Cuentan las crónicas que el aspirante Alexánder Alekhine fue poco a poco desgastando psicológicamente al entonces campeón mundial José Raúl Capablanca, que no era capaz de adaptarse a los recursos dinámicos de las posiciones que en el Gran Mundial de Buenos Aires de 1927 se fueron planteando.
Un ejemplo claro se dio en el encuentro Alekhine-Capablanca, (20), Tablas en 43 movimientos y que fue analizado en los cuatro libros de cabecera que cubren este encuentro, en el libro de Kotov de resumen sobre la carrera ajedrecística de Alekhine y en el tomo I de "Mis geniales predecesores" escrito por Garry Kaspárov.
Resulta de mucha utilidad, estimados lectores, ver los comentarios de este último sobre aquel Mundial, porque nos muestran muy bien las características principales que envolvieron el match.
Pero aún así, los dos mejores módulos informáticos de la actualidad, siguen aportando valoraciones nuevas, que convierte el estudio de las partidas en algo verdaderamente emocionante, como se muestra a continuación, en una posición que Garry valoró en su momento como muy ventajosa para Alekhine, pero que en realidad no lo fue tanto (!?):
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