viernes, 4 de diciembre de 2020

El baúl de los recuerdos (48) - El retorno del Jedi... del AJEDREZ (24)

14ª partida. Sábado, 3 de Octubre de 1992.-

Esta es la típica partida de la que deberían aprender los jugadores de élite de hoy.

Bobby igualó sin problemas aceptando otra vez el Gambito de Dama que le planteó Spassky.

En la 15ª jugada, Fischer ofreció tablas a su rival. Spassky tras oportuna reflexión y viendo que no podía forzar el cotejo, terminó aceptándolas.

Cuando Spassky se disponía a retirarse del escenario, Bobby y aquí está lo que tienen "obligatoriamente" que aprender del genio los demás ajedrecistas importantes de la actualidad, paró a Spassky ¡en seco!.

Fischer seguía sentado en su silla y le comentó desde allí en voz alta al maestro ex-soviético que al no haber transcurrido una hora desde el comienzo de la partida, "por contrato" (firmado por los dos antes del inicio del Match), ambos jugadores debían proceder a jugar inmediatamente la siguiente, esta vez llevando el más grande ajedrecista de la historia las piezas blancas.

Así quedaba demostrado, una vez más, el tremendo respeto que Fischer sentía por el Ajedrez y por el público espectador (!!).

¿Qué es eso de firmar tablas cortas?. ¿Pero que se creen los jugadores de élite que son, cuando las firman?. ¿Qué cara se le queda al aficionado cuando ve al maestro engreído firmar un empate rápido para desaparecer rápidamente de la sala de juego?...

Cuentan las crónicas que Spassky le dijo en aquellos momentos a Bobby no haber recordado exactamente esa cláusula y que prefería entonces (¡si al REY no le importaba!) continuar jugando la misma partida... unas jugadas más (!?).

Bobby lo miró con cara de asombro y al mismo tiempo con contrariedad y como señaló al final de la partida, al no haberse estrechado las manos ambos jugadores en señal de acatar el empate (otro acto más de caballerosidad y de sentido del honor), pudo permitirle a Spassky que el cotejo continuara jugándose. Y así el mismo, con juego insulso, acabó en tablas en 32 jugadas.

Spassky, al finalizar la partida, con los periodistas delante, aprovechó para decirle a Bobby que temía que el genio lo pudiese matar en esa segunda partida diaria y se disculpó ante Fischer por desconocer totalmente el reglamento del Match.

Lo importante es que Fischer con aquel proceder había dado señales de cordura, de sinceridad, de gallardía, de espíritu de lucha y sobre todo de "sentido común" a los presentes.

Aquí queda también reflejado este proceder, ¡el mejor de todos!, para la posteridad.

Veamos lo que dijo entonces la principal prensa española sobre aquella 14ª partida del Match, posiblemente ¡la más importante de todas las disputadas!, sencillamente porque el genio demostró cómo se tiene que proceder con el Ajedrez de Alta Competición (sobre todo en las luchas por el Campeonato Mundial, que dirige la F.I.D.E. - Federación Internacional de Ajedrez -).

ENSEÑANZA PUES PARA LOS DEMÁS AJEDRECISTAS DE ÉLITE, todos ¡a años luz de Bobby Fischer!. La palabra GENIO debería pues suprimirse en la mayoría de los ajedrecistas internacionales (del pasado, pero sobre todo del presente) y sólo permitirse su uso cuando nos refiramos a este gran ajedrecista mundial, el mejor de todas las épocas, sin discusión alguna (por la brillantez de sus partidas y por su comportamiento ético ante el tablero):

(Para ampliar los recortes sacados de mi vetusto "baúl de los recuerdos" 
y poder leerlos bien, haga "click" encima de cada uno de ellos):

El inicio de la 14ª partida, la mejor del Match por lo que sucedió.

Torán comentaba, sin más, el mero ofrecimiento de tablas en la jugada 15ª, pero ya hemos visto que el mismo tenía su miga:




Era evidente lo que comentaba seguidamente Leontxo García:


Los análisis del GM Alfonso Romero, donde comentaba que las tablas habían dejado sensación de vacío. Evidentemente no conocía entonces la auténtica historia de lo sucedido:





Leontxo García ahora sí indagaba más en lo que había ocurrrido. Recordamos que el ofrecimiento de tablas en la jugada 15ª de Fischer llegó tras sólo "55 minutos de juego". ¡Por esa hora de más, estimados lectores, no se cansa nadie y menos aún se muere nadie!...





Quedaba claro, queridos amigos, que Caissa entonces sólo quería regresar con Robert James Fischer, pues dudaba de casi todos los demás grandes maestros...


Angel Jiménez Arteaga
aarteaga61@gmail.com

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