sábado, 15 de enero de 2022

Lasker, Capablanca y Alekhine o ganar en tiempos revueltos (273)

Retornamos a nuestro aclamado serial, que pretende comparar lo bien que se hacían las cosas antes, con lo mal que se hacen ahora con la F.I.D.E. (Federación Internacional de Ajedrez) y sus patéticos "mundialitos del azar" de la actualidad, que los quieren convertir todavía en atracciones más rápidas aún, de lo que ya son (??), bajando plenamente con ello la calidad del "juego-ciencia".

Dicho esto, totalmente al margen de los medios de comunicación especializados, todos hoy con intereses creados al respecto, vamos ahora a transcribir las últimas palabras del entonces campéon mundial José Raúl Capablanca en el periódico The New York Times, en relación al Gran Torneo Internacional de Nueva York de 1927 que había ganado, como hemos visto, de forma muy brillante:


"Aquellos de nuestros lectores que nos han seguido desde el comienzo de esta serie de artículos (n.d.l.r.: nosotros, que no podíamos ser menos) recordarán sin duda nuestras predicciones; los resultados han demostrado que juzgamos a nuestros oponentes con mucha precisión. Como se predijo, Alekhine demostró ser el mejor de nuestros competidores. El Dr. Vidmar evidenció ser el excelente jugador que es, al salir de la nada para amenazar seriamente a los ganadores del segundo y tercer lugar. Derrotó a Nimzowitsch dos veces seguidas y lo hubiera empatado en el tercer puesto si no hubiera fallado en su partida contra Marshall. En cuanto a Nimzowitsch, dijimos que podría proporcionar la sensación del torneo y esto lo hizo al principio del concurso, donde luchó con nosotros por el liderato. En un torneo general contra jugadores más débiles, Nimzowitsch tiene más posibilidades que el Dr. Vidmar, pero en un match creemos que el profesor tomaría la medida del representante de Dinamarca. Contra jugadores más débiles, Nimzowitsch ganaría muchas más partidas en las que Vidmar solo empataría, pero entre sí, la mayor firmeza de Vidmar y su gran ingenio en posiciones inferiores, sin duda le harían salir ganando.
En cuanto a la calidad de las partidas del torneo, creemos que nunca antes se había disputado un certamen en el que se hubieran hecho tan pocas pifias. Solo dos veces durante el concurso un jugador ha ganado una partida, después de haber tenido la posición perdida. Esto dice mucho de la alta calidad del juego exhibido y el estudiante no puede hacer nada mejor que leer detenidamente el libro del torneo cuando se publique". (N.d.l.r.: La impresión tras su lectura fue sensacional).

Estimados lectores, estamos a partir de ahora en disposición de contarles el Gran Campeonato del Mundo de Buenos Aires de 1927, que no tiene nada que ver con los campeonatitos actuales muy mal organizados y planificados con antelación, por la paupérrima F.I.D.E. de hoy.

Queridos amigos, este mundo ya giró y con la F.I.D.E. actual y los ministerios de cultura que no la fomentan como les corresponde, ¡le tocó perder!:


Angel Jiménez Arteaga
aarteaga61@gmail.com

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