Las negociaciones para celebrar el match fueron largas y
tediosas. Las mismas se siguieron durante tres años a través de la prensa
especializada.
Chigorin (futuro candidato - !?) prestaba atención a través
de su publicación rusa “Shakhmatny
Vestnik”.
Mikhail Chigorin, creador de la Escuela Rusa
Pero los órganos oficiales eran otras dos revistas. Por parte
de Zukertort, el “Chess Monthly”. Por
parte de Steinitz, la “International
Chess Magazine”.
En un principio, Zukertort insistía con jugar en Londres
donde había residido en los últimos 13 años y donde había ganado a muchos
amigos y admiradores; pero tuvo que ceder.
Las cartas iban y venían, se interrumpían, proseguían y así
hasta que a comienzos de 1885 el “Chess
Monthly” anunciaba que Zukertort había aceptado la propuesta de Steinitz de
jugar a 10 victorias (sin contar las partidas terminadas en tablas).
Sin embargo, todos los detalles finales aún requerían de más
tiempo… .
Por fin, las condiciones del match fueron acordadas.
Se celebraría en tres ciudades diferentes de los Estados
Unidos de América: Nueva York, San Luis y Nueva Orleans.
Steinitz ya vivía en Nueva York desde que abandonó Londres
tras aquel Torneo Internacional de 1883.
Los miembros del recién creado “British Chess Club” agasajaron a Zukertort la tarde antes de su
partida desde Liverpool para América con una cena de despedida.
James Innes Minchin, honorable secretario del “St. George’s Chess Club” presidió la
comitiva junto al reverendo W. Wayte. Tras el brindis final en honor a
Zukertort tomaron la palabra destacadas personalidades del ajedrez británico
como H. E. Bird, W. Cubison, W. Donisthorpe, C. G. Gümpel, L. Hoffer, Fred. H.
Lewis, A. H. Reeves y W. B. Woodgate.
Minchin
Wayte
Hoffer
El contrato final del Reglamento Oficial del Match se
firmaría por ambos jugadores el 29 de Diciembre de 1885:
1) El match se jugaría bajo los auspicios del “Manhattan Chess Club” de Nueva York
hasta que uno de los contendientes consiguiese 4 victorias. Le seguiría una
pausa de una semana y luego proseguiría bajo la dirección del “St. Louis Chess, Checker and Whist Club”
en donde ambos jugarían hasta que uno de los dos consiguiese tres victorias
más. La tercera y última parte del match se iba a disputar hasta su
finalización bajo el control del “New Orleans Chess, Checker and Whist” y
tendría lugar tras una nueva interrupción de dos semanas después de finalizada
la sesión de San Luis.
El "Manhattan Chess Club" en aquellos años
Es decir iban a haber “tres hermosas semanas de descanso”,
entreactos, para los protagonistas e implicados del match.
¡A ver si la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez)
actual y los potenciales patrocinadores de hoy toman nota de cómo se hacen bien
las cosas (!?).
2) En caso de llegarse a un empate técnico a nueve victorias,
el encuentro sería declarado “match nulo”.
3) Se jugaría 3 veces por semana en días alternos
disputándose las partidas aplazadas en el día de descanso inmediatamente
posterior a la partida y el control de tiempo sería de 2 horas por jugador para
los 30 primeros movimientos, seguido de 1 hora adicional para otros 15
movimientos más, ¡sin finish!.
4) La duración de las partidas sería de un máximo de 8 horas
por día con un intermedio de 2 horas de descanso después de la primera sesión
de juego. O sea, las partidas comenzarían a las dos y se extenderían hasta las
seis y luego de un descanso de dos horas se continuaría desde las ocho hasta
las doce y de no haber finalizado la misma (ya se habrían disputado 60
movimientos) se aplazaría y se jugaría el día de descanso inmediatamente
posterior.
Pongamos para hoy en día el nivel de juego de 40 jugadas en 2
horas, más 20 jugadas más en 1 hora adicional. ¿Por qué no hacer los actuales
campeonatos mundiales de la FIDE así?. Ocho horas reales de juego son bastantes
para definir el 99% de las partidas en un sólo día (en ese periodo de tiempo se
podrían llegar a hacer hasta ¡80 movimientos!). Las dos horas de descanso
intermedias las deberían pasar los ajedrecistas actuales dentro del recinto
cerrado de la sala de juego, en sus respectivos camerinos y sólo con la ayuda
de sus segundos “humanos” oficiales sin ningún tipo de artilugio electrónico
que les pudiera ayudar (!?).
De esta forma tendríamos a un campeón del mundo en
condiciones certeras que miden la auténtica fuerza de juego de los
contendientes sin recurrir al “ajedrez rápido” que “degrada” la calidad del
juego y por ello “desvirtúa” por completo el resultado final (!?).
Un "auténtico" Campeonato del Mundo
5) Las condiciones financieras del campeonato fueron muy
“peculiares”. Cada participante tenía que entregarle al director del torneo
2.000 dólares. En caso de victoria, uno de ellos se haría con la bolsa total de
4.000 dólares. Sin embargo, podían tratar de conseguir los 2.000 de la apuesta
por suscripción, es decir, mediante aportaciones de sus seguidores. En tal
caso, el vencedor sólo ganaría la mitad de la bolsa. La otra mitad, más la
parte del perdedor sería repartida entre los suscriptores.
Ambos decidieron actuar por esos principios. Como
consecuencia de ello, Zukertort y sus seguidores se quedaron sin nada. Los de
Steinitz, en cambio, fueron retribuidos por sus aportaciones con el 150% de las
mismas, mientras que Steinitz sólo percibió 1.000 dólares de premio.
Por su parte, los organizadores pagaron a los contendientes
sus gastos de viaje por todo el país y en el caso de Zukertort el viaje de ida
y vuelta con Europa y también ofrecieron una “curiosa” asignación en concepto
de dietas por estancia: El vencedor recibió 500 dólares y el perdedor 750. De
este modo, la diferencia de 250 dólares venía a ser una especie de “premio de
consolación”.
6) “En caso de enfermedad real, probada con certificado
médico, cada jugador podía solicitar 3 días de descanso (seguidos o en
intervalos)”. Nada de solicitarlos cuando alguno de los contendientes pierde
una partida (!?). En el boxeo mental como en el boxeo real cuando un
contrincante está “groggy” no se le da la posibilidad de que se vaya del ring y
venga al día siguiente para continuar el combate… . Si un rival ha sido
“cazado” por un duro golpe, lo lógico es que pague por ello cuanto antes, en
“nobles” condiciones de lucha (!?).
¡¡Cambiemos las normas!!.
7) “Ambos ajedrecistas se reservaban el “copyright” de las
partidas de aquel campeonato”. ¡Con el modesto premio que obtenían, querían por
lo menos garantizarse su sustento, viviendo de la publicación de las mismas!.
El director del campeonato, árbitro principal y tenedor de
las apuestas fue elegido al unísono por ambos participantes y se trataba del
honorable Charles F. Buck de la ciudad de Nueva Orleans, Louisiana donde era un prestigioso abogado aspirante a Alcalde la ciudad.
Charles F. Buck
Habría ahora que añadir algo que mucha gente desconoce:
Durante el transcurso del match, varias de estas condiciones
cambiaron y se decidió que en caso de un empate a 9 victorias, los ajedrecistas
seguirían jugando hasta conseguir ¡8 victorias más!, eso sí restando una hora
de reloj a cada uno, al comienzo de esas partidas suplementarias, para hacerlas
algo más cortas y evitar caer a los jugadores en la lógica fatiga.
Poco antes del match, Steinitz escribiría en la “International Chess Magazine” lo
siguiente:
“Naturalmente que
espero mostrar lo mejor de mí. Desde mi cambio de residencia, mi salud ha
mejorado considerablemente. Y aprovecho ahora para decirles que en el match
“quiero quemar mis puentes” para así no tener que darles una explicación en el
caso de tener que justificarles la derrota”.
Estaba aproximándose por fin el día del comienzo… .
Angel Jiménez Arteaga
No hay comentarios:
Publicar un comentario