Si Alekhine (jugando con las piezas negras) lograba superar con éxito el escollo de Rubinstein en la 12ª rueda del Gran Torneo Internacional de Londres de 1922, todavía tendría la oportunidad de dar caza a Capablanca.
Ya sabemos que el genio cubano había derrotado a Watson en aquella jornada y lo bonito fue que el enfrentamiento Rubinstein-Alekhine, (12), 0-1 en 62 movimientos, volvió a dejar las espadas en alto para el acontecer final del certamen.
Aquella partida fue comentada, aparte de por Maroczy y por Khalifman, también por Alekhine en el primer libro (de dos) de sus mejores partidas y en el tomo nº tres (de cuatro) de la Herencia Ajedrecística de Alekhine, escrito por Kotov.
Capablanca dijo de ella lo siguiente en el The Times: "Rubinstein y Alekhine tuvieron una dura batalla. La partida discurrió dentro de la misma línea de juego que habían jugado Bogoljubow y el propio Alekhine cinco días atrás en la 8ª ronda de esta competición. En el aplazamiento, a las 18,00 h. en punto, Alekhine tenía un poco de ventaja. Al reanudarse la partida, se produjo un final muy difícil que Alekhine jugó bien. Rubinstein, por otro lado, después de tener un empate relativamente fácil, jugó mal y perdió".
Y así también fue, estimados lectores, para el módulo informático neuronal "Fat Fritz 2.0" al nivel de análisis táctico de 3 minutos de media por jugada:
O bien en formato universal "pgn":
La clasificación general a falta de tres rondas quedaba como sigue:
(Para ampliarla hacer "click" sobre la misma):
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