martes, 19 de enero de 2016

José Raúl Capablanca: A Chess Biography – Miguel Angel Sánchez (X)


Capítulo V: El hijo pródigo.

José Raúl Capablanca regresa a Cuba en Julio de 1909. Su padre, condescendiente con sus modales ajedrecísticos, opta por rememorar junto a su hijo aquella famosa foto que imitara a la que años atrás (siendo un niño de 4 años) se habían hecho en un prestigioso estudio fotográfico de La Habana.

Miguel Angel Sánchez hace investigaciones sobre la vida de Capablanca en aquella época donde estuvo a punto de jugar un match contra un tal Akiba Rubinstein, otro de los excelentes jugadores mundiales.


Akiba Rubinstein

Siguen partidas de exhibición contra los mejores ajedrecistas residentes en la Isla, como fueron, entre otros, Juan Corzo, Rafael Blanco y Fernando Rensolí.

El Fígaro, 1912. Viñeta:
Una partida de ajedrez entre Paredes y Juan Corzo


Después de dos meses de descanso parte de nuevo para Nueva York el 19 de Septiembre en el buque Saratosa, uno de los barcos usados por legendarias figuras del ajedrez, como Wilhelm Steinitz.

Eran los tiempos en que Emanuel Lasker se enfrentaba por el campeonato del mundo a figuras como Janowski y como Schlechter.

El 12 de Octubre de 1909 Capa comienza otro tour de partidas de exhibición por los EE UU logrando la siguiente performance: +524 =22 -17.

Está incluso a punto de participar en el Torneo de Hamburgo de 1909, pero problemas de salud se lo impiden. Sánchez no logra averiguar, pese a las pesquisas realizadas, si ya por entonces Capablanca empieza a tener problemas de tensión arterial. Lo cierto es que siendo tan joven, ante su madre, intenta disimular cualquier cosa que le ocurra…

En Hamburgo participan grandes jugadores de la talla de Emanuel Lasker, Frank Marshall, Siegbert Tarrasch, Carl Schlechter, Geza Maroczy y Dawid Janowski; siendo a última hora reemplazados aparte del propio Capablanca, el polaco Akiba Rubinstein, por Alexander Alekhine y Fiódor Duz-Khotimirsky.

Así llegamos a 1910, donde Capablanca participa en el Campeonato de la Asociación de Ajedrez del Estado de Nueva York.

Cancela luego otro tour por Londres que le hubiera reportado grandes ganancias y sigue con sus exhibiciones por los EEUU.

Intenta que su país financie un match con Schlechter pero varios desastres naturales surgidos en Cuba lo impiden.

Vuelve a casa a finales de aquel año para pasar las Navidades en familia y parte de nuevo el 11 de Enero de 1911 hacia Nueva Orleans y a finales de aquel mes juega el Torneo Nacional Americano de Nueva York.

Por fin, llega el día de la partida para la ansiada vieja Europa.

El 8 de Febrero de 1911 a borde del famoso buque Lusitania (el barco más grande del mundo hasta la llegada del Titanic) y suponemos que haciendo escala en las Islas Canarias y concretamente en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, de donde es este cronista; 
Buque Lusitania. Nueva York, 1907.

Así de concurrida se mostraba la bahía del 
Puerto de S/C de Tenerife en aquella época

Una auténtica autopista de América a Canarias

Capablanca llega a España con la firme intención de participar en el mejor torneo disputado en el continente desde los tiempos de Hastings 1895 (1º Pillsbury), 

Torneo de Hastings de 1895. Haga click encima:

San Petersburgo 1895/1896 (1º Lasker),

Torneo de St Petersburgo 1895/96. Haga click encima:

Nuremberg 1896 (1º Lasker), 

Torneo de Nuremberg 1896. Haga click encima:

Viena 1898 (1º Tarrasch), 

Torneo de Viena de 1898. Haga click encima:

Londres 1899 (1º Lasker), 

Torneo de Londres de 1899. Haga click encima:

París 1900 (1º Lasker), 

Torneo de París de 1900. Haga click encima:

Cambridge Springs 1904 (1º Marshall) 

Torneo de Cambridge Springs 1904. Haga click encima:

y de nuevo San Petersburgo 1909 (1º Rubinstein).

Torneo de San Petersburgo de 1909. Haga click encima:


Nos referimos al también mítico Torneo de San Sebastián 1911.

Capablanca, tras las investigaciones fidedignas de Sánchez, llega esponsorizado a San Sebastián por uno de los organizadores cubanos de enjundia, el conocido Manuel Márquez Sterling, que como hemos visto, había jugado en el Torneo de París de 1900 y que era entonces dueño tanto del Casino de Ostende (Flandes - Bégica) como del Casino de San Sebastián (España), mítico lugar donde se celebraría el torneo en donde vence “en solitario” nuestro héroe del ajedrez, disputando “tres partidas emblemáticas” que han pasado a formar parte, con letras de oro, de la historia del ajedrez mundial.


Manuel Márquez Sterling. 
Escritor, periodista y diplomático cubano y 
en 1934 fue presidente de la República de 
Cuba durante seis horas

Son dos victorias y una derrota.

Su famosa victoria contra Bernstein en la primera ronda, cuyo sorteo quiso ofrecer desde el comienzo fuertes emociones al enfrentar a ambos; porque en el típico gesto envidioso que gobierna a todas las personas de este mundo a lo largo de todas las épocas desde que el hombre es hombre; el joven y casi desconocido Capablanca había sido desdeñado por el maestro ruso, quien había subrayado que el cubano no tenía títulos ni clase suficiente para participar en aquel certamen (pese a los esfuerzos “públicos” de Marshall por apoyarlo).

Capablanca se tomó entonces cumplida venganza, tablero por medio, derrotando y además brillantemente, a su presuntuoso rival y consiguiendo además con su victoria el premio especial de 500 francos-oro donados por el barón de Rothschild a la “mejor partida”.

Ossip Bernstein


La segunda victoria “inmortal” de Capablanca se produjo en la quinta ronda, en la partida que siguieron los espectadores con más expectación, la Capablanca vs Janowski. En efecto, fue una lucha jugada por ambos con mucha energía. Al final para sorpresa de todos, en la jugada 53, Janowski dejó escapar una continuación fácil, rehusando posteriormente un jaque perpetuo y permitiendo a Capa anotarse un punto muy valioso que le dio una ventaja cómoda en la clasificación sobre sus inmediatos perseguidores. Lo cierto es que aquella partida, como muy bien afirmó Panov, demostró la excepcionalidad, tenacidad y el ingenio del joven Capablanca, en una difícil defensa.



Y por último, su única derrota, acaecida en la décimotercera ronda del torneo. Akiba Rubinstein, con un Gambito de Dama, logró imponerse al joven cubano, el cual había permanecido invicto a lo largo de la prueba y desde el principio, manteniendo con una solidez incontestable la primera posición.

Aquel cotejo fue interesante de principio a fin. Había atraído a numerosos espectadores, que salieron finalmente decepcionados con la derrota del único jugador de habla hispana participante en el evento.

Se dio la curiosa circunstancia, para la posteridad de que una brillante maniobra de dama surgida en la partida (Dc1) la jugó también el propio Rubinstein contra Emanuel Lasker con la que también le venció; logrando la victoria ante dos grandes campeones con un ¡único tema!.


A favor de Capablanca hay que decir que la última semana del torneo la jugó muy mal porque se encontraba enfermo y de nuevo Sánchez no puede deducir el origen de aquella enfermedad y de si tiene relación con lo que luego serían problemas crónicos insostenibles…

Lo cierto es que después de aquella gran victoria acaecida en el Torneo de San Sebastián de 1911,

Torneo de San Sebastián de 1911. Haga click encima:
Cena de clausura en el Casino. Capablanca, el vencedor, 
en el centro ya acompañado de una bella dama.

como muy bien refleja Miguel Angel Sánchez en su bonito libro, había surgido en la galaxia ajedrecística una estrella de primera magnitud, deslumbrante, enigmática y a la vez extraordinaria y salida de aquel gran semillero ajedrecístico y cultural que fue

¡C U B A!:

(Pulse encima del enlace para oir la canción homenaje a Capablanca):

(Continuará…)


Angel Jiménez Arteaga

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