Capítulo IX: El Campeonato del Mundo de 1921 (IX)
7ª partida. 2 de Abril de 1921
Blancas: Capablanca Negras: Lasker
Comenzaba el mes de Abril y con
ello lo que luego sería la 2ª parte del Campeonato, que terminaría en aquel
mismo mes, como muy bien relata con todos los pormenores, Miguel Angel Sánchez, en su estupendo libro.
Capablanca tras ir con ventaja en
el marcador, se mantiene firme y no corre riesgo alguno.
En realidad, el que estaba
totalmente desconfiado (incluso antes de empezar a jugar el match-!?) era
Lasker, cuya táctica no era más que familiarizarse con el juego del maestro
cubano para ir poco a poco recobrando confianza en sí mismo.
Pronto se firmaría el empate.
No podemos reprochar nada a Emanuel, porque él
sabía que se estaba enfrentando contra um “monolito” gigante...
Así veía el "gran" Lasker a Capablanca
8ª partida. 3 de Abril de 1921
Blancas: Lasker Negras: Capablanca
Capablanca fuerza un final donde
su posición es inexpugnable. La partida se aplaza y ninguno de los dos bandos,
habiendo analizado el cotejo durante las 24 horas anteriores a la reanudación,
encuentran un método ganador, por lo que se firma el empate.
9ª partida. 6 de Abril de 1921
Blancas: Capablanca Negras: Lasker
Lasker sorprende en la apertura a
Capablanca y llegan a una posición que el cubano desconocía lo que le obliga a
pensar un buen rato y a escoger luego la alternativa más segura.
Capablanca tuvo la virtud de resolver sus problemas sobre el tablero
Capablanca al final logra quedar
mejor (!?) pero no encuentra forma alguna de poder ganar y se llega a las
tablas.
10ª partida. 8 de Abril de 1921
Blancas: Lasker Negras: Capablanca
Otro gran cotejo que de nuevo
Kaspárov analiza en su gran tomo I de “Mis geniales predecesores”.
De lectura obligada para quienes quieran
profundizar en la "noble" historia del ajedrez
Fue considerada como la mejor
partida del match y una de las características que marcan muy bien “cómo” era
el estilo de Capablanca.
Fue Lasker quién dijo con
encomiable objetividad que el juego del maestro cubano a partir del 24º
movimiento fue “fascinante”.
¡¡Antes habían caballeros!!. Hoy
no. Hoy ningún ajedrecista (¡aún a sabiendas!) da su brazo a torcer…
Tras la apertura, Capablanca
consiguió una posición más abierta y mucho más agresiva y la desarrolló bajo
los postulados clásicos de “Steinitz” (!?).
Un clásico libro de Steinitz
A cambio del peón “d” aislado de
las blancas, las negras tenían sus piezas un tanto obstaculizadas y luego llegó
un cambio totalmente innecesario de Lasker que le privó de toda esperanza de
lograr ventaja y poco después ya era el maestro alemán el que tenía que buscar
las tablas.
Sin embargo el otrora campeón del
mundo comienza un juego pasivo y evade la posibilidad de luchar por el empate.
Las negras logran el control de
la columna abierta e intentan con suma maestría mejorar constantemente la
posición de sus piezas y limitan la de las blancas, ¡al mismo tiempo!.
La posición se aplaza y
Capablanca, en un final de torre y caballo por bando, fuerza la penetración de
su torre en la séptima fila y termina ganando un peón y la partida se vuelve a
aplazar, ¡por segunda vez! (antes no existía la palabra “stress” – favorita de
la FIDE “mal dirigida” de Ilyumzhínov), en el movimiento nº 64 y con “buen
criterio”, Capablanca la llevó finalmente al triunfo con ¡perfecta técnica!,
que no dio a Lasker oportunidad de producir alguna de sus típicas
complicaciones.
Este cronista, para poderla
contar así, vió este cotejo esta mañana detalladamente en el parque, con la
calma espiritual necesaria para congeniar “arte” y “armonía” (!?).
Ajedrez: Arte y Armonía desde la época de los Reyes Católicos
Sencillamante la partida fue
impresionante y me obliga a parar la crónica aquí para “reflexión” general.
Lasker había quedado tocado en el
quinto cotejo ¡que tanto nos llevó comprender!.
Ahora sencillamente había sido no
tocado, ¡sino hundido!.
Sí, así quedaba el gran Lasker,
“groggy”, totalmente obnubilado…
Viñeta de Wadalupe que refleja muy bien aquel momento
Esa partida hubiera restado
energías a cualquier ajedrecista del mundo, tanto del pasado ¡como del
presente! (y del presente, seguro; con lo “cómodos” que son muchos...).
Los aficionados cubanos en
aquellos días estaban sencillamente viendo ¡¡al mejor!!:
(Continuará…)
Angel Jiménez Arteaga
1 comentario:
Genial, Ángel
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