- ¿Qué hiciste para poder jugar contra Fischer?.
- Simple. Tomé un taxi hacia Heathrow, un avión a Budapest, un taxi a la estación de trenes de Budapest, un tren desde Budapest a Belgrado, luego otro tren desde Belgrado hasta Titogrado, donde fui arrestada por filmar el viaje. Una vez solventado el entuerto en la comisaría, por fin pude partir hacia Sveti Stefan, donde llegué a la mitad de una de las ruedas de prensa. Entonces escribí tres preguntas (de la forma habitual) a Robert Fischer. La tercera fue: "¿Podría yo jugar una partida de ajedrez con usted?".
Así lo contó la periodista de ajedrez británica Cathy Forbes en una entrevista que le hicieron en la revista CHESS de Agosto de 1993, que hoy saqué de mi "famoso" BAÚL DE LOS RECUERDOS...
La misma me empujó a recordar aquel histórico Match de 1992 entre Fischer y Spassky (ese bonito tema, ¡empezará mañana! - ESTÉN ATENTOS).
Los grandes aficionados habíamos estado esperando ¡20 años!, hasta que de repente y casi por sorpresa (estábamos entonces en un mundo sin INTERNET) llegó la noticia de la ansiada reaparición de Fischer, que lo primero que pensé cuando la leí... es que iba a ser otra noticia frustrada más, de las que había perseguido incesantemente durante todo aquel largo tiempo de espera.
El 21 de Septiembre de 1992, el día de la despedida de Sveti Stefan (pues el Match, tras la undécima partida, se iba a trasladar a Belgrado), Bobby mandó a llamar a Cathy Forbes a través de su guardaespaldas predilecto (tenía muchos, pues en aquel tiempo en la zona, lamentablemente, había guerra), llamado Nejsa (Nenad Nesh Stankovic) y cuando la chica entró en la habitación donde se encontraba el REY DEL AJEDREZ, el mejor ajedrecista y el más carismático de todos los tiempos, Cathy vio como la misma estaba llena de soldados con sus respectivos fusiles de asalto soviéticos Kalashnikovs (hay una Defensa en el mundo del ajedrez que casualmente se llama así), pero al fondo estaba Bobby sentado ante una mesa y pronto se apresuró a decirle, mientras ella se acercaba:
"Bien. Procedamos a jugar una partida, rápidamente...".
Forbes cuenta que se quedó como obnubilada, porque encima de la mesa no había ni tablero de ajedrez, ni reloj, ni nada...
Pero Fischer, que siempre lo tenía todo controlado, sacó entonces su "tablerito de bolsillo" y como un auténtico caballero, le otorgó la salida a la dama:
Queridos amigos, Cathy Forbes logró entonces lo que muchos hubiéramos querido lograr:
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