jueves, 18 de marzo de 2010

Bobby Fischer: Más sobre sus primeros años (III)



En nuestra añorada serie ¡Pase Mr. Bobby!, en su artículo número dos:


comentamos que Fischer tras su experiencia de Nebraska estuvo cerca de seis meses “entrenando duramente” antes de salir de nuevo a la arena ajedrecística.

Lo cierto es que ya aquel muchacho de tan sólo doce años de edad era muy famoso en América.

Prueba de ello fue su “gloriosa” aparición (!?) en la edición del 11 de Diciembre de 1955 del famoso periódico New York Times.

Permítanme contarles ahora esta historia un tanto olvidada (por el paso del tiempo) pero bastante importante para comprender la repercusión que tuvo nuestro ídolo en el mundo del ajedrez, desde los primeros albores de su dilatada existencia que en homenaje a “Caissa” duró 64 años, uno por cada casilla del tablero!.

Cerca del Central Park South de Nueva York, donde por todos es conocido que se juega ajedrez al aire libre, como bien refleja la siguiente foto:



se hallaba ubicado el Manhattan Chess Club, el de más solera en toda América.

Allí, el 26 de Noviembre de 1955, el mítico Bobby Fischer se enfrentaría en sesión de simultáneas contra doce componentes del grupo de jóvenes valores del York Team Chess Club.

Dos horas y veinte minutos tardó Fischer en terminar aquella, ¡su primera!, gran simutánea, de la que hoy presentamos en este blog esta foto histórica:



El primer rival que cedió ante Bobby fue a los cincuenta minutos de iniciada la sesión.

Lo curioso fue que el chico de Brooklyn ya llamaba entonces la atención en los EE UU por su forma tan interesante de jugar con tan corta edad.

El Yorktown Chess Club fue el primer club de ajedrez norteamericano que hizo valer la presencia de jóvenes valores en las competiciones neoyorkinas. Estaba formado por 86 ajedrecistas activos, comprendidos todos entre los 7 y 12 años de edad, que se reunían una vez a la semana para recibir enseñanzas y otra, para jugar en torneos regulares.

Fueron los mejores 12 niños de aquellos, los escogidos para enfrentarse al entonces enfant terrible del ajedrez USA, fiel reflejo de lo que las autoridades ajedrecísticas norteamericanas pretendían de su juventud, intentando copiar la conocida estrategia soviética.

Con tan sólo 12 años, en aquella simultánea, Fischer ya mostró en su comportamiento un síntoma de su personalidad “excéntrica” (genio y figura hasta la sepultura!?) pues abrió sus doce partidas con 1.e4, seguido de 2.Cf3 y 3.Ac4.

Los llamados “yorktowners” fueron pillados por sorpresa pues algunos esperaban aperturas más variadas aparte del peón de rey, como el gambito de dama… .

Cinco de los muchachos permitieron “combinar” a Bobby a las primeras de cambio con:

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ac4 Cf6 (en lugar de la más natural en la época 3…Ac5) y ahora Fischer siguió con 4.Cg5!? ejecutando la idea de Cxf7!!, el brillante Ataque Fegatello de la Defensa de los Dos Caballos, en honor a un antiguo maestro (1600) de la escuela italiana que junto a Lolli, Polerio y Ponziani vivió para revitalizar aquella apertura… .

Esta atracción de Fischer por analizar viejos esquemas llenos de trucos tácticos, fue uno de sus “pasatiempos” conocidos desde que aprendió a mover las piezas (!?)… . Los genios nacen, pero también se hacen estudiando desde un primer momento a los maestros del pasado!.

Lo cierto es que aquellos cinco muchachos sobre los que Fischer estrelló su pieza en “f7” se vieron inmediatamente obligados a sumirse en una profunda reflexión (cosa que Bobby no permitía por otro lado-!?). No cabe duda que para defender aquel tipo de posición las negras tenían que poseer primero que nada un conocimiento analítico de la misma… .

La “punzante” personalidad ajedrecística de Bobby hizo el resto pues impuso su neta superioridad en aquel tipo de posiciones intrincadas.

Los otros siete jugadores opusieron mayor resistencia en la apertura escogida y pudieron llegar en medianas condiciones al medio juego.

Las crónicas del momento recuerdan una brillante partida de Bobby jugada intensamente poniendo en marcha triunfal su masa central de peones. La misma hizo recordar a las “nostálgicas” autoridades presentes, al gran pedagogo del ajedrez estadounidense Herman Steiner, que tristemente había fallecido el día anterior.

Steiner había sido campeón americano en tres ocasiones y durante algún tiempo el organizador más eficiente de actividades ajedrecísticas de la costa oeste de su país. Vicepresidente de la Federación de Ajedrez de los EE UU, organizó el congreso panamericano de 1945, tuvo a su cargo la columna ajedrecística del Los Angeles Times y abrió en Hollywood un club de ajedrez al que acudían habitualmente, entre otros, Humphrey Bogart y José Ferrer.



Al término de la sesión, Fischer recibió del Manhattan Chess Club un reloj con una inscripción y una placa conmemorativa del Yorktown Chess Club por su esfuerzo!.

Stuart Siepser del Yorktown recibió un libro “dedicado” por Hans Kmoch (director y secretario del Manhattan) por haber sido el muchacho que mayor resistencia ofreció a Bobby.

La ya histórica relación de los doce ajedrecistas participantes ordenados por “orden de resistencia”, lugar de nacimiento y edad, fue la que sigue:

1. Stuart Siepser, Yorktown 12
2. Peter Foley, Peekskill 12
3. Walter Nitz, Yorktown 12
4. Billy David, Yorktown 11
5. Henry Brooks, Yorktown 9
6. Jimmy Rice, Peekskill 9
7. Marc Budwig, Shrub Oak 7
8. Leonard Bergstein, Yorktown 10
9. Evanna Nelson, Yorktown 12
10. Linda Villator, Yorktown 7
11. Eric Mynttinen, Croton Lake 11
12. Michael Foley, Peekskill 10

Los responsables del ajedrez estadounidense predijeron entonces que Bobby Fischer, por su gran clase, no tardaría en enfrentarse a los grandes campeones. ¡Y no se equivocaron!.

Fischer, ¡gran amante del ajedrez desde sus comienzos!, charló amigablemente tras aquella sesión con uno de los participantes, Billy David, al que mostró la posición resultante tras la décimocuarta jugada indicándole su error y señalando a los asistentes que fue en aquella partida dónde únicamente se vio con algo de apuros hasta llegar el error de David en el décimoquinto movimiento.

Bobby vivía entonces en Brooklyn no muy lejos del famoso estadio de béisbol USA del “Brooklyn Dodgers Ebbets Field”:



Cuando el Dr. Harold Sussman (un fuerte maestro de Brooklyn que trabajó durante gran parte de su vida en el Hospital Sinai) comenzó a reclutar a un grupo de niños, incluido su hijo Raymond para dotarlos de espíritu ajedrecístico competitivo, hubo uno de ellos que inmediatamente brilló con luz propia:

Robert James Fischer!.

Un saludo.
Angel Jiménez Arteaga
http://www.ajedrezcanarias.com (Secretos de Alcoba)
 

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