Lasker, Capablanca y Alekhine o ganar en tiempos revueltos (203)
Alekhine en el prólogo de su libro sobre el Gran Torneo Internacional de Nueva York de 1927, puso otro nuevo ejemplo sobre las debilidades, cada vez más crecientes, que generaba en su juego un "cómodo" Capablanca, que gracias a su estudio crítico, le reportó el triunfo final al maestro francés de origen ruso en el gran match por el Campeonato del Mundo de Buenos Aires de 1927 (¡auténtico mundial! con 34 partidas y no las farsas que organiza la actual F.I.D.E. - Federación Internacional de Ajedrez -).
Se trataba de la partida Morrison-Capablanca, Gran Torneo Internacional de Londres (4), 1922, 0-1 en 57 movimientos.
Lo que reseñaba, en tiempos del torneo, el periódico británico
The Times, de la primera impresión de la partida.
Veámosla una vez más, pues aunque ya fue tratada en este serial, ahora lo haremos desde la óptica reflejada aquí por Alekhine y de forma ordenada.
El primer error se produjo en la posición del siguiente diagrama, donde el genio cubano, se pudo haber metido en problemas:
Morrison-Capablanca, Londres (4), 1922
Posición tras 14.b4.
Para las negras, era el momento de tomar en "f3" buscando la igualdad, cosa que no ocurrió sobre el tablero.
Pero el campeón canadiense no fue preciso y la partida volvió a equipararse y luego incluso, el maestro cubano pudo haber quedado un poco mejor, pero tampoco acertó y volvieron a surgir vaivenes en la posición de este segundo diagrama:
Morrison-Capablanca, Londres (4), 1922 Posición tras 26.Axf4.
Se llegó a un final de torre y alfil (de igual color por bando) con el mismo número de peones y resultó increíble todo lo que sucedió en él, en una situación de empate más que probable. Capablanca, haciendo alarde de su fama en los finales, logró engañar a su rival, que para llegar a la igualdad "definitiva", tuvo que haber hilado muy fino en la posición del diagrama nº 3:
Morrison-Capablanca, Londres (4), 1922
Posición tras 41...c6.
Aquí el maestro canadiense debió jugar activo, entregando inmediatamente un peón, con la curiosa continuación 42.Tf2!=, que no hizo. Terminó poco tiempo después cediendo no el peón de "d4" sino el de "a2" y ¡quedó perdido! y se llegó a esta otra posición, en donde esta vez, quien falló fue... Capablanca:
Morrison-Capablanca, Londres (4), 1922
Posición tras 46.Re2.
El genio cubano ganaba con 46...Ta2! en lugar de lo que jugó, 46...Tc3? que volvió a igualar la contienda.
Así hasta que Morrison fue el "último" en cometer el error, que según Tartakower, ese es el error definitivo que pierde las partidas:
Morrison-Capablanca, Londres (4), 1922
Posición tras 47...a3.
Con 48.Tf1, hay igualdad. Sin embargo el campeón canadiense perdió los nervios y jugó 48.d5?, cayendo su posición en barrena.
Reproduzca, estimado lector, el enfrentamiento en pantalla, con algunas ampliaciones en los análisis realizados para esta crónica con el mejor módulo informático de la actualidad, el "Dragon 2.5 by Komodo Chess", eso sí, cuando le dejamos mínimo para calcular, 3 minutos de media por jugada, que es lo que la F.I.D.E. debe restaurar de manera inmediata en todas las partidas de los campeonatos del mundo actuales, que al ser ahora muy cortos de duración y con la permisibilidad del blitz (cualquier modalidad de juego rápido), pasan a llamarse y ¡con justicia!, "mundialitos del azar", donde puede ganar cualquiera (de la super-élite) a cualquiera. No hay favoritos en esta modalidad. El único requisito que se requiere es tener un día más de suerte que tu rival (??).
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