martes, 7 de septiembre de 2021

Lasker, Capablanca y Alekhine o ganar en tiempos revueltos (154)

Llegó ahora el momento de recordar a un maestro de habla hispana, natural de México, que en el mundo del ajedrez fue fugaz como un meteoro, preponderando en él, sólo desde 1920 a 1926 (!?). Participó también en el Gran Torneo Internacional de Moscú de 1925, que aquí vamos a tratar en relación a todas las partidas jugadas en el mismo por Capablanca y por el Dr. Lasker.

17) Carlos Jesús Torre Repetto (1904-1978). Mexicano.

Resultó curioso que aunque nació en Mérida (Yucatán), en 1915 su familia se trasladó a vivir a Luisiana (EE UU) y en concreto a Nueva Orleans, la ¡tierra de Paul Morphy!, que ha sido el más grande maestro de la historia, pese a que pasó muy rápido su carrera ajedrecística, cosa que la casualidad quiso que ocurriese exactamente igual, en la fugacidad, con el maestro mexicano.

Carlos Torre definió a Emanuel Lasker como un fuerte jugador práctico, racional y tremendamente intuitivo. De Capablanca señaló que jugaba siempre pensando en entrar en un final de partida donde se movía como pez en el agua y de Alekhine, cerrando así su opinión sobre los tres héroes de este serial, comentó que era el mejor de todos calculando variantes, con enorme capacidad de trabajo y memoria prodigiosa.

Una de las últimas fotos de Carlos Torre Repetto,
un maestro con encanto ajedrecístico y por 
aquel entonces, fan de ¡Bobby Fischer!.

Tras su estancia juvenil en Nueva Orleans, Carlos Torre pasó todo el año 1924 practicando y ganando en Nueva York. De ahí dio el salto para Europa, donde en 1925 jugó tres grandes torneos seguidos, que nos van sonando cada vez más tras estas últimas crónicas, el de Baden-Baden (10º clasificado), el de Marienbad (Marianske Lazne) (3º lugar) y luego éste, que trataremos, de Moscú, 1925.

Tras su experiencia moscovita, partió el año 1925 en Leningrado, donde jugó otro torneo y quedó subcampeón. Luego regresó a los Estados Unidos y compartió también el segundo lugar en un torneo en Chicago en 1926

Escribió un libro titulado "El desarrollo de la habilidad en ajedrez", donde destacó por encima de todas, la palabra ARMONÍA, necesaria para jugar bien en sus tres fases, apertura, medio juego y final.

No quiso sufrir más la presión de jugar al ajedrez (teniendo siempre que ganar para vivir) y justo en aquel año, desapareció...

La F.I.D.E. (Federación Internacional de Ajedrez), que siempre llega tarde y mal, porque está claro que es una organización rayana a la improvisación, le otorgó en 1977 el título honorario de Gran Maestro Internacional, ¡a un sólo año de su muerte!. 

Antes de jugar en el Gran Torneo Internacional de Moscú de 1925, Carlos Torre había logrado vencer a destacadas figuras del juego-ciencia, como por ejemplo eran: Marshall, Santasiere, Reshevsky, Janowski, Kupchik, Mieses, Grünfeld, Yates y Reti.

Queridos amigos, como la luz y la oscuridad, como las casillas blancas y negras del tablero de ajedrez, somos (con la F.I.D.E.) un sueño imposible que busca la noche...


Angel Jiménez Arteaga
aarteaga61@gmail.com

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