Después de un pleno de tres victorias en el 24º Campeonato de la U.R.S.S. del año 1957, celebrado en Moscú, Misha Tal, de nuevo, volvió a vencer en la 4ª ronda del magno certamen, que contaba, ahí es nada, con 22 ajedrecistas participantes.
Hoy, tremenda competencia, en un SISTEMA DE LIGA, todos contra todos, ya no se estila. Pero este cronista tranquilamente recurre al pasado y disfruta (permanentemente) de lo que había, que era mucho, muchísimo mejor, que lo que tristemente se "organiza" ahora.
Entre los maestros clasificados para la gran finalísima, aparte de Tal estaban, como los más renombrados, Gurgenidze, Mikenas, Antoshin, Nezhmetdinov, Furman, Taimanov, Aronin, Boleslavsky, Petrosian, Korchnoi, Kholmov, Tolush, Spassky, Keres y Bronstein.
Tres de ellos serían luego campeones mundiales (Tal, Petrosian y Spassky). Uno, ya había sido co-campeón (Bronstein) y dos se pueden considerar sin duda alguna, campeones sin corona (Keres y Korchnoi).
El rival de Tal, en aquella "mágica" cuarta ronda, fue el menos conocido maestro Anatoly Bannik, aunque no por ello muy inferior que los que hemos nombrado, pues fue cinco veces campeón de Ucrania y en siete ocasiones participante de las fases finales de los Campeonatos Soviéticos.
La partida apareció comentada en la revista AJEDREZ de la desaparecida Editorial Sopena Argentina.
Y también Tal y Damsky la incluyeron dentro de la sección CAYENDO EN LA TRAMPA de su libro "Al Ataque" publicado (con acierto) por la Editorial española La Casa del Ajedrez.
Hajtun y Palau también la analizaron en sus respectivos volúmenes sobre la vida y partidas del Mago de Riga.
Lo cierto fue que cuando Bannik dejó que Tal jugase la incómoda jugada 25...e3, pensaba que se salvaba con un truco que en realidad constituyó un efecto boomerang para sus intereses:
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