El Dr. Lasker lo pasó muy mal en su partida con Reti de la 11ª ronda del Gran Torneo Internacional de Moscú de 1925. Se llegó a una posición donde la pareja de caballos del ajedrecista checoslovaco era superior a la pareja de alfiles del gran campeón alemán. Luego la mejor estructura de peones conseguida le siguió dando chances victoriosas, pero Richard Reti no anduvo fino y terminó cediendo el empate ante el siempre coriáceo y eterno campeón, Emanuel Lasker.
La partida Lasker-Reti, (11), Tablas en 33 movimientos, sólo fue analizada por Bogoljubow y por Khalifman, pero merece la pena verla ahora con la aportación adicional del módulo informático "Stockfish 14" al nivel de análisis táctico de 180 segundos por jugada, en una sociedad alocada en donde nos llegan noticias variopintas sobre los resultados del actual campeón mundial Magnus Carlsen, que jugando al diabólico "juego rápido" en la actualidad, hoy gana, mañana pierde, pasado gana y el otro vuelve a perder, recordando este cronista la época, por ejemplo, de ¡Bobby Fischer! (11º campeón del mundo) que ganaba siempre al ajedrez clásico e incluso también en sus "sólo" esporádicas (!?) intervenciones oficiales en sistema rápido de blitz.
Antes, todo era así. Ahora no. Ahora aquí en la super-élite mundial en este "juego rápido" creado y sucedáneo del "ajedrez serio" y que por su modo vehemente es totalmente aleatorio, termina ganando cualquiera, dependiendo totalmente del factor suerte y no de los conocimientos adquiridos, que es lo único que se debería premiar. El entrenamiento duro y persistente, puesto en práctica en torneos internacionales de envergadura, como éste que estamos tratando aquí, de Moscú.
Queridos amigos, pese a tanto "juego rápido" fomentado por la inepta F.I.D.E. (Federación Internacional de Ajedrez) que no lleva a ningún sitio, ni tan siquiera para enseñar a los niños a pensar, que es lo principal del juego-ciencia (hoy algo ya casi totalmente olvidado), tambaleando con esa mala costumbre el sentido pedagógico del ajedrez en la enseñanza; todavía nos queda estar un tiempo al lado de Caissa, nuestra musa inspiradora en estas crónicas, para contarle tantas cosas y sobre todo, ¡que nos cuente!:
No hay comentarios:
Publicar un comentario