miércoles, 14 de diciembre de 2016

Mundial Botvinnik vs Bronstein, Moscú 1951 (1ª partida)


MUNDIAL BOTVINNIK vs BRONSTEIN, Moscú 1951.

Desde que acabó el “mal llamado” Campeonato del Mundo de ajedrez entre Carlsen y Karjakin, he estado recopilando meticulosamente en la hemeroteca del periódico la Vanguardia, todas las partidas comentadas al respecto por Román Torán en los Campeonatos del Mundo que vivió.

El primero que trató fue el de 1957 entre Botvinnik y Smyslov.

Se notaba que en España todo lo que fuera entonces hablar de la U.R.S.S. era un problema y Torán tuvo, en muchos casos, que demostrar al editor de turno las bondades del ajedrez lejos del “terrorífico” mundo político, ese que sólo entienden unos pocos pero que va en detrimento de muchos…

He querido empezar a ver el primer match desde la época soviética, el que se disputó en Moscú, en Marzo/Mayo de 1951, entre Botvinnik y Bronstein.



Aquellos sí que fueron grandes matches y además ¡bien organizados!.

Los de hoy, son “apaños” que organiza una desesperada FIDE que tira hacia adelante, pero con sus ojos vendados, dándose “golpetazos” (¡uno tras otro!).

Se hacen necesarias 24 partidas (mínimo) para dictaminar de manera eficiente (¡porque la historia así lo ha demostrado!) la fuerza real ajedrecística entre humanos.

Hoy se organizan Campeonatos Mundiales a doce partidas y al “pueblo” (siempre sumiso y adormecido) no se le ocurre otra cosa que ponerse a opinar sobre quién es el mejor o peor ajedrecista de turno que lucha por la corona.

¡A dónde van!. ¡Qué prisa hay!. ¡Qué fuego hay que apagar!...

Estas tres frases definen muy bien la actitud de la FIDE actual de Ilyumzhínov.

Corriendo no se va a ningún lado, si acaso a la feria, a montarse en los cochitos locos…

Dicho ésto, que creo que es necesario para comprender por qué Magnus Carlsen, ante el fortísimo “catenaccio” impuesto por su rival, tuvo que amarrar el resultado en las partidas semirrápidas; dejando las florituras para otra ocasión (tampoco debemos olvidar que estamos en el mundo de las computadoras), pasamos ahora a relatar la primera partida entre Botvinnik y Bronstein de aquel “auténtico” Campeonato Mundial de 1951.

Bueno. Sólo una cosita más. En las partidas de los Campeonatos del Mundo y luchas clasificatorias (¡no en todos los torneos!) en una misma sesión de juego HAY QUE VOLVER A LOS DESCANSOS INTERMEDIOS, para continuar luego en el mismo día, todo ésto alejando de las máquinas a los ajedrecistas participantes.

Un ejemplo modelo de cómo hacerlo, lo vemos ya desde el primer match oficial, entre Steinitz y Zukertort disputado en ¡1886!. Yo en su día, como siempre he sido, lo comenté clarito en una de mis crónicas sobre ese Campeonato Mundial. Los sabios de antaño demostraron cómo se hacen bien las cosas. La FIDE actual lo que tiene que hacer es “copiar” esas cosas bien pensadas y hacerlas ahora igual. ¡Qué fácil resulta todo y que difícil lo hacen los dirigentes actuales de este mundo!...

La primera partida Botvinnik-Bronstein la reproducí siguiendo los análisis de Hans Kmoch en Chess Review; luego los análisis de la prensa soviética (liderados en aquellos días por el mismo Bronstein, por Keres y por Tolush) y por último siguiendo el libro del Campeonato (comentado en inglés) por Botvinnik.

Hagan lo mismo, queridos lectores, si pueden y les aseguro que les será provechoso, aparte de placentero.

Luego, procedan a reproducir la partida que pongo a continuación con análisis estilo informator (principalmente) de la “Nube” de Chessbase.

De nuevo surgen sorpresas en las valoraciones antes dadas por los maestros participantes y comentaristas.

He puesto un diagrama donde me parece mejor incidir al respecto.

Estamos en el S.XXI y hay que agradecer, que pese a todos los defectos organizativos mencionados (aquí y en mil anteriores crónicas mías - ¡¡ESTE CRONISTA NO SE RINDE NUNCA!!), tengamos en la actualidad a Magnus Carlsen con nosotros, liderando el Ajedrez Mundial desde 2013, cogiendo el testigo que dejó en 2005, Garry Kaspárov (en medio sólo hubieron ajedrecistas “bisagras” – incluido Vishy Anand – tal vez el más completo de ellos; pero que por ejemplo en su carrera deportiva perdió dos matches con Kárpov, uno con Kaspárov, aparte de ser cliente suyo en los torneos y dos más con Carlsen).

Espero ahora a que Miguel Illescas (junto con su equipo de maestros) reedite su libro sobre Magnus Carlsen (sería la ¡tercera edición!), un tomo que según le pude oir el otro día en el ICC superará las ¡400 páginas!. Yo tengo la primera edición (unas 200) y valdrá ahora la pena, volverlo a adquirir a través de Juan Ramón Jerez (uno de los grandes empresarios del ajedrez mundial); pues Carlsen desde entonces ha crecido y lo que es mejor, por su edad (26 años recién cumplidos), seguro que seguirá creciendo y deleitándonos pese a esta debacle organizativa de la FIDE actual (!?).

Muestro seguidamente, estimado lector, los últimos descubrimientos de los módulos informáticos en la primera partida de aquel, insisto, “auténtico” Mundial de 1951 entre Botvinnik y Bronstein; resaltando que el diagrama estrella, visto desde el lado del “brujo” Devik Bronstein, muestra la posición resultante tras 22.Af2:

http://www.viewchess.com/cbreader/2016/12/5/Game1834830111.html

Fdo.- ANGEL JIMÉNEZ ARTEAGA.

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