La partida de la 9ª ronda del Torneo Interzonal de Portoroz de 1958 entre Misha Tal (blancas) contra el maestro internacional de origen húngaro, nacionalizado canadiense, Geza Fuster, es la que hoy nos ocupa en esta crónica.
Fuster como tantos otros del bloque del Este (¡que son los que huían!) desertó durante la II Guerra Mundial de su país Hungría para terminar afincándose en Toronto (Canadá). Se dio la circunstancia de que escapó de aquel infierno comunista junto a Pal Benko, pero este último fue descubierto y posterioremente arrestado y tuvo que pasar ¡tres largos años en prisión!, hasta que por fin logró conseguir la nacionalidad estadounidense.
Podríamos decir que para el maestro canadiense disputar el Torneo Interzonal fue sin lugar a dudas el ¡premio de su vida!. Perdió todas las partidas menos tres. Le arrancó dos tablas a los argentinos Panno y Sanguinetti y venció al colombiano De Greiff.
Fuster casi fue miniaturizado por Tal en sólo 27 jugadas, pero aquella partida definió muy bien el estilo del mago de Riga y por eso ha sido comentada en diversas fuentes sobre la vida y obra de Tal: En los libros de Clarke, de Liepnieks, de la Editorial Catalán, de Hajtun, de Tal & Koblenc, en el libro Al Ataque de Tal & Damsky y en el de Müller & Stolze. Para esta crónica hemos escogido la partida que salió publicada en la revista Ajedrez de la "desaparecida" Editorial argentina Sopena, resultando curioso que Palau también la comentara en su libro sobre Tal, pero con análisis completamente distintos a los que salieron en aquella gran revista y que fueron los siguientes:
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