Con el juego rápido que incluso en tiempo de torneo prepondera en la última etapa de la partida, ya no existen "grandes finales" como los de antes.
Esa fase semitécnica que se tiene que elaborar, sí o sí, con suficiente tiempo para pensar (hoy = ??), lamentablemente brilla por su ausencia en los torneos internacionales actuales.
Alekhine, se proponía también en el prólogo de su magnífico libro sobre el Gran Torneo Internacional de Nueva York de principios de 1927, escrito por él tras la finalización de su mundial ganado a Capablanca a finales de aquel mismo año, opinar sobre los finales del entonces denominada "La máquina del ajedrez" (en su criterio, mal llamado), renombre que caía sobre el genio cubano.
El segundo buen final que nos recomendó reproducir, es el que hoy ponemos aquí.
Fue, sin lugar a dudas, uno excelente de Capablanca, como veremos a continuación, estimados lectores, con los análisis suplementarios a todos los que ya hay, elaborados para este serial por el módulo informático "Dragon 2.5 by Komodo Chess" al nivel medio de 3 minutos de tiempo por jugada, que es el bueno, único e intransferible para la super-élite, cuando se trata de buscar entre todos sus componentes al mejor jugador del mundo.
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