Como suele ocurrir con los grandes campeones, la mera presencia ante sus rivales, los hacen a todos, ¡temblar!.
La partida que hoy toca ver, es un claro ejemplo. Se trata de la Stahlberg-Alekhine, 37º Campeonato Suizo y a la vez Torneo Internacional de Maestros de Zurich (13), 1934, 0-1 en 44 movimientos, que fue analizada por Khalifman, por Kotov en su tomo III de la "Herencia ajedrecística de Alekhine"; luego en formato de Chessbase aparecen análisis del propio Alekhine, Myers, Marin, Euwe y Pachman. Y por último, también fue comentada por Morán en su precioso libro titulado "Agonía de un genio, A. Alekhine" y en concreto en la parte de la partida que más nos ocupa, en el final de piezas mayores que se dio.
En el momento actual y gracias a la aportación de los mejores módulos informáticos concluimos que la posición de aquel final es "objetivamente" de tablas, pero una cosa es creerlo y otra, como le sucedió a Stahlberg, es demostrarlo sobre el tablero, algo que para el ser humano es una tarea mucho más complicada.
Lo cierto fue que Alekhine le presionó, como había hecho en este tipo de posiciones de su gusto contra tantos otros, incluido Capablanca en el Mundial de Buenos Aires y terminó arrinconando a su desorientado rival que optó por tumbar su rey.
Como dijo Morán, en su aquí mencionado libro "versión de papel", que pude hace tiempo conseguir en Italia, porque en España ya no se encontraba, los finales con piezas mayores son de gran dificultad, pues en ellos juegan un importante papel diferentes factores, tales como los peones pasados, la seguridad del rey, las columnas abiertas, etc.
Lo cierto es que Alekhine estaba en su elemento. Veamos ahora la partida, con importantes descubrimientos por la tecnología actual sobre ese final, que nos entretiene...
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