Seguimos repasando las biografías de los maestros participantes en el Gran Torneo Internacional de Moscú de 1925, donde iban a jugar como magnas estrellas invitadas, los grandes campeones mundiales, José Raúl Capablanca (actual poseedor de la corona) y Emanuel Lasker (anterior titular).
3) Friedrich Saemisch (1896-1975). Alemán.
Había vencido en el Torneo Internacional de Viena de 1921, por delante, entre otros, de Euwe, Breyer, Tartakower y Grunfeld. Y había terminado en el 3º puesto en el Gran Torneo Internacional de Baden-Baden de 1925, jugado en la primavera de aquel año, en lo que era sin duda su mejor resultado deportivo hasta aquel momento moscovita, pues sólo había sido superado por los divos Alekhine y Rubinstein, quedando el maestro alemán por delante de grandes figuras del tablero como eran entonces, Bogoljubow, Tartakower, Marshall, Rabinóvich, Grunfeld, Nimzowitsch, Torre, Reti, Spielmann, Yates, Tarrasch y Mieses, por citar sólo a los más conocidos, que como estamos viendo, eran muchos.
4) Solomon Borisovich Gotthilf (1903-1967). Ruso.
Había compartido el 3º puesto en el Campeonato de Leningrado de 1922 (antes, San Petersburgo), donde Levenfish obtuvo la victoria. Dos años más tarde, en 1924, en idéntica competición, quedó 6º clasificado. En la misma localidad, en 1925, ganó dos torneos locales y luego en el 4º Campeonato de la U.R.S.S., también de 1925, quedó 6º, en un gran certamen ganado por Bogoljubow y luego antes de jugar en este torneo moscovita, quedó 3º en otra competición leningradense, por detrás de Romanovsky y Bolgoljubow, que compartieron ex-aequo el 1º premio.
5) Fred Dewhirst Yates (1884-1932). Inglés.
El mejor maestro británico del momento y suficientemente conocido en este serial, pues participó tanto en el Gran Torneo Internacional de Londres de 1922 (quedando 9º clasificado de 16 ajedrecistas participantes), como en el Gran Torneo Internacional de Nueva York de 1924 (también quedando ubicado en el 9º puesto de 11 maestros que lo jugaron a doble vuelta).
Fue uno de los ajedrecistas que fueron confinados en Rastatt, Alemania, cuando estalló la I Guerra Mundial.
Ya siendo muy conocido, antes del torneo moscovita que nos ocupa, había sido en dos ocasiones campeón de Leningrado, en 1920 y en 1925 - aunque aquí compartiendo los honores con otros tres maestros. En 1922 quedó 2º, por detrás de Levenfish, en el Campeonato de Petrogrado. En 1923, fue 7º-8º en el 2º Campeonato de la U.R.S.S., celebrado en Leningrado, con victoria de Romanovsky. En 1923 ganó en Novgorod. En 1924, quedó 2º, por detrás de Levenfish, en el Campeonato de Leningrado. En ese mismo año, en el 3º Campeonato de la U.R.S.S., finalizó en 5ª posición, con victoria de Bogoljubow. En la primavera de 1925, atención al dato, por significar lo que luego significó en el mundo del ajedrez, Iliá Rabinóvich, se convirtió en el primer jugador soviético de la historia al que se le permitió competir fuera de la U.R.S.S. . Participó en Alemania, en el Gran Torneo Internacional de Baden Baden, quedando 7º clasificado y aunque perdió con el campeón, nuestro tercer héroe de este serial, Alexander Alekhine, pudo derrotar en aquel bello certamen, entre otros, a reputadas figuras como eran Bogoljubow, Spielmann, Tarrasch y Colle. Y antes del torneo moscovita que aquí estamos comenzando a tratar, Rabinóvich había finalizado en 3º lugar (con medalla de bronce) en el 4º Campeonato de la U.R.S.S., disputado en su localidad natal de Leningrado, con triunfo de Bogoljubow.
Estimados lectores, quedaba claro que el gusto ajedrecístico del máximo responsable del ajedrez soviético y alma-máter de este Gran Torneo Internacional de Moscú de 1925, el de Nikolái Vasilievich Krylenko, era en aquellos momentos, sumamente ¡exquisito!, y eso lo decimos ya, cuando todavía aparte de Capablanca y de Lasker, nos quedan a 13 fuertes maestros más que repasar y que, sin prisa pero sin pausa, repasaremos.
¡Qué vayan aprendiendo de la historia del ajedrez, que parece que desconocen (??), los blanditos organizadores actuales!...
Queridos amigos, el triunfo, también ajedrecístico, tiene que estar siempre bien acompañado de "buen ritmo", que en el juego-ciencia de la super-élite actual, tiene que ser de todo, menos rápido, que es pecado.
Así de simple y cristalino.
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