Cuando el 7 de Junio de 1959 el mago de Riga Misha Tal terminaba como brillante campeón del Torneo Internacional de Zürich de 1959, al firmar tablas en la 15ª ronda con el genio norteamericano Bobby Fischer, entonces con sólo 16 años, jamás pudo imaginar que apenas un mes y medio más tarde le iba a suceder algo que lo marcaría negativamente para el resto de sus días.
Sobre el 25 de Julio aproximadamente, en el campamento de entrenamiento del equipo letón que se preparaba concienzudamente para la disputa de la Spartakiada de los Pueblos de la U.R.S.S. que se iba a celebrar en la segunda semana del mes de agosto, Misha Tal (con 22 años), en algún lugar de Riga cercano al mar, sufrió un feroz y doloroso ataque en sus riñones a los que, a partir de aquel momento, jamás se le pudo encontrar solución médica alguna y que acabó en una penosa y constante enfermedad que sólo la pudo atajar con todo tipo de tranquilizantes y que tuvo que soportarla con su correspondiente deterioro durante ¡33 años más!, hasta que el 28 de Junio de 1992 acabó con su vida, en Moscú, con Anatoli Kárpov, en un gran acto de comportamiento, organizando y financiando de su propio bolsillo, el traslado del cadáver de Misha desde allí hasta su localidad natal en Letonia, para que se procediera a su definitiva sepultura, con gran tristeza causada en el mundo del ajedrez, pues Tal tenía entonces sólo 55 años.
Lo que hubiera pasado definitivamente con Misha (en el plano deportivo) de no haber enfermado tan pronto, jamás lo sabremos, pero por lo que vimos que hizo, sí podemos casi asegurar que sus resultados ante el tablero hubieran sido todavía muchísimo mejores de lo que fueron, en general muy buenos, a veces incluso con matrícula de honor...
Lo cierto es que entonces, con dolor y todo, Misha optó por participar en aquel evento soviético por equipos que se celebró en Moscú, en el famoso Club Central de Ajedrez de la U.R.S.S., del 6 al 14 de Agosto:
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