Capítulo VI: El nuevo Conquistador.
Terminado el Torneo de San
Sebastián 1911 Capablanca “exprime” bien su viaje a Europa y se marcha de gira
por París, Frankfurt, Nuremberg, Munich y finalmente llega a Berlín donde fue
recibido, según nos ilustra muy bien Miguel Angel Sánchez, por el mismísimo
campeón del mundo, por ¡Emanuel Lasker!, que lo catálogo públicamente de nuevo profeta en la Tierra Prometida del
Ajedrez.
Emanuel Lasker y
su hermano Bertoldo
Termina la gira alemana en
Hamburgo y en Colonia con la siguiente performance en sus partidas de
exhibición: +237 =30 -19.
Tarda luego tres semanas, por
mar, en llegar a Buenos Aires (Argentina). Se recorre entonces Bahía Blanca, dando
un salto a Montevideo (Uruguay), para terminar su nueva gira sudamericana en La
Plata, consiguiendo el score de +112 =9 -3.
No satisfecho, procede con la
“conquista” del mundo marchando de nuevo para Europa con la idea de llegar
cuanto antes hasta el propio Lasker y retarle definitivamente por el título de
campeón mundial y se marca por ello un nuevo Tour por Holanda, Dinamarca y terminando finalmente en Alemania.
Cuando llega a territorio alemán,
¡caramba!, resulta que Lasker no se encuentra. ¡Se había ido poco tiempo antes
a Nueva York!.
Antes de planificar su regreso,
sabe que su “mina de oro” se multiplica con su presencia publicitaria en las
grandes urbes y se recorre Praga, Budapest y Viena.
Ya a finales de 1911 termina en
Inglaterra con la firme idea de embarcar hacia los EEUU pero primero realiza
tres exhibiciones más, dos en Londres y una en Birmingham, donde consigue el
resultado de +65 =6 -11.
Un libro que habla de sus giras
Sánchez sigue investigando en aquel tiempo sobre los posibles problemas cardiovasculares que José Raúl ya podría estar empezando a experimentar.
La verdad es que el trabajo del
biógrafo es metódico…
Por fin, el 26 de Noviembre José
Raúl parte para Nueva York sin saber algo que ahora al leerlo nos resulta
francamente gracioso. En lo que él regresaba a América, Lasker venía en barco
para Europa. Sin saberlo, se encuentran en medio del océano, pero en
¡direcciones contrarias!.
Como contrarias fueron las
negociaciones posteriores para el match. Lasker empezó a objetarle todo tipo de
reparos que impidieron que el encuentro pudiese llegar a buen puerto.
En aquel tiempo, los intereses
sobre la corona mundial no estaban totalmente reglados y cada campeón ponía las
condiciones particulares para cada match en concreto.
Sabemos que para Lasker no era lo
mismo enfrentarse a Janowski o a Schlechter, que al genial Capablanca. ¡Lo tenía
claro!.
Janowski vs Lasker, Campeonato del Mundo de 1910
Schlechter vs Lasker, Campeonato del Mundo de 1910
En diciembre se recibe a
Capablanca con todos los honores, por su victoria en San Sebastián, en una de
sus casas ajedrecísticas, el Manhattan
Chess Club.
Parte luego de nuevo para Cuba para
pasar las Navidades en familia y Sánchez comenta una bonita partida informal
disputada por él en el buque Saratosa,
en su vuelta a La Habana.
Hacemos un inciso para dejar
claro que José Raúl Capablanca ya era todo un “hombre de mundo” (!?).
¡La de millones de personas que
vamos del trabajo para casa y de casa al trabajo un día tras otro a realizar
normalmente un cometido “vacío” de contenido y totalmente aburrido, cayendo de
paso en el ostracismo!.
Sólo los elegidos, con un don especial como el que tuvo Capablanca,
tienen la posibilidad de conocer grandes rincones del planeta y tratar con todo
tipo de culturas y de gentes “interesantes” y liberadas de “vulgaridad”; algo
que refuerza sus puntos de vista, que suelen ser luego mucho más “objetivos”
que el del resto de los mortales.
Habiéndome quedado tranquilo con
esta reflexión, continuamos mirando atentamente a la Biblia de Capablanca que tan bien ha escrito Miguel Angel Sánchez
(¡el que no se conforma es porque no quiere!) y vemos que en el primer
trimestre de 1912 surge también la vena periodística de Capa. Se inaugura su
revista, la “Capablanca Magazine”
y también se encarga de escribir una columna dominical en el Diario de La Marina, en este último caso,
desde el 31-3-1912 hasta el 30-6-1913.
Desconozco si todos esos
artículos de Capablanca aparecidos en aquel periódico cubano se pueden rescatar
o no en su totalidad; pero desde luego una buena recopilación de todas las
crónicas de Capa aparecidas en su revista, sí sería bonito que algún editor se
encargara de rescatarlas y de publicarlas en uno o varios libros que serían,
sin lugar a dudas, todo un lujo. ¡Otro
buen regalo de Reyes!.
Este cronista abre con frecuencia
los ojos a los editores para que busquen lo que tienen que buscar…
Alguien importante una vez dijo
que lo mejor de este mundo está ya hecho (!?). Que la solución no sólo está en
innovar y hacer cosas nuevas (que está bien, también) sino en rescatar del
olvido, las mejores del pasado.
Lanzado el guante. Continuamos.
Capablanca Magazine (1912-1914)
Capablanca comienza 1912 con su
cuarta gira norteamericana, con +316 =3 -10.
En vista de que el match con Lasker se va
enquistando y sobre esto investiga un montón Sánchez en el libro, como en su
momento también lo hizo Edward Winter en el suyo sobre Capa, otro grandioso
volumen titulado: “Capablanca: A
Compendium of Games, Notes, Articles, Correspondence, Illustrations and Other
Rare Archival Materials on the Cuban Chess Genius José Raúl Capablanca,
1888–1942” también de la Editorial McFarland (!?), surge una noticia que de
nuevo al cronista le enorgullece.
Se empieza a cocer un gran torneo
cuya mitad se disputaría en Nueva York y la segunda vuelta se realizaría en La
Habana.
Surgen entonces en Cuba y aquí
viene lo interesante para el cronista, una serie de grupos económicos de origen
“español” que colaboran en su realización, como son el “Centro Asturiano” y el
“Casino Español” donde los matches por el campeonato del mundo entre Steinitz y
Chigorin fueron disputados; así como la “Asociación de Dependientes del
Comercio” y según nos indica Sánchez y aquí viene mi alegría, ¡atención!, la “Asociación Canaria” de Cuba.
Asociación Canaria de Cuba con el monumento a la tinerfeña
Leonor Pérez Cabrera
Increíble pero cierto. Por lo que
vemos, las Islas Canarias, de donde es este cronista, aunque fueran desde la
distancia, también colaboraron en parte en el desarrollo del ajedrez en Cuba a
principios del S. pasado y por ende en el desarrollo ajedrecístico del propio
Capablanca (!?).
Este monumento se encuentra en el Paseo Borges Salas.
Se trata de un monumento sencillo,
un busto de bronce colocado sobre un pedestal,
con el que se rinde homenaje a Leonor Pérez Cabrera,
madre de José Martí, prócer de la independencia
cubana.
La escultura fue realizada por Thelvia Marín con
motivo
del centenario de la muerte de esta tinerfeña
ilustre que
fue puente entre las culturas cubana y española.
El 15 de Octubre de 1912 Capa
sale de La Habana para Nueva York y juega tres partidas allí contra Charles
Jaffe al que derrota por +2 =1 y quiso hacer lo mismo contra Oscar Chajes. Tras
vencerle nuestro genio en la primera, éste, dolorido, abandonó la idea.
Pone Sánchez en el libro una
bonita partida de quién será luego su gran rival, ¡Alexánder Alekhine!,
publicada por Capablanca en Diciembre de 1912 en el Diario de La Marina; lo que nos da a entender su perspicacia al
darse cuenta desde tan pronto que Alekhine tiene madera de campeón (!?); como
antes hizo Lasker cuando tildó a Capa de profeta y como ahora estamos viendo
por ejemplo en Wijk aan Zee 2016 entre Magnus Carlsen y Wei Yi; cuando ayer en
la cuarta ronda, Magnus optó por luchar frente Mamedyarov contra una “línea
insípida” ¡pero rocosa!, descubierta por el joven maestro chino (16 años) en la
segunda ronda del torneo.
¡La historia se repite!.
Capablanca en 1912 comenzaba a
pensar no sólo en Lasker, sino también en Alekhine (!?).
Ahora Carlsen comienza a pensar
ya seriamente en Wei Yi al que tampoco pudo doblegar en su primer
enfrentamiento particular (!?).
Cuando hablo de mis “trilogías sagradas” del
ajedrez, hablo por cosas como éstas. Carlsen ya está. Wei Yi, no lo sabemos
aún…pero por su edad, es candidato.
Mis tres grandes trilogías "sagradas" y Morphy.
Capablanca no pasa desapercibido
entonces para la alta sociedad cubana y aparte de su actividad ajedrecística
comienzan a encargarle que represente por el mundo el “turismo” y el “potencial
económico” de Cuba.
En Enero/Febrero de 1913 nuestro
ídolo juega el Torneo Nacional Americano
disputado en Nueva York que gana, con medio punto de ventaja sobre Marshall e
incluso con buena victoria ante Janowski, dejando claro que lo que les sucedió
a ambos en su partida de San Sebastián
fue un mero percance.
Como habíamos dicho, gran parte
del contingente de aquellos buenos ajedrecistas se desplazan posteriormente a
La Habana en el mismo mes de Febrero y ante ¡1.200 espectadores! el primer gran torneo de ajedrez cubano, se
celebra en un gran salón del Hotel Plaza y sólo hay un pero, ¡por fin! (lo
decimos por él y por lo mal que lo tuvo que haber pasado en 1909) Frank Marshall
se toma el desquite y le gana no sólo en su partida particular sino en la
clasificación final, sacándole otro medio punto de ventaja.
Pero como muy bien cuenta
Sánchez, se dio la curiosa circunstancia de que Jaffe se dejó a finales del
torneo en prise la dama en su partida
contra Marshall, dándole por ello la posibilidad de ganar aquel evento al
conseguir el punto completo de forma inesperada.
Frank Marshall
El que una dama se deje colgada
pasa muy, muy de vez en cuando (hace poco le ocurrió al mismo Mamedyarov en la
3ª ronda de Wijk aan Zee 2016, con una torre); pero los allí presentes dudaron
de las formas en que aquello sucedió, pues siempre se tuvo la sensación de que
aquella jugada fue realizada por Jaffe de manera intencionada para que fuese
Marshall y no Capablanca quien ganara el torneo.
El cronista recuerda ahora el
libro “Linares, Linares!” del gran
periodista de New In Chess, Dirk Jan
Ten Geuzendam, cuando cuenta como Kaspárov quedaba cariacontecido por la forma
en que allí lo miraban todos los demás ajedrecistas, desde Anand para abajo.
¡No eran capaces de admitir la
verdad absoluta!, dice ahora el cronista. Garri (también dentro de mis tres
trilogías) era netamente superior a todos ellos, salvo Kárpov, que si cedió al
final (¡que no en 1994!) fue por la edad, que es lo único que no perdona en
esta vida.
A los grandes, los tumba la edad
y no la fuerza ajedrecística de otros, si esta es menor.
Terminamos.
Mientras Capa se encuentra
jugando a mediados de aquel año el 1º
Torneo del Rice Chess Club en Nueva York que termina venciendo, sacándole
dos puntos y medio de ventaja al segundo clasificado, el checo Oldrich Duras,
el gobierno cubano decide que ya es hora de que José Raúl Capablanca se haga
diplomático y le marcan un primer destino “bonito”.
Sí, señores, bonito, bonito y
bonito:
¡¡San Petersburgo!!.
Aquello sí que era vida y no la
nuestra, ¿no les parece?.
Eso sí, antes de partir, Capa
debía dejar atado algún "asuntillo" pendiente que tenía con Caissa, la reina divina del ajedrez y su musa inspiradora:
(Continuará…)
Angel Jiménez Arteaga
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