; así como las aportaciones
históricas de la familia Linder y del periodista Bjelica y añádanle lo que
Kaspárov escribe al respecto en “mis geniales predecesores” (Santo Grial) y por último lo que han
escrito maestros de la talla de Golombek, Panov, Varnusz, Reinfeld, Hooper y
Brandeth, Soloviov, Mcdonald, Lakdawala, Chernev, Frisco del Rosario, algún
otro (que se me está olvidando) y hasta el ¡propio Capablanca!; todos estos
últimos en lo que respecta a la “aportación técnica” al Ajedrez (en mayúsculas) del gran maestro cubano.
etc. etc. etc.
Así os acercaréis en la totalidad
al “legado artístico” de José Raúl Capablanca y Graupera pero como he dicho,
biográficamente hablando, quién lea este libro de Miguel Angel Sánchez, sabrá qué tipo de personalidad tuvo el gran
genio del ajedrez.
En mi criterio, posiblemente estemos ante la gran personalidad de todas las personalidades juntas del ajedrez.
Capablanca en una partida con Lasker
Mucha gente dice: “Es que Capablanca tenía que haber estudiado
más…”. ¡Sí, pero entonces, sencillamente no hubiera sido CAPABLANCA!.
Este cronista que ha analizado
concienzudamente sus tres trilogías “casi” al completo, llega a una conclusión:
“Capa y Fischer”.
De Fischer dicen: “Es que estaba loco”. Sí, pero sin esos
brotes paranóicos no hubiera sido Fischer.
¿Ustedes se imaginan el esfuerzo
del muchacho para derribar él sólo a
todo un imperio comunista soviético lleno de corrupción hasta arriba? (!?).
Fischer en una partida con Benko
Y esto último no me lo invento
yo. Lo manifiesta la caída del muro. Lo malo es al “capitalismo exacerbado”
donde, como consecuencia, hemos llegado.
Esta mañana he estado, como dije,
en el parque y repasé las partidas que Capablanca comentó en su libro
pedagógico “Fundamentos del Ajedrez”
hasta el capítulo IV, inclusive; partidas que nombré en la crónica anterior.
¿Ven?. Esta es una manera
creativa de hacer una crónica y en definitiva una manera de vivir espiritualmente
“alegre” que es lo que he hecho yo toda una vida (desde jovencito).
¡El que me quiera seguir que me
siga y el que no, que se apée del tren cuando quiera!.
La de Capablanca con Blanco, en
La Habana 1913, fue un dechado de perfección de cómo se “sitía” hasta que cae
un punto débil en el tablero. Sobre la casilla “e6” Capablanca dirigió todas
sus fuerzas con tal energía que hizo saltar en pedazos la posición de su
compatriota cubano.
Me encanta cómo comenta José
Raúl. Todo ligero. Lleno de matices. De conocimiento. De técnica. De estilo. De
clase. ¡Un fuera de serie!.
Luego pasé a ver la partida del
mismo torneo que le enfrentó a Janowski. ¡Cómo atacaba David Janowski!.
Desde que pude me hice con el
único libro que hay de sus mejores partidas (!?).
Eso ha sido otro de mis hobbies.
La gente se hace con joyas, con viajes, con bienes materiales; pero este
cronista, ¡sus libros no los cambia por nada!. La mayoría de las cosas pasan o
duran poco (luego de ellas sólo queda el recuerdo cada vez más opaco…); pero
los libros duran ¡siempre!.
Capablanca lo conocía muy bien,
pues Janowski fue no sólo “cliente” de Emanuel Lasker sino también de él mismo
o como algo más reciente, Vishy Anand, que lo ha sido de Garry Kaspárov (!?).
En la partida, Janowski le
entregó la calidad para quedarse con la pareja de alfiles y a cambio de ataque.
Capa muestra un gran temple defensivo y luego hace que se imponga el material
obtenido, pero de forma elegante, porque lo devuelve y termina quedándose con
peón de más que lo lleva a una “brillante” victoria.
La tercera partida que vi, fue la
más bonita, la que le ganó con negras a W. Winter en Hastings 1919. ¡Cómo le
encerró el alfil!. No se lo comió, pero lo dejó entre “rejas” de tal forma que
Capa jugó la partida con una pieza de más (virtual) hasta conseguir un
didáctico triunfo.
Sobre esa, Capablanca, algo que
no me di cuenta en la crónica anterior, recomendó varias partidas más, la
mayoría suyas.
La que le ganó con el mismo
sistema de juego a Kupchick también en La Habana 1913 en un portentoso final de
torres (que en su “esencia” fue perfecto). Resulta curioso que el método
empleado aquí por Capa fue “posicional”, mientras que en la misma apertura,
Alekhine le había ganado a Vidmar en 1911 (Carlsbad) usando el “método
combinativo”.
¿El más correcto de ambos?, el de
¡Capablanca!, pero el de Alekhine también fue vistoso…
Por cierto, algún día les hablaré
minuciosamente de la “Herencia
Ajedrecística” de Alexánder Kotov sobre Alekhine, pero no como la contó
Kotov en sus cuatro tomos (preciosos y solemnes) sino como la vi yo (desde otra
perspectiva totalmente distinta y seguro que les resultará curiosa).
Veremos a ver cuándo puedo hacer ésto.
Una vez el maestro bosnio Bojan Kurajica
(que vive en Tenerife) me dijo que con suerte llegaría a ver unos cuatro o
cinco Campeonatos del Mundo más, viendo el ritmo “sosegado” que llevo (!?).
GM Bojan Kurajica,
campeón mundial juvenil en 1966
Estimados lectores, no hay
“estress” en este cronista, que actúa sin
prisa pero sin pausa, hasta donde llegue. Yo sabiendo que al día de hoy ya
he recibido más de un ¡millón de lecturas!, con eso estoy tranquilo y de sobra.
Como que ya colmé mis ansias de escritor. Vamos a ver a dónde llego ahora…
Sigo comentado el nuevo libro de
Capa de Miguel Angel Sánchez y seguro que llegaré hasta el ¡infinito y más
allá! con estos comentarios. No sé cuántas crónicas haré, porque todo depende
de lo que vaya observando a mi alrededor…
Y por último, la otra partida que
vi esta mañana en mi parque favorito, fue la que Capablanca le ganó también a
Janowski en el Torneo de Maestros de Nueva York 1913. que la vi en los libros
de Soloviov y de Reinfeld (porque otra cosa buena tengo desde niño… todas las
concatenaciones de partidas que he ido viendo ¡las tengo apuntadas!).
Aquello fue otro final de torres
y mientras que con Kupchik hubieron chances de tablas del bando defensor, aquí
el pobre David estuvo inferior todo el rato y Capa jugó con él, en el final,
como lo hace el gato con el ratón.
Capablanca, el gato. Janowski, el ratón
Cierro la crónica, pero no sin
antes desear mucha suerte al entrenador canario de ajedrez, Víctor Ortells, en
Ecuador; en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, donde está
realizando un gran trabajo con la juventud.
Que los responsables del deporte
quieran erradicar el ajedrez de la sociedad allí, posiblemente demuestra una
cosa certera: ¡No desean fomentar la cultura entre su pueblo! y eso, queridos
lectores, en todos y en cada uno de los casos, es malo.
Cuánto más culturalmente formado
esté un pueblo, mejor andará el mismo.
La prensa ecuatoriana se hace "eco"
El ajedrez ayuda a pensar y de
esa forma, los miembros de la comunidad estarán preparados para resolver los
problemas cotidianos y “reales” a los que se enfrenten.
Mis mejores deseos pues para
Ortells cuyo futuro está ahora en manos del Presidente Constitucional de la
República de Ecuador, el Excmo. Sr. D. Rafael Vicente Correa Delgado, del que
esperamos una magna resolución al problema.
Aquí es donde deberíamos estar
Señoras y señores, la vida se vive sólo una vez y
Capablanca fue todo un experto en ello cuando decidió casarse con su amada
Gloria y se propuso casi al unísono escribir su gran libro Fundamentos del
Ajedrez, que sigue estando “vivo” en la actualidad:
(Continuará…)
Angel Jiménez Arteaga
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