En la partida que estuvo a punto de perder contra Capablanca en el Gran Torneo Internacional de Nueva York de 1924 (que ya vimos en su momento en este serial), Alekhine destacó el final que se jugó, indicando en el prólogo de su magnífico libro sobre el Gran Torneo Internacional de Nueva York de 1927 (como saben, escrito tras la finalización del mundial de aquel mismo año), que "esta partida entre otras supuso un punto de inflexión en su comprensión de la personalidad ajedrecística de Capablanca".
¡Y qué razón tenía el maestro francés de origen ruso!. Seguro que aprendió muchísimo del final que se dio en aquel encuentro.
Nos referimos a la partida Capablanca-Alekhine, (4), Tablas en 62 movimientos.
Hoy hemos estrenado para esta crónica el mejor módulo informático de la actualidad, el recién salido "Stockfish 14.1" y la verdad es que para la posición que le tocó analizar, nos defraudó (pero no sólo él, sino seguro que también todos los demás programas existentes).
En una posición de la mencionada partida de "clara ventaja blanca", enfrenté a este módulo, frente al nº 2 del mundo, el "Dragon 2.5 by Komodo Chess" al venerado nivel de juego de 40 jugadas en 2 horas 30 minutos, ¡sin finish! y aprendimos que la posición estaba muy lejos de poderse ganar y de hecho este enfrentamiento (que siempre nos sirve a modo de ejemplo) también, como sucedió realmente en la partida, ¡terminó en empate!, lo que realza la objetividad de Alekhine a la hora de desvelar (ya una vez proclamado brillante campeón del mundo) las debilidades del genio cubano, en este caso, en el campo del final.
Decir, que para esta ocasión gocé de la ayuda técnica del maestro FIDE tinerfeño Lucas Mendoza, que siempre tuvo claro que aquella posición era muy difícil de forzar, si no imposible y simplemente, mirando algunas posiciones ¡a vista de pájaro!, por encima...
Creemos que los programadores deberían rebajar el Elo que le otorgan a este tipo de módulos, cercano ya a los 4.000 puntos. Este final que pronto verán, estimados lectores, les otorga a cada uno de ellos, un Elo aproximado, sólo y como mucho, de ¡400 puntos!...
Pasemos pues a ver qué pudo haber ocurrido en aquel "final tipo" elegido por Alekhine para demostrar las carencias de Capablanca, de haber afinado entonces el maestro cubano, antes de meterse de lleno, como se metió, en un final mucho más tablífero todavía:
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