Hay partidas impresionantes y esta que sigue es una de ellas.
Se trata del duelo Alekhine-Marshall, San Petersburgo - Fase Final (8), Tablas en 45 movimientos.
Fue analizada aparte de por Tarrasch y por Khalifman, sólo por Fred Reinfeld en su colección de partidas del entonces (en 1914) príncipe ruso del ajedrez.
Los grandes tácticos, como lo fue Frank Marshall, son por encima de todo "jugadores" de ajedrez, que apuestan siempre por el riesgo. Para ellos no hay ajedrecísticamente algo más importante que saltar a lo desconocido (!?).
Su patrón de juego y su gusto por el estilo agresivo son su sino...
Cuando vi lo que calculó sobre este enfrentamiento el módulo informático neuronal "Fat Fritz 2.0" a 3 minutos de media por jugada, llegué a la conclusión de que, en general, Alekhine siempre estuvo mejor, pero el maestro norteamericano se las ingenió para arrancarle al final el empate.
Y en la última posibilidad que tuvo Alekhine para intentar conseguir la victoria, la línea de juego que no se dio en realidad en la partida, pero que descubre hoy en día el ordenador, es sencillamente de otro mundo. Para el ojo humano, Marshall (al menos en apariencia rápida - ??) tendría también allí chances salvadoras, pero la cosa no está nada clara para el motor inhumano...
Descargue la partida en formato "cbv" de Chessbase:
O bien en formato universal "pgn":
Así, estimados lectores, con actitudes como la de Marshall en esta partida, vimos como el norteamericano se lanzaba al vacío al tiempo que cogía impulso y respiro (!?), con el único fin de volver a ser siempre ¡él mismo!.
Ya podrían aprender de esta leyenda del ajedrez y de su proceder en el "ajedrez clásico" (¡con mucho tiempo para pensar!) los que juegan al ajedrez rápido en la actualidad, bajo la permisibilidad de la sombría F.I.D.E. (Federación Internacional de Ajedrez).
¿No les parece, queridos amigos?.
En definitiva lo que deseamos (los grandes aficionados) de estos grandes maestros de la super-élite de hoy es que sean inmunes al dolor, como lo fue en su tiempo (1877-1944) el gran ¡Frank James Marshall!:
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