Y parece que comenzamos este serial el otro día... ¡y ya vamos por 150 crónicas!.
Toca hoy recorrer la biografía hasta la llegada del Gran Torneo Internacional de Moscú de 1925, del 13º maestro participante del certamen, que iba a retar a los míticos José Raúl Capablanca, entonces campeón mundial y Emanuel Lasker, excampeón.
13) Ernst Franz Grünfeld (1893-1962). Austriaco.
Su vida fue totalmente pasiva debido a que a los cinco años hubo que amputarle su pierna izquierda, tras un accidente.
Ha preponderado su nombre a lo largo de la historia del noble juego-ciencia, ya que fue el creador de la famosa Defensa Grünfeld, una de las más elegantes defensas del ajedrez que existen.
Como gran aficionado al rey de los juegos de mesa, fue capaz de coleccionar una gran biblioteca sobre ajedrez que incrementó y mantuvo hasta su muerte.
A finales de 1924, Ernst Grünfeld era el ¡4º ajedrecista del mundo!, tras los tres héroes de este serial y eso ya, estimados lectores, lo dice todo sobre su "gran fuerza" ajedrecística.
Repasamos ahora sus principales y más atrayentes participaciones hasta llegar a este gran torneo moscovita de 1925, que aquí nos va a acompañar durante bastante tiempo, para deleite general.
En el Torneo de Maestros de Budapest de 1921, Grünfeld quedó 2º clasificado de un total de 12 maestros participantes, tras Alekhine, el tercer héroe de este serial, que no participó en Moscú 1925. El maestro austriaco superó, entre otros, a cinco maestros de postín: Kostic, Tartakower, Euwe, Bogoljubow y Saemisch.
En Abril de 1922, quedó 4º en el Memorial Breyer disputado en Bad Pistyan, por detrás de Bogoljubow, Spielmann y Alekhine, de un total de 19 participantes. Sus principales víctimas fueron Tartakower y Euwe.
En noviembre de aquel año, quedó en la mitad de la tabla en el Congreso de Maestros de Viena, aunque derrotó allí a cuatro astros del tablero como eran Maroczy, Alekhine, Bogoljubow y Spielmann.
Así llegábamos a finales de Abril de 1923, donde Grünfeld se midió a otros 17 maestros en el Gran Torneo Internacional de Karlsbad, quedando ubicado en la 5ª posición, por detrás de Alekhine, Bogoljubow, Maroczy y Reti, pero superando entre otros, a figuras relevantes como eran Nimzowitsch, Yates, Teichmann, Tartakower, Tarrasch, Rubinstein, Bernstein, Saemisch y Spielmann.
Y seguíamos viendo como en aquel tiempo, no se reparaba en nada para organizar grandes eventos internacionales. El ajedrez, desde la época de los egipcios, ¡cuna de la cultura!, hoy está siendo vilipendiado por unos gobiernos ineficaces; por una F.I.D.E. (Federación Internacional de Ajedrez) que ha olvidado el motivo por el que ha sido creada y por otros organizadores mundiales que poco saben de cultura ajedrecística, pues está claro que ni tan siquiera, la intentan emular.
En Julio de 1923, se jugó el fuerte Torneo de Maestros de Moravska Ostrava, en donde entre 14 competidores, Grünfeld obtuvo el 3º puesto, tras Emanuel Lasker y Richard Reti, pero superando en la clasificación final a fuertes ajedrecistas de la talla de Tartakower, Euwe, Tarrasch, Bogoljubow, Spielmann y Rubinstein. Grünfeld cerró el año 1923 jugando en el Memorial Schlechter celebrado en Viena. Allí quedó 4º clasificado entre 12 participantes, tras Tartakower, Reti y Spielmann.
Todos estos grandes resultados se vieron coronados en el Torneo Internacional de Merano de 1924, con participación de 14 maestros, en donde Grünfeld salió campeón sacando dos puntos de ventaja a Spielmann y dos puntos y medio a Rubinstein.
En 1925, antes del Gran Torneo Internacional de Moscú que aquí nos va a ocupar, en relación a todas las partidas celebradas por Capa y por el Dr. Lasker; Grünfeld no desentonó y sobre todo participó en dos grandes eventos internacionales, quedando en Baden-Baden, 8º (de 21), con Alekhine y Rubinstein de 1º y 2º clasificados y en Marianske-Lazne, volvió a quedar 8º (pero de 16) en competición ganada al unísono por Nimzowitsch y Rubinstein.
Queridos amigos, los grandes aficionados al ajedrez (como el que les escribe) no olvidamos nunca a Caissa y no como otros, que fácilmente venden su alma al diablo...
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