La 8ª ronda (de 15) del Gran Torneo Internacional de Londres de 1922 fue de las que hizo afición (!?). Capablanca se midió ante Tartakower y Alekhine ante Bogoljubow.
La partida Capablanca-Tartakower, (8), Tablas en 42 movimientos, fue analizada, aparte de por Maroczy y Khalifman, también por Euwe & Lodewijk Prins (que fue un GM honorario holandés) en su bonito libro titulado "AJEDREZ INMORTAL DE CAPABLANCA", publicado en 1959 por la prestigiosa y ya desaparecida, Editorial Sopena Argentina. También apareció en el libro de esa misma editorial escrito por el propio Dr. Tartakower y titulado: "LA MODERNA PARTIDA DE AJEDREZ - TOMO III - JUEGOS CERRADOS". Y por último Miguel Angel Sánchez en su libro I (en castellano) titulado "CAPABLANCA - Leyenda y realidad - Tomo I. El rey coronado" la puso con los comentarios del propio Savielly Tartakower.
En su crónica diaria aparecida durante el tiempo del torneo en el periódico británico The Times, Capablanca dijo lo siguiente: "Ayer, 10 de Agosto, por primera vez en el torneo, no pude ganar con las piezas blancas. Tuve al Dr. Tartakower como oponente (n.d.l.r.: Debido a los "tiempos revueltos", sólo había jugado dos veces contra él, en una exhibición en Viena en Marzo de 1914, con una victoria para el genio cubano y otras tablas) y surgió sobre el tablero una batalla campal. Los espectadores estaban aún más emocionados que el día de mi partida contra Bogoljubow (n.d.l.r.: Capablanca-Bogoljubow - 6ª ronda - 1-0 en 52 movimientos). En mi 14ª jugada (14.Dxe4) entré en una línea de juego que era arriesgada, pero que pensé que estaría bien. Lancé un ataque por el flanco de rey y tras 19...Dxa2 mi rival ganó mi peón "a" y así obtuvo dos peones pasados en el flanco de dama. Por el peón entregado logré una fuerte posición. Para obligarme a tomar una decisión, el Dr. Tartakower jugó 22...f5, después de lo cual sacrifiqué un caballo por dos peones y así en realidad sólo tenía un peón por un caballo. Por otro lado, tenía un peón "h" pasado que era muy fuerte y que finalmente coroné, ganando así una torre.
Mientras tanto mi oponente, a su vez lanzó un feroz ataque contra mi rey, que permaneció en el centro del tablero durante toda la partida. El ataque pareció tan amenazador que casi todos los espectadores e incluso muchos expertos, me dieron por perdido.
Sin embargo había una defensa perfectamente válida contra todas las amenazas y cuando me dieron por perdido, yo por otro lado pensé que de hecho tenía una partida ganada. Sigo pensando que tuve que dejarme algo en algún lado. Mi rival a lo largo de esta terrible confusión jugó notablemente bien, haciendo invariablemente las que resultaron ser las mejores jugadas. Cuando la partida se suspendió a las 18,00 h. en punto, tenía calidad por caballo y peón, pero la posición era tal que no tenía esperanza de ganar si mi oponente jugaba su 42ª jugada de forma correcta. Esto es lo que hizo al reanudar el juego (42...f4) y cuando le ofrecí tablas, aceptó".
Estimados lectores, Capablanca dejó dicho que seguía pensando que se había dejado algo en algún lado para no haber podido terminar ganando la partida como pensaba hacerlo. Pues en efecto. Por ejemplo, se dejó algo en el ¡mismo momento de la firma del empate!.
Así nos lo hizo ver hoy el aclamado módulo informático neuronal "Fat Fritz 2.0" al nivel medio de 3 minutos por movimiento, pues no debemos olvidar que estamos ante el rey de reyes de los juegos de mesa y no ante un tiovivo (cuando el ajedrez - a nivel de la élite - se transforma en ajedrez rápido):
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