A Alexander Alexandrovich Alekhine, tras acabar con 21 años el Gran Torneo Internacional de San Petersburgo de 1914, el mundo (ajedrecístico) se le quedaba pequeño.
Ya sólo tenía por delante a Lasker y a Capablanca, con el que tenía claro que se terminaría enfrentando con el título mundial en juego, debido a la edad de ambos.
Así, del 12 al 14 de Julio de aquel fatídico año de 1914 jugó un torneo cuadrangular en el Café Continental de París, empatando en el primer puesto con Marshall, otro trotamundos del tablero.
Se fue luego a jugar el 19º Congreso de la Federación Alemana de Ajedrez en Mannheim, torneo que no pudo acabarse por el inicio de la devastadora I Guerra Mundial. No obstante, tras 11 y únicas rondas celebradas de las 17 previstas, Alekhine ya mostraba su gran poderío, estando primero en la tabla de clasificación, por delante de fuertes ajedrecistas como eran, entre otros, Vidmar, Spielmann, Breyer, Marshall, Reti, Janowski, Bogoljubow, Tarrasch, Duras y Tartakower.
Tras muchas vicisitudes pasadas, cuando lo dejaron tranquilo (!?), pudo por fin jugar un torneo en el club de ajedrez moscovita a finales de 2015, donde ganó tras 11 rondas, sacando 2 puntos de ventaja, a Nenarokov.
Hasta Mayo de 1918 sólo jugó algunas partidas sueltas y en aquel mes, disputó un torneo triangular en Moscú venciendo al propio Nenarokov y a Rabinovich.
En 1919 venció en un match a Grigoriev, también en Moscú, por ¡4 a 0!.
Y en los inicios de 1920 se proclamó vencedor del Campeonato moscovita, sacando tras doce rondas, ¡tres puntos! de ventaja a Grekov, segundo clasificado.
Así vimos que en Octubre de aquel año, volvió a ganar tras 15 ruedas, la llamada Olimpiada de todas las Rusias con un punto de ventaja sobre el maestro que obtuvo el segundo puesto, Romanovsky y dos sobre el tercero, Levenfish.
El match revancha contra Grigoriev, en Marzo de 1921 (año éste donde compitió bastante), lo volvió a ganar con 2 victorias y 4 tablas.
En Triberg, del 29 de Junio al 4 de Julio de 1921, terminó 2 a 2 contra Bogoljubow. Este match fue el paso previo a un torneo celebrado en el mismo lugar entre cinco ajedrecistas, que Alekhine ganó con dos puntos de ventaja sobre el propio Bogoljubow, que le siguió en la clasificación final.
Del 5 al 19 de Septiembre de aquel año, jugó un torneo a once rondas en Budapest, venciéndolo con medio punto de ventaja sobre Grunfeld y uno sobre Kostic (2º y 3º respectivamente).
Luego volvió a ganar en el Torneo de La Haya (Holanda) jugado del 25 de Octubre al 5 de Noviembre de 1921 sacándole un punto a Tartakower y un punto y medio a Rubinstein (los mejores de 10 participantes).
Comenzó el año 1922 derrotando, tras dos partidas, a Bernstein por 1,5 a 0,5 en París.
Y así llegó el Gran Torneo Internacional Memorial Breyer disputado en Pistyan, la mayor ciudad balnearia de la entonces Checoslovaquia, donde tras ¡18 rondas! (a ver si los organizadores de hoy aprenden algo bueno - !?), quedó en tercera posición, a medio punto de ventaja del ganador, Bogoljubow y empatado con el 2º clasificado, Spielmann. Aquí se midió con grandes ajedrecistas internacionales como fueron también Grunfeld, Reti, Samisch, Tartakower, Tarrasch, Euwe o Marco.
De esta forma, estimados lectores, estábamos ante el primer enfrentamiento cara a cara con Capablanca ¡desde 1914!, objeto de estas crónicas; que sería del 31 de Julio al 18 de Agosto de 1922 en el Gran Torneo Internacional de Londres. Lasker, más ocupado en afrontar sus graves problemas económicos tras la gran guerra, no participó.
Será este Gran Torneo Internacional de Londres de 1922 el que trataremos seguidamente por completo, en lo que respecta a todas las partidas disputadas por el entonces campeón mundial Capablanca (en su primera intervención tras 15 meses sujetando la corona, sin más) y del príncipe ruso, Alekhine.
Queridos amigos, como suele suceder en tiempos de "posguerra", la mayoría de la gente se queda sin nada, pero tiene que volver a empezar otra vez y en eso estaban entonces los tres héroes de este bonito e instructivo serial "histórico" ofrecido aquí a todos ustedes y también a la F.I.D.E. (Federación Internacional de Ajedrez) al objeto de intentar que salga, con "lecciones culturales", de su letargo patológico.
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