Tras la 8ª ronda (de 10) de la "Finalísima" del Gran Torneo Internacional de San Petersburgo de 1914, la clasificación de los cinco primeros del certamen (junto con los puntos alcanzados en las otras diez ruedas preliminares) era la siguiente:
1) Emanuel Lasker, 12 puntos de 16 disputados.
2) José Raúl Capablanca, 11 de 16.
3) Alexander Alekhine, 10 de 17.
4) Siegbert Tarrasch, 8 de 17.
5) Frank Marshall, 8 de 16.
Allí veíamos a los maestros jugando muchas partidas en un mismo torneo y todas a ¡ritmo clásico!, algo que la actual F.I.D.E. (Federación Internacional de Ajedrez) ha olvidado por completo en sus mal organizados mundialitos, que de repente, lo cortan bruscamente en su desarrollo y organizan entonces partidas rápidas entre los supuestos "campeón y aspirante", que no son de ajedrez "serio", sino que constituyen un lamentable simulacro que daña el principio básico por lo que esa organización internacional fue creada (??).
Entre tanto desorden actual, en San Petersburgo 1914, llegábamos a la 9ª ronda final y la partida Tarrasch-Lasker, tablas en 39 movimientos (no olvidemos tampoco que aquellos grandes maestros siempre luchaban sus partidas en cualquiera de las rondas disputadas, algo que desagradablemente no ocurre hoy en la élite, ante el patológico miedo reinante en la mayoría de los poco entendidos organizadores) no fue analizada sino por el propio Tarrasch en el libro del torneo (!?) y por Khalifman en el último volumen nº 2 de todas las partidas de Lasker comentadas en estilo informator.
La partida fue muy luchada y llena de alternativas y veamos seguidamente cómo la valoró nuestro preferido módulo informático neuronal "Fat Fritz 2.0" al auténtico nivel de análisis táctico de 180 segundos por jugada:
O bien en formato universal "pgn":
Queridos amigos, la reina del Ajedrez, NUESTRA musa inspiradora Caissa... está esperando cada noche a que el mundo de las 64 casillas del tablero se ¡ilumine nuevamente!, al margen de la oscura F.I.D.E.:
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