miércoles, 20 de enero de 2016

José Raúl Capablanca: A Chess Biography – Miguel Angel Sánchez (XI)


Capítulo VI: El nuevo Conquistador.

Terminado el Torneo de San Sebastián 1911 Capablanca “exprime” bien su viaje a Europa y se marcha de gira por París, Frankfurt, Nuremberg, Munich y finalmente llega a Berlín donde fue recibido, según nos ilustra muy bien Miguel Angel Sánchez, por el mismísimo campeón del mundo, por ¡Emanuel Lasker!, que lo catálogo públicamente de nuevo profeta en la Tierra Prometida del Ajedrez.

Emanuel Lasker y 
su hermano Bertoldo  


Termina la gira alemana en Hamburgo y en Colonia con la siguiente performance en sus partidas de exhibición: +237 =30 -19.

Tarda luego tres semanas, por mar, en llegar a Buenos Aires (Argentina). Se recorre entonces Bahía Blanca, dando un salto a Montevideo (Uruguay), para terminar su nueva gira sudamericana en La Plata, consiguiendo el score de +112 =9 -3.

No satisfecho, procede con la “conquista” del mundo marchando de nuevo para Europa con la idea de llegar cuanto antes hasta el propio Lasker y retarle definitivamente por el título de campeón mundial y se marca por ello un nuevo Tour por Holanda, Dinamarca y terminando finalmente en Alemania.

Cuando llega a territorio alemán, ¡caramba!, resulta que Lasker no se encuentra. ¡Se había ido poco tiempo antes a Nueva York!.

Antes de planificar su regreso, sabe que su “mina de oro” se multiplica con su presencia publicitaria en las grandes urbes y se recorre Praga, Budapest y Viena.

Ya a finales de 1911 termina en Inglaterra con la firme idea de embarcar hacia los EEUU pero primero realiza tres exhibiciones más, dos en Londres y una en Birmingham, donde consigue el resultado de +65 =6 -11.

Un libro que habla de sus giras

Sánchez sigue investigando en aquel tiempo sobre los posibles problemas cardiovasculares que José Raúl ya podría estar empezando a experimentar.

La verdad es que el trabajo del biógrafo es metódico…

Por fin, el 26 de Noviembre José Raúl parte para Nueva York sin saber algo que ahora al leerlo nos resulta francamente gracioso. En lo que él regresaba a América, Lasker venía en barco para Europa. Sin saberlo, se encuentran en medio del océano, pero en ¡direcciones contrarias!.    

Como contrarias fueron las negociaciones posteriores para el match. Lasker empezó a objetarle todo tipo de reparos que impidieron que el encuentro pudiese llegar a buen puerto.

En aquel tiempo, los intereses sobre la corona mundial no estaban totalmente reglados y cada campeón ponía las condiciones particulares para cada match en concreto.

Sabemos que para Lasker no era lo mismo enfrentarse a Janowski o a Schlechter, que al genial Capablanca. ¡Lo tenía claro!.

Janowski vs Lasker, Campeonato del Mundo de 1910

Schlechter vs Lasker, Campeonato del Mundo de 1910



En diciembre se recibe a Capablanca con todos los honores, por su victoria en San Sebastián, en una de sus casas ajedrecísticas, el Manhattan Chess Club.

Parte luego de nuevo para Cuba para pasar las Navidades en familia y Sánchez comenta una bonita partida informal disputada por él en el buque Saratosa, en su vuelta a La Habana.

Hacemos un inciso para dejar claro que José Raúl Capablanca ya era todo un “hombre de mundo” (!?).

¡La de millones de personas que vamos del trabajo para casa y de casa al trabajo un día tras otro a realizar normalmente un cometido “vacío” de contenido y totalmente aburrido, cayendo de paso en el ostracismo!.

Sólo los elegidos, con un don especial como el que tuvo Capablanca, tienen la posibilidad de conocer grandes rincones del planeta y tratar con todo tipo de culturas y de gentes “interesantes” y liberadas de “vulgaridad”; algo que refuerza sus puntos de vista, que suelen ser luego mucho más “objetivos” que el del resto de los mortales.


Habiéndome quedado tranquilo con esta reflexión, continuamos mirando atentamente a la Biblia de Capablanca que tan bien ha escrito Miguel Angel Sánchez (¡el que no se conforma es porque no quiere!) y vemos que en el primer trimestre de 1912 surge también la vena periodística de Capa. Se inaugura su revista, la “Capablanca Magazine” y también se encarga de escribir una columna dominical en el Diario de La Marina, en este último caso, desde el 31-3-1912 hasta el 30-6-1913.

Desconozco si todos esos artículos de Capablanca aparecidos en aquel periódico cubano se pueden rescatar o no en su totalidad; pero desde luego una buena recopilación de todas las crónicas de Capa aparecidas en su revista, sí sería bonito que algún editor se encargara de rescatarlas y de publicarlas en uno o varios libros que serían, sin lugar a dudas, todo un lujo. ¡Otro buen regalo de Reyes!.

Este cronista abre con frecuencia los ojos a los editores para que busquen lo que tienen que buscar…

Alguien importante una vez dijo que lo mejor de este mundo está ya hecho (!?). Que la solución no sólo está en innovar y hacer cosas nuevas (que está bien, también) sino en rescatar del olvido, las mejores del pasado.

Lanzado el guante. Continuamos.


Capablanca Magazine (1912-1914)

Capablanca comienza 1912 con su cuarta gira norteamericana, con +316 =3 -10.

En vista de que el match con Lasker se va enquistando y sobre esto investiga un montón Sánchez en el libro, como en su momento también lo hizo Edward Winter en el suyo sobre Capa, otro grandioso volumen titulado: “Capablanca: A Compendium of Games, Notes, Articles, Correspondence, Illustrations and Other Rare Archival Materials on the Cuban Chess Genius José Raúl Capablanca, 1888–1942” también de la Editorial McFarland (!?), surge una noticia que de nuevo al cronista le enorgullece.

Se empieza a cocer un gran torneo cuya mitad se disputaría en Nueva York y la segunda vuelta se realizaría en La Habana.

Surgen entonces en Cuba y aquí viene lo interesante para el cronista, una serie de grupos económicos de origen “español” que colaboran en su realización, como son el “Centro Asturiano” y el “Casino Español” donde los matches por el campeonato del mundo entre Steinitz y Chigorin fueron disputados; así como la “Asociación de Dependientes del Comercio” y según nos indica Sánchez y aquí viene mi alegría, ¡atención!, la “Asociación Canaria” de Cuba.

Asociación Canaria de Cuba con el monumento a la tinerfeña
Leonor Pérez Cabrera


Increíble pero cierto. Por lo que vemos, las Islas Canarias, de donde es este cronista, aunque fueran desde la distancia, también colaboraron en parte en el desarrollo del ajedrez en Cuba a principios del S. pasado y por ende en el desarrollo ajedrecístico del propio Capablanca (!?).


Este monumento se encuentra en el Paseo Borges Salas.
Se trata de un monumento sencillo,
un busto de bronce colocado sobre un pedestal,
con el que se rinde homenaje a Leonor Pérez Cabrera,
madre de José Martí, prócer de la independencia cubana.
La escultura fue realizada por Thelvia Marín con motivo
del centenario de la muerte de esta tinerfeña ilustre que
fue puente entre las culturas cubana y española.

El 15 de Octubre de 1912 Capa sale de La Habana para Nueva York y juega tres partidas allí contra Charles Jaffe al que derrota por +2 =1 y quiso hacer lo mismo contra Oscar Chajes. Tras vencerle nuestro genio en la primera, éste, dolorido, abandonó la idea.

Pone Sánchez en el libro una bonita partida de quién será luego su gran rival, ¡Alexánder Alekhine!, publicada por Capablanca en Diciembre de 1912 en el Diario de La Marina; lo que nos da a entender su perspicacia al darse cuenta desde tan pronto que Alekhine tiene madera de campeón (!?); como antes hizo Lasker cuando tildó a Capa de profeta y como ahora estamos viendo por ejemplo en Wijk aan Zee 2016 entre Magnus Carlsen y Wei Yi; cuando ayer en la cuarta ronda, Magnus optó por luchar frente Mamedyarov contra una “línea insípida” ¡pero rocosa!, descubierta por el joven maestro chino (16 años) en la segunda ronda del torneo.

¡La historia se repite!.

Capablanca en 1912 comenzaba a pensar no sólo en Lasker, sino también en Alekhine (!?).

Ahora Carlsen comienza a pensar ya seriamente en Wei Yi al que tampoco pudo doblegar en su primer enfrentamiento particular (!?).

Cuando  hablo de mis “trilogías sagradas” del ajedrez, hablo por cosas como éstas. Carlsen ya está. Wei Yi, no lo sabemos aún…pero por su edad, es candidato.


Mis tres grandes trilogías "sagradas" y Morphy.

Capablanca no pasa desapercibido entonces para la alta sociedad cubana y aparte de su actividad ajedrecística comienzan a encargarle que represente por el mundo el “turismo” y el “potencial económico” de Cuba.

En Enero/Febrero de 1913 nuestro ídolo juega el Torneo Nacional Americano disputado en Nueva York que gana, con medio punto de ventaja sobre Marshall e incluso con buena victoria ante Janowski, dejando claro que lo que les sucedió a ambos en su partida de San Sebastián fue un mero percance.

Como habíamos dicho, gran parte del contingente de aquellos buenos ajedrecistas se desplazan posteriormente a La Habana en el mismo mes de Febrero y ante ¡1.200 espectadores! el primer gran torneo de ajedrez cubano, se celebra en un gran salón del Hotel Plaza y sólo hay un pero, ¡por fin! (lo decimos por él y por lo mal que lo tuvo que haber pasado en 1909) Frank Marshall se toma el desquite y le gana no sólo en su partida particular sino en la clasificación final, sacándole otro medio punto de ventaja.

Pero como muy bien cuenta Sánchez, se dio la curiosa circunstancia de que Jaffe se dejó a finales del torneo en prise la dama en su partida contra Marshall, dándole por ello la posibilidad de ganar aquel evento al conseguir el punto completo de forma inesperada.


Frank Marshall

El que una dama se deje colgada pasa muy, muy de vez en cuando (hace poco le ocurrió al mismo Mamedyarov en la 3ª ronda de Wijk aan Zee 2016, con una torre); pero los allí presentes dudaron de las formas en que aquello sucedió, pues siempre se tuvo la sensación de que aquella jugada fue realizada por Jaffe de manera intencionada para que fuese Marshall y no Capablanca quien ganara el torneo.

El cronista recuerda ahora el libro “Linares, Linares!” del gran periodista de New In Chess, Dirk Jan Ten Geuzendam, cuando cuenta como Kaspárov quedaba cariacontecido por la forma en que allí lo miraban todos los demás ajedrecistas, desde Anand para abajo.

¡No eran capaces de admitir la verdad absoluta!, dice ahora el cronista. Garri (también dentro de mis tres trilogías) era netamente superior a todos ellos, salvo Kárpov, que si cedió al final (¡que no en 1994!) fue por la edad, que es lo único que no perdona en esta vida.

A los grandes, los tumba la edad y no la fuerza ajedrecística de otros, si esta es menor.


Terminamos.

Mientras Capa se encuentra jugando a mediados de aquel año el 1º Torneo del Rice Chess Club en Nueva York que termina venciendo, sacándole dos puntos y medio de ventaja al segundo clasificado, el checo Oldrich Duras, el gobierno cubano decide que ya es hora de que José Raúl Capablanca se haga diplomático y le marcan un primer destino “bonito”.

Sí, señores, bonito, bonito y bonito:

¡¡San Petersburgo!!.

Aquello sí que era vida y no la nuestra, ¿no les parece?.

Eso sí, antes de partir, Capa debía dejar atado algún "asuntillo" pendiente que tenía con Caissa, la reina divina del ajedrez y su musa inspiradora:

 (Haga click para oir la canción)


(Continuará…)
Angel Jiménez Arteaga

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