Lasker, Capablanca y Alekhine o ganar en tiempos revueltos (84)
En relación al Gran Torneo Internacional de Londres de 1922, el entonces campeón mundial José Raúl Capablanca (Cuba) y vencedor de la competición, escribió lo siguiente en el periódico británico The Times, en artículo fechado el lunes 21 de Agosto de aquel año, en lo que sería su última crónica de despedida:
"La lucha que duró tres semanas llegó a su fin el viernes (n.d.l.r.: del 31 de Julio al 18 de Agosto, a.i., es decir 15 rondas en 18 días) y se puede decir que todos los premiados merecieron los premios obtenidos.
Al comparar los resultados reales con mi pronóstico antes del torneo (n.d.l.r.: Capablanca logró 13 puntos de 15 posibles), se verá que no estaba muy equivocado.
Desde el principio, Alekhine y Rubinstein fueron aspirantes a los primeros premios (n.d.l.r.: Alekhine - 2º - obtuvo 11,5 puntos y Rubinstein - 4º - obtuvo 10,5). El Dr. Vidmar en un momento, a través de un juego muy enérgico, en realidad tuvo la mejor oportunidad de llegar a la cima, pero su actuación en la última parte del torneo no fue tan eficiente como en la primera mitad y como resultado, cayó al 3º lugar (n.d.l.r.: El Dr. Vidmar consiguió 11 puntos).
Fotos de la época usadas en el programa del
Gran Torneo Internacional de Londres de 1922.
Los cuatro primeros clasificados, por exclusivo orden:
1º) Capablanca, 2º) Alekhine, 3º) Vidmar y 4º) Rubinstein.
Bogoljubow (n.d.l.r.: 5º con 9,5 puntos), Reti (n.d.l.r.: 6º con 8,5) y Tartakower (n.d.l.r.: 7º también con 8,5 puntos), pronto quedaron prácticamente fuera de la carrera por los principales honores, pero siempre fueron ganadores de premios seguros. El 8º lugar fue el que estuvo abierto todo el tiempo y cayó al final para Maroczy (n.d.l.r.: 8 puntos).
5º) Bogoljubow, 6º) Reti, 7º) Tartakower y 8º) Maroczy.
Al empatar a puntos con Maroczy, Yates logró una excelente actuación (n.d.l.r.: 9º con 8 puntos). El hecho de que Yates haya sido el único jugador inglés que ha participado en los últimos años en torneos internacionales debería abrir los ojos del público ajedrecista a la necesidad de competir internacionalmente. Si un torneo como el que acaba de terminar se celebrara en Inglaterra cada dos años, pronto se elevaría el nivel de juego en este país y no pasaría mucho tiempo antes de que un joven alcanzara todas las calificaciones necesarias para competir con éxito con los mejores maestros del tablero.
Otra característica del torneo ha sido el nivel evidentemente alto de caballerosidad de todos los competidores. No ha habido incidentes desagradables de ningún tipo y aunque el límite de tiempo molestó a dos o tres de los ajedrecistas participantes, nunca lo ofrecieron como excusa de porqué no lo hicieron mejor.Es posible que desde entonces hayan dicho algo en privado, pero nada para publicar.
9º) Yates (8 puntos), 10º) Atkins (6),
11º) Euwe (5,5) y 12º) Znosko-Borovsky (5).
El comité y los directores del torneo deben ser felicitados por los excelentes arreglos realizados para la comodidad de los jugadores y espectadores por igual y sin duda, la experiencia práctica obtenida en este certamen les será de gran utilidad para futuras competiciones, de modo que todas las sugerencias de mejora las tendrán en cuenta sobre la base de un ideal conocimiento de los requisitos prácticos que se necesitan en estos casos.
Finalmente depende de mi pensar en mí mismo y en mi desempeño en el torneo. No hace falta decir que estoy muy satisfecho con el resultado. Hacer 13 puntos de 15 posibles no es tarea fácil. Antes del torneo pensé que con 12 puntos ganaría el primer premio y planeé mi batalla en consecuencia. A medida que avanzaba la contienda y tanto Alekhine como el Dr. Vidmar seguían de cerca el ritmo que yo marcaba, se hizo evidente que 12 puntos podrían no ser suficientes. Fue obvio para mi después de mi partida con el Dr. Tartakower que se requería de un esfuerzo adicional si quería ser el primero (n.d.l.r.: Capablanca hizo tablas en la 8ª ronda con Tartakower y tenía entonces 7 puntos de 8 posibles, seguidos por Vidmar y Alekhine, ambos con 6,5 puntos y por Rubinstein con 6, a falta de seis rondas más para terminar el certamen). Con ese fin me dediqué seriamente durante unos días. Tuve la suerte de ser recompensado con cuatro victorias consecutivas tras entablar en la 9ª ronda con Alekhine (n.d.l.r.: ante Reti, Watson, Atkins y Vidmar - desde la 10ª rueda hasta la 13ª). Y Alekhine mantuvo el ritmo hasta que finalmente cedió medio punto en la 13ª ronda (n.d.l.r.: Alekhine venció a Yates, Morrison y Rubinstein de la 10ª a la 12ª rueda, mientras que empató con Reti en la 13ª). La pelea prácticamente había entonces terminado. El resto, salvo incidentes que pueden ocurrir, fue cuestión de forma. Con sólo dos partidas por jugar y un sólo oponente serio, que no tenía ninguna razón particular para jugar a ganar, era evidente que yo debería ser el primero (n.d.l.r.: Capablanca hizo tablas en 13 jugadas con Rubinstein en la 14ª rueda y ganó en la última a Marotti en 24; mientras que Alekhine, desincentivado, hizo tablas con Maroczy en 32 movimientos y también con Tartakower, al final, en 18).
Mis muchos amigos están sin duda satisfechos con el resultado. Les estoy muy agradecido por su gran confianza en mi capacidad para ganar el torneo. Es un motivo de gran satisfacción para mi haber podido demostrarles que su confianza no estaba del todo fuera de lugar.
En cuanto a mis partidas, las mas emocionantes fueron la Capablanca-Bogoljubow, (6), 1-0 en 52 movimientos y la Capablanca-Tartakower, (8), tablas en 42. En ambos casos, tanto los espectadores como los expertos me dieron por perdido. Sin embargo su juicio no resultó acertado. Gané una y empaté la otra (n.d.l.r.: en la partida contra Bogoljubow el módulo informático neuronal "Fat Fritz 2.0" nunca vio perdido a Capablanca y sí que le otorgó posibilidades de victoria durante la mayor parte del tiempo. En la partida contra Tartakower, una vez en el medio juego y tras error de Capa, que estaba mejor, Tartakower adquirió clara ventaja, que luego volvió a perder y en el momento de la firma del empate, el genio cubano pudo haber ganado la partida, según nos calculó eficientemente el módulo informático).
Probablemente mi mejor partida fue la Capablanca-Vidmar (13), 1-0 en 42 movimientos. Todos los expertos la consideran muy buena y uno de los principales maestros del torneo insiste en que la presente para el premio de belleza, debido a la combinación larga y difícil que comencé tras 15.a3! (n.d.l.r.: +- tras 15.a3! para Fat Fritz 2.0. Se dieron dos premios de belleza en este torneo y fueron por este orden para las partidas: Reti-Znosko Borovsky (12), 1-0 en 33 movimientos y Vidmar-Yates (6), 1-0 en 34 jugadas).
Y desde el punto de vista del espectador, posiblemente mi partida más bonita fue la Morrison-Capablanca (4), 0-1 en 57 jugadas, ya que en dos ocasiones diferentes ofrecí un alfil durante el transcurso del enfrentamiento. En cualquiera de las dos ocasiones, hubiera sido fatal tomarlo (n.d.l.r.: Para Fat Fritz 2.0, en la primera, tomarlo, hubiera sólo dado tablas a Capa y en la segunda, sí es verdad que no se podía capturar, porque Capablanca hubiera dado un precioso mate. Pero en general en todo este enfrentamiento, Morrison gozó de buenas oportunidades para conseguir clara ventaja y varias veces)".
13º) Wahltuch (5 puntos), 14º) Morrison (4,5),
15º) Watson (4,5) y 16º) Marotti (1,5).
Y con esta instructiva crónica final podemos decir, estimados lectores, que el torneo londinense definitivamente ya, sí que había concluido (!?).
Ha llegado pues el momento ahora, queridos amigos, de avanzar dos años más aquel tiempo e irnos a ver, como si estuviéramos en directo (!?), el ¡Gran Torneo Internacional de Nueva York de 1924!, donde se volvieron a ver las caras desde 1914 (Gran Torneo Internacional de San Petersburgo) los tres ases de este serial, el entonces campeón mundial José Raúl Capablanca (35 años), el excampeón mundial Emanuel Lasker (¡con 55 años!) y el futuro campeón mundial, Alexander Alekhine (31 años). Ahí es nada...
¿Me acompañan a esta apasionante aventura?. Será a partir de mañana mismo:
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