El desconocido ajedrecista suizo Hermann Joss jugó contra Aléxander Alekhine ¡las dos partidas de su vida!.
Una, la ganó y en la otra, no consiguió también la victoria de milagro.
Y fue en la época gloriosa de Alekhine, que se paseaba por todo el mundo alzando su prestigioso título que lo catalogaba como el mejor ajedrecista del planeta.
Antes de pasar a la partida principal de esta crónica que aquí nos ocupa, acaecida en la 3ª ronda del 37º Campeonato Suizo y a la vez Torneo Internacional de Maestros de Zurich de 1934, retrocedamos varios años atrás para ver cómo Joss venció a Alekhine (aplicando táctica) en una sesión de simultáneas que el maestro francés de origen ruso dio en Berna:
Caricatura de Alekhine dando una simultánea.-
Como bien indicamos, la pólvora utilizada en esta partida de exhibición fue ficticia y no real, como la que comenzó a utilizar Vladimir Putin en Ucrania cuando ha pretendido invadirla de forma ilegal:
¡No a la guerra invasora en Ucrania!.
Reproduzca la partida en pantalla haciendo "click" en el siguiente enlace:
Descárguela en formato "cbv" de Chessbase:
O bien en formato universal "pgn":
Con esta premisa previa "básica", pasamos ahora a ver el encuentro Joss-Alekhine, 37º Campeonato Suizo y a la vez Torneo Internacional de Maestros de Zurich (3), 1934, 0-1 en 40 movimientos, que lamentablemente sólo fue analizado por Khalifman y recordado por Raetsky & Chetverik, sólo en su remate final, en su libro de enseñanza titulado "Alexánder Alekhine - Master of Attack".
La complicada partida que sigue, merece el comentario previo siguiente que nos ayudará, sin duda, a esclarecer lo que luego veremos:
El enroque largo de Joss pudo haberle reportado peor partida, pero Alekhine no lo aprovechó y se llegó entonces a una posición igualada.
El maestro suizo, recordando su partida simultánea, decidió otra vez atacar por el flanco de rey (en una situación típica de enroques en flancos opuestos). Alekhine ante aquel ataque de flanco debió contraatacar inmediatamente por el centro (como marcan los cánones clásicos), pero no lo hizo y permitió que el ataque blanco prosperara.
Y fue una pena que los aficionados suizos entonces presentes en la sala de juego, no viesen a su jugador (el más flojo de todos sus representantes en el campeonato nacional) imponerse con brillante juego táctico a su afamado rival y campeón mundial, en lo que hubiera sido una de las mejores posiciones de ataque de todo el torneo.
Tras la gran ocasión blanca desaprovechada, Alekhine recuperó el pulso y quedó pronto con clara ventaja, al entregar un alfil por dos peones, dejando a cambio al rey de su rival al descubierto.
Pero otra vez, en la contienda, ocurrió algo inesperado. Alekhine dejó pasar entonces una clara oportunidad de victoria y Joss igualó la partida.
El campeón mundial, en aquellos momentos y seguro que muy molesto con su actitud, jugó horroroso y... ¡volvió a quedar perdido!.
Con el correcto traslado del rey blanco a un lugar seguro, Joss hubiera obtenido, otra vez, una brillante victoria. Pero se fue con su monarca a un sitio incorrecto y Alekhine volvió a recuperar la ventaja.
Lo más curioso en esta rocambolesca partida, es que progresivamente la volvió a dejar escapar, para gozo y disfrute del público asistente, otorgando chances de tablas a su aventurero y valiente rival.
Posiblemente ya agobiado con su tiempo de reloj, el suizo no acertó con la receta tablífera, algo que requería de mucha precisión y a partir de ahí, Alekhine ya no perdonó:
Reproduzca esta gloriosa partida del maestro suizo en pantalla, haciendo "click" en el siguiente enlace:
Descárguela en formato "cbv" de Chessbase:
O bien en formato universal "pgn":
La clasificación del certamen tras esta tercera ronda era la siguiente:
Estimados lectores, todos los grandes aficionados al juego-ciencia, alguna vez hemos querido actuar como Hermann Joss, aunque para Caissa, la "reina del ajedrez", seamos a menudo solamente una bámbola...
Angel Jiménez Arteaga
aarteaga61@gmail.com
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