Lasker, Capablanca, Alekhine y Botvinnik o ganar en tiempos revueltos (385)
Ahora resulta que un premio nobel ruso dice que el tirano (esta palabra la digo yo) de su presidente, Vladimir Putin, puede llegar a amenazar al mundo con el uso de armamento nuclear.
A lo mejor, estimados lectores, ha llegado el momento de cambiar la educación a nivel internacional que hay, porque en este S.XXI, por mucha razón que ese personajillo (Putin) pudiese tener, ¡que no la tiene!, bajo ningún concepto se puede permitir, ni tan siquiera mencionar (lo digo por ese "vulgar" premio nobel) esa salvaje actitud. Exterminio de la humanidad, no cabe, bajo ningún concepto.
Dicho este comentario, que evidentemente tiene que ver con el deseo de una rápida "desarticulación" de la extrema izquierda comunista en el planeta (ahora mismo, como estamos presenciando diariamente, mucho más peligrosa que la extrema derecha - ¡ambas lo son, pero no una sola!) volvemos a reclamar un:
¡No a la guerra invasora en Ucrania!.
Y en nuestro proceso de invasión rusa pero desde el lúdico lado cultural que nos ofrece el ajedrez, seguimos valorando el bonito libro titulado "El reloj no se ha detenido" del participante que estamos siguiendo del II Gran Torneo Internacional de Moscú de 1935 y que fue, como ya deben presuponer:
17-6) Salomon Mijailovich Flohr (Checoslovaquia primero y U.R.S.S. después, 1908-1983).
Capítulo 9) ¿SE NECESITAN ACRÓBATAS DE AJEDREZ?.
En el S.XVIII, Francia tenía muchos grandes jugadores de ajedrez. Los más destacados fueron Philidor y La Bourdonnais. Philidor fue un brillante jugador de ajedrez y un famoso compositor musical. Tenía 16 años cuando jugó dos partidas en el Café de la Regence sin mirar el tablero. Fue una gran sensación y cuando Philidor jugó tres partidas a la ciega al mismo tiempo en Londres, aquello se tomó como un milagro del S.XVIII.
¿Qué necesita un ajedrecista para jugar varias partidas a la vez sin mirar el tablero?. Esto, nos dice Flohr en este hermoso capítulo, requiere habilidades especiales y sobre todo, una memoria extraordinaria. Sin embargo, continúa Salomon, la memoria no es el factor más importante. Alexánder Alekhine, un virtuoso de los ojos vendados y particularmente brillante, creía que lo más importante era el arte y el poder de la imaginación, la fantasía. Según Alekhine, las sesiones a ciegas son de gran importancia para la promoción del arte del ajedrez, pero no más...
Un libro entretenido sobre el tema.
10) ANATOLI KÁRPOV - AYER, HOY Y MAÑANA.
¡Cuánta razón tuvo Salo Flohr en el título de este artículo!. Justo así sucedió desde que lo escribió en la revista rusa Ogoniok.
Pero claro, Kárpov está muy bien para el mundo del ajedrez, pero en la actualidad creo que la Duma, la asamblea legislativa conformada en Rusia a la cual pertenece, lamentablemente le queda grande y por eso Tolia ha sido recientemente sancionado en Occidente por la Unión Europea.
Política al margen, sobre todo cuando detrás de la misma, aparece el siniestro personaje del comunista de extrema izquierda, Vladimir Putin, mandando a matar a "gente civil" ucraniana "inocente"; vemos como Salo Flohr comenzaba este artículo tratando la calurosa acogida que tuvo Tolia en el famoso Teatro de Variedades de Moscú, tras la consecución por su parte del Campeonato Mundial Juvenil de 1969, poco tiempo después de que en el mismo escenario, Boris Spassky se proclamara "nuevo" campeón del mundo al derrotar a Tigran Petrosian.
Clasificación total "desde el lado de Kárpov" del
Campeonato Mundial Juvenil de 1969.
Se hizo evidente que en aquel entonces en aquel gran teatro estaba un chico con un gran talento natural (en palabras de Flohr). El chico de Zlatoust en aquel momento ya no era un muchacho más de 18 años, sino un maestro maduro y un fiero oponente (insistimos, sobre un tablero de ajedrez) para cualquiera...
11) SINFONÍA DE AJEDREZ EN MOSCÚ.
¡Moscú, Moscú!. La capital de la Unión Soviética, la capital del mundo del ajedrez, la ciudad olímpica. Convertirse en el ganador de ese torneo moscovita (Gran Torneo Internacional de Moscú de 1981) es especialmente agradable y honorable para cualquier jugador de ajedrez, nos transmitió y con razón, Salo Flohr.
Así, sí. Que la sangre FICTICIA ruede sobre un tablero de ajedrez, pero nunca de modo "real" sobre un "campo de batalla" usurpado por un "loco dirigente" del S.XXI, que ordena a matar sin piedad, a niños, ancianos y mujeres (??).
Y nos siguió recordando Flohr que 14 grandes maestros destacados (¡7 de ellos se encontraban entre los diez mejores ajedrecistas del mundo!) soñaban con la victoria. Más precisamente 13, soñaron y uno estaba obligado a ganar, y ese era Anatoli Evgenievich Kárpov. No sólo porque era campeón mundial y porque ya hasta entonces, había ganado docenas de grandes torneos, sino porque jugaba en su casa, ante su gente, en un torneo tan bien alineado por la organización.
¡Qué gran sinfonía fue aquella!:
(Agrande el cuadro clasificatorio haciendo "click" sobre el mismo):
Gran Torneo Internacional de Moscú de 1981.
Y de esta forma acabamos con la "sección" dedicada a Salomon Flohr. Escribió más libros y ya algún día los repasaremos. Como dijo el otro, ¡el ajedrez completo no se puede gozar en una vida entera de una persona!.
Queridos amigos, con lo fácil que es ¡volverse loco por amor! y resulta que no, resulta que con el asesino de gente humilde como es Vladimir Putin y además con el ridículo "beneplácito" de los diputados de la Duma (como Kárpov) y también de irrisorios "Premios Nobel", como ese ruso aquí referido, que viene a advertirnos mal usando su intelectualidad de lo peligroso que es ese ciudadano comunista de la feroz extrema izquierda mundial, estamos ahora todos donde estamos, eso sí con mucha pena y sobre todo con ¡vergüenza ajena!.
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