Alekhine, en su libro del Gran Torneo Internacional de Nueva York de 1927 admitió que las tablas cortas que siguen pudieron muy bien haberse echado para atrás si el comité del torneo hubiera obligado a los maestros a continuar jugando hasta el 40º movimiento, cosa que por el reglamento previo del evento, estaba perfectamente estipulado (!?).
Nos referimos al enfrentamiento Vidmar-Alekhine, (17), Tablas a propuesta de Vidmar, en 17 jugadas; que sólo fue analizada por los maestros ya conocidos: el propio Alekhine, Tartakower y Khalifman.
Los organizadores entendieron que no era inconcebible que los jugadores en una posición aproximadamente equilibrada en la recta final de un torneo agotador tuvieran una disposición pacífica. Sin embargo, es conveniente que os adelante algo al respecto. Es lo que tiene poder contar la historia tras previamente examinarla y además, como es mi estilo, de forma minuciosa: Faltaban aún tres rondas y la actuación de Alekhine en esa última parte final del torneo, fue sencillamente, ¡excepcional! y digna de todo merecimiento deportivo (!?) como veremos próximamente.
Capablanca afirmó lo siguiente en el periódico The New York Times sobre esta partida:
"El encuentro Vidmar-Alekhine fue jugado con mucho cuidado por ambos jugadores. Se intercambiaron dos alfiles y un caballo cuando la posición se volvió tal que ningún maestro quería arriesgar nada y, en consecuencia, se acordó un empate".
Veamos ahora la partida, estimados lectores, en este mundo actual del ajedrez en donde parece que lo único que existe es la fiebre del "blitz":
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