La partida Capablanca-Bogoljubow, Gran Torneo Internacional de Moscú (19), 1925, 1-0 en 32 movimientos, fue sencillamente "espectacular".
El prestigio del campeón del mundo estaba entonces en juego, ante el brillante líder del torneo.
¡Saltaron chispas!.
Fue analizada por muchos curiosos del mundo del tablero. Por Bogoljubow, por Khalifman y luego en los libros que cubren la vida y obra del genio cubano, como fueron los escritos por Reinfeld, Panov, Golombek, Frisco del Rosario, Varnusz (Tomo I), Ministerio de Cultura de Cuba en Homenaje a Capablanca, Euwe & Prins, Stahlberg & Alles Monasterio, Bjelica, Sánchez (Tomo I) y como no, por Garry Kimovich Kaspárov, en el Tomo I de "Mis geniales predecesores".
Los módulos informáticos "Dragon 2.5 by Komodo Chess" y "Stockfish 14", también pusieron su granito de arena, analizando a un nivel de juego certero, único e intransferible; cuando lo que se busca es la calidad mediana en el mundo del juego-ciencia (!?) y que es la de 3 minutos, mínimo, por movimiento. En este blog, como todos ustedes ya saben, estimados lectores, no nos dejamos engañar por las patrañas que inventa la F.I.D.E. (Federación Internacional de Ajedrez) y que apoyan todos los personajes que viven de ella, sin respetar la "ética deportiva" que plasma muy bien la noble historia del ajedrez, como ésta que con gusto y de forma altruista estamos contándoles, con el único fin de promover la cultura ajedrecística ¡por todo el mundo!:
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