Para Alekhine, diseccionando los supuestos errores de Capablanca en su campo predilecto del final, en el prólogo de su libro sobre el Gran Torneo Internacional de Nueva York de 1927, la siguiente partida, fue señalada también (entre otras) como "clave", debido a un error del genio cubano al dejar pasar chances tablíferas que se hubieran producido de haber entregado una torre.
Se trata del encuentro Rubinstein-Capablanca, Gran Torneo Internacional de San Sebastián (13), 1911, 1-0 en 42 movimientos.
La realidad expuesta hoy por los mejores módulos informáticos del momento actual, expresa que en aquel supuesto, aún así, Capablanca (de haber sido contrarrestado convenientemente) no hubiera podido tampoco salvar la partida y de hecho la hubiese perdido también, como verdaderamente ocurrió en la realidad.
Será mejor, estimados lectores, que lo valoren ustedes mismos. El cálculo efectuado por "Dragon 2.5 by Komodo Chess" fue el de 180 segundos por jugada:
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