Capítulo XI : Deslices en la cumbre (II)
Libro “Glorias del Tablero – Capablanca” por José Antonio Gelabert (II)
Prosigue Gelabert ofreciendo el
match completo de Capa contra Kostic, disputado en La Habana en Marzo de 1919.
Vemos una bonita foto del autor
del libro jugando al ajedrez una partida convencional con el maestro serbio.
Se jugaron cinco cotejos y como
dijimos cuando lo vimos en el libro “nodriza” de Miguel Angel Sánchez,
Capablanca ganó por un rotundo cinco a cero (!?).
La primera partida resultó un
buen ejemplo de la habilidad del maestro cubano y de su precisión en los
finales. En la segunda, Capa con negras, obtuvo un peón de más, con rey y dama
mejor situados que los de su contrario. En la tercera, ¡dos peones de ventaja!
y mejor posición. En la cuarta, Capa sacrificó un peón y encerró completamente
las piezas enemigas y en la quinta, ya Kostic, desmoralizado, fue
“miniaturizado” en tan sólo ¡15 movimientos!
y no crean que el maestro serbio era flojo.
Este match se terminó de disputar
en Abril y en Agosto de aquel año, él y Capa (2º y 1º respectivamente) sentaron
cátedra en Hastings, rindiéndose a sus pies todos los maestros europeos
participantes (!?).
Boris Kostic
Fenomenal el ajedrez de José
Raúl. Si no fuera así, este cronista no estaría escribiendo con tanto placer
estas reseñas…
Luego Gelabert nos narra todo el match con Lasker y pone al final una
bonita foto de la despedida en el puerto habanero del maestro alemán,
embarcando en el vapor “Alfonso XIII”
– Rey de España (!?).
Vapor Alfonso XIII
Comienza posteriormente Gelabert
con los comentarios a las mejores partidas de Capablanca.
El lugar, la fecha y los
contendientes; todo nos hace recordar tantas y tantas aventuras del aclamado
maestro cubano.
Veamos:
Comienza la serie con los
análisis de la 11ª partida de su match
con Juan Corzo de 1901.
A modo de ejemplo diré que dicho
cotejo también lo tengo localizado con comentarios de “palabras” y variantes,
en los libros de Golombek, Reinfeld y Panov sobre la figura de Capablanca.
Voy a nombrar esas partidas
ofrecidas por Gelabert en estas crónicas, al objeto de dejar también para la
posteridad la localización rápida de esos encuentros (cuando pase todas estas reseñas
a formato PDF); porque uno de los grandes metas de los escritores de ajedrez
del S.XXI radica en que debemos ser buenos “recopiladores”.
En eso no creo que hayan muchas
personas en este mundo que me superen.
Toda una vida, desde niño, me he
dedicado a recopilar y a ordenar. Objetivo: “Estar armado hasta los dientes”.
Así puedo comentarles cosas ¡a diario!.
Por ejemplo esta mañana recibí
con agrado en Facebook un ranking Elo “sin inflación”.
Como veréis los más flojitos del
mismo, son Krámnik y Anand (!?).
Eso manifiesta mi gran “sentido
común”, como nos diría Emanuel Lasker, al hablar de ajedrez y de los grandes
ajedrecistas de la historia como por ejemplo, nuestro “admirado” y “elogiado” José
Raúl Capablanca.
Nada de lo que este cronista
escribe está hecho de manera veleidosa.
Al revés, mis escritos son elaborados con paso firme, marcial y llenos
ampliamente de “objetividad”.
Y como muestra, dicho botón:
Ranking sin inflación.
Todos los buenos en mis "trilogías sagradas"
Sigamos.
Continúa Gelabert con una partida
de Capa contra Raubitschek jugada en el Manhattan
Chess Club el 24 de Septiembre de 1906.
Otro rival de la época, Fonaroff.
Sigue con dos encuentros en
sesiones de simultáneas, uno contra Downey en el Imperial Chess Club de Londres y otro frente a Carter en otra
sesión celebrada en San Luis (EE UU) en
1910.
Comienza la serie de las mejores
partidas de Capa en el Torneo de San
Sebastián de 1911: Bernstein (premio de belleza), Schlechter, Nimzowitsch,
Burn, Leonhardt, Janowski y Spielmann.
Aprovecho y recomiendo a los que
quieran pasar un buen rato y no tengan mucho tiempo, que dediquen una tarde a
“saborear” todas las partidas que Capa jugó contra Janowski. Y si pueden,
también las que Janowski jugó con Lasker y comparen luego (!?).
Sigue Gelabert con una partida
con Morris del Torneo de Nueva York de
1911.
Y contra Rolando Illa, disputada
en el “famoso” y “señorial” Club
Argentino de Ajedrez también en aquel año. Luego Illa jugaría un papel
trascendental en la estancia de Capa en Buenos Aires con motivo del match de 1927 contra Alekhine.
Ahí en medio, Gelabert ofrece una
bonita foto de Capablanca jugando “a
ciegas” en la Habana.
Sigue con un rival poco conocido:
Tenenwurzel, en partida jugada en el Torneo
de Nueva York de 1913.
Oldrich Duras (éste, como su
apellido nos indica, era un fuerte rival, muy duro!). Y la partida que pone es
del Torneo Rice Club de Nueva York de
1913.
Toca ver ahora otro premio de
belleza. El obtenido frente a Juan Corzo en el Torneo de Maestros de La Habana de 1913; del que también comenta el
enfrentamiento con Rafael Blanco.
Otra partida frente a René
Portela, disputada en el Club de Ajedrez de La Habana de 1913.
El 2º premio de brillantez de uno
de los torneos de The Rice Memorial,
contra Schroeder.
Un cotejo frente a Teichmann
disputado en el Café Kerkau de Berlín
el 20 de Noviembre de 1913.
El famoso Café Kerkau de Berlín
Hago un inciso para recordarles a
todos los “pocos” lugares que visitamos para tomar “buen” café en nuestros
respectivos sitios de residencia. ¡Qué diferencia, Dios mío! y que monotonía la
nuestra…
Pone entonces otra foto, esta vez
dando el maestro una sesión de simultáneas en el Club de Ajedrez de la Habana de 1912.
Llegó el momento de recordar los
primeros y grandes cotejos de Capa en San
Petersburgo y nada mejor para Gelabert que recordar y comentar sus
encuentros con Znosko-Borovsky, Alekhine (2v) y Dus-Hotimirski (también 2v), en
cotejos disputados en la Sociedad de Ajedrez de aquella famosa y bien
engalanada por grandes y preciosas estatuas, ciudad, en diciembre de 1913.
Y terminamos en otro prestigioso Café.
Aquí en Santa Cruz de Tenerife,
nos vamos del Bar Imperial al Kiosco de la Rambla (ya el de Numancia lo
cerraron…) y del Kiosco de la Rambla al Bar Imperial y luego otra vez, al día
siguiente, hacemos lo mismo, pero viceversa.
Capablanca, no. El juega con
Nimzowitsch el 30 de Diciembre de 1913 (¡precioso día!) en el Café Borsen de Riga (Letonia).
Eso sí que era vivir la vida!!.
Lo demás (es decir, lo que hacemos todos nosotros) son boberías…
Terminamos la crónica con otra
canción que refleja el estado de ánimo de José Raúl en aquel año de 1923, donde
lo hemos dejado con su esposa Gloria y su hijito José Raúl Jr.
¿Entienden ahora, queridos
lectores, por qué no dejo de seguir escribiendo estas crónicas?.
Dejarlas, sería aburrirme…
(Continuará…)
Angel Jiménez Arteaga
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