martes, 20 de octubre de 2020

El baúl de los recuerdos (6) - Blackburne vs Tarrasch, Nuremberg (6) 25.07.1896

Hoy rescaté de mi "baúl de los recuerdos" el libro titulado Nuremberg 1896 - International Chess Tournament, del Dr. Siegbert Tarrasch, traducido al inglés por John C. Owen. La edición mía es de 1999 y el libro ocupa 404 páginas.

Nuestro gran protagonista de este entrañable artículo es el que fue jocosamente llamado por el gran aficionado de entonces, la PESTE NEGRA DE EUROPA y más aún, la ¡MUERTE NEGRA!.

Y todo es por lo mismo, por el miedo que le tenían sus rivales, porque no sólo era un jugador agresivo en el tablero sino también en la vida.

La historia de Joseph Henry Blackburne, nacido en Manchester (Inglaterra) en 1841 y fallecido con 83 años, es de ¡película!.

Tenía un carácter fuerte y a la vez cambiante, pasando de la risa a la ira en poco espacio de tiempo.

Su afición por la bebida fue también notoria porque afirmaba que el alcohol ¡aclaraba la mente!.

Gran ajedrecista "bohemio" de estilo atacante, donde en posiciones de ese tipo era letal.

Grabado de Blackburne pintado en 1888


Estimados lectores, decirles que uno tiende a quedarse atónito cuando imaginamos al gran teórico checo Wilhelm Steinitz  (primer campeón del mundo) intentando experimentar sus revolucionarias ideas "metódicas" ante jugadores como Blackburne (!?).

Sin duda aquello fue un mal negocio, porque la historia cuenta que ambos ajedrecistas se llegaron a "agarrar" ¡dos veces! (por desavenencias producidas en algunas de sus partidas) y para más INRI, en un match en donde Steinitz venció por ¡7 a 0! a su contrariado rival, éste último, de la tremenda rabieta, optó al final, por tirarse de cabeza por la ventana de la sala de juego; por suerte para el mundo del ajedrez que el match se jugaba entonces en una planta baja...

Con sus defectos, pero también con sus virtudes ajedrecísticas, Blackburne consiguió despedazar alguna que otra vez al propio Steinitz, a Chigorin, a Winawer, a Pillsbury, a Zukertort y en la partida de hoy al Dr. Tarrasch.

Mi libro de Tarrasch sobre aquel Torneo

En 1869, Blackburne se proclamó campeón británico, hazaña que consiguió también en 1914, con ¡72 años!. Cuatro años después, al pobre, le cayó una bomba encima en la I Guerra Mundial y aunque quedó muy mal herido, nuestro héroe al fin, ¡logró salvarse!.

Se cree que aparte del ajedrez de torneo llegó a disputar más de 2.000 partidas adicionales al año en exhibiciones contra los aficionados. En una de ellas, se quedó jugando ya sólo contra el último rival de turno. Se sentó en una silla y aprovechó para capturarle un peón que desequilibraba la partida a su favor y viendo como el aficionado, se tapaba con estupor su cara con las manos buscando la concentración para no caer irremisiblemente en picado, aprovechó para cogerle su vaso y beberse de un trago todo el whisky que aún había en él, sin que su oponente se diese cuenta del asunto... Al final, el pobre hombre no sólo perdió la partida sino también su último trago.

La mejor biografía sobre Blackburne. En la misma 
se indica que Owen mal tradujo a Tarrasch ,
indicando que éste había declarado en el torneo, que 
Blackburne era un "jugador de café".

Dijera Tarrasch o no que Blackburne era un simple "jugador de café", la realidad es que la MUERTE NEGRA se lo pulió en aquel certamen y ¡por ataque!, con brillante ejecución, una vez que el doctor no diera con una jugada defensiva que hoy, para la crónica, nos descubre el módulo informático Houdini:







Reproduzca la partida en pantalla o descárguela, haciendo "click" en el siguiente enlace:

Y termino con una última anécdota sobre LA PESTE NEGRA EUROPEA. En una magna simultánea, grandísima, le pusieron dos botellas de whisky escocés, una en la primera mesa y otra en la última de la primera fila de la sesión. 

Magna Simultánea

Eran unos estudiantes de la Universidad de Cambridge, que a sabiendas de su afición por la bebida, lo que querían era aprovecharse de ello para intentar sacar un buen resultado ajedrecístico contra el maestro. ¿Y que sucedió?. Que la MUERTE NEGRA se tomó las dos botellas y les ganó ¡a todos!...

Queridos amigos, el destino entonces quiso que en aquellos momentos, a Joseph Henry Blackburne todavía le quedase, para alegría de todos nosotros, ¡mucho por vivir!:

Angel Jiménez Arteaga
aarteaga61@gmail.com

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