La partida Tal-Botvinnik (9) del Campeonato del Mundo que se estaba celebrando en Moscú en el año 1960, acercándola lo más posible al momento actual, ya que hoy no existen auténticos mundiales de ajedrez, volvió a terminar con victoria del entonces campeón del mundo, el Patriarca del ajedrez soviético, Mikhail Botvinnik. Aparte de las fuentes fijas señaladas en estas crónicas donde aparecen todas las partidas de este mundial comentadas, también la podemos seguir en el libro El Arte de la Defensa de Andy Soltis, en el libro Mikhail Botvinnik: The life and games of a World Chess Champion, también del mismo autor; en el libro Three Steps to Chess Mastery, de Suetin; en el tercer y último libro de la colección titulada Partidas Selectas (3) del propio Botvinnik; en el tomo II de la fabulosa colección de cinco, titulado Mis Geniales Predecesores, de Garry Kaspárov y también apareció la partida comentada por nuestro entrañable maestro español Román Torán en la "desaparecida" revista El Ajedrez Español, cuyo trabajo analítico ponemos aquí seguidamente por meros motivos didácticos y como complemento a todos los demás análisis minuciosos efectuados en estas obras de envergadura:
Botvinnik en aquel gran Campeonato del Mundo de 1960,
con su clásico "termito" al lado.
Impactó bastante ver que aquel sacrificio no se lo hizo Tal a cualquiera. Se lo hizo a todo un ¡campeón del mundo!.
El marcador quedaba como sigue:
Resultado del match por el "auténtico" Campeonato del Mundo (¡al mejor de 24 partidas! serias - PROHIBIDO RÁPIDAS) de 1960,
celebrado en Moscú, tras el 9º enfrentamiento.
El Campeonato del Mundo con estas dos victorias seguidas de Botvinnik se volvía a poner al rojo vivo, con 15 probables partidas más todavía por delante (!!). ¡Cómo tenía que ser!. Vivíamos una época donde no había prisa por dirimir ante el mundo qué ajedrecista candidato era el más fuerte, el más auténtico, el que tenía que medirse al gran campeón por la Corona de Caissa (!?), tras pasar primero una durísima criba que partía, antes que nada, por la de ser Campeón de su Club Local, luego Campeón de su Provincia, Campeón de su Región, ¡Campeón de su País!, Campeón de un Torneo Zonal (donde participaban los demás campeones de los países cercanos), Campeón de un valeroso Torneo Interzonal (donde jugaban entre sí a cara de perro los campeones de todos los Torneos Zonales) y por fin Campeón de un fortísimo Torneo de Candidatos (también largo y calmado - !? - y donde se enfrentaban los mejores clasificados de los Torneos - eran varios - Interzonales). Como ven, estimados lectores. Todo antes estaba bien medido (!!). Bien hecho. Hoy no. Hoy sólo y lamentablemente tenemos a una serie de organizadores, la gran mayoría anclados en la funesta cultura del pelotazo, es decir, la de llegar y la de besar el santo (??). Lo peor, es que los miembros componentes de la F.I.D.E. actual (Federación Internacional de Ajedrez) todavía presuman ante sus allegados (en un auténtico farol) de pertenecer a tan funesta organización internacional, que no cumple con su deber y que como estamos viendo el proceder ya estaba perfectamente establecido de antemano, funcionando adecuadamente, antes de que ellos llegaran de por último a tocarlo y a derrumbarlo todo...
Por tanto, queridos amigos, ya sabemos perfectamente quienes son los culpables de toda esta debacle organizativa ajedrecística mundial. Y todos ellos tienen nombres y apellidos. Así que, ¡que no se escondan y que paguen, con su actual puesto, por su negligente labor organizativa!:
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