La obra ajedrecística más importante del genio del ajedrez
El 8º puesto (de 12) del III Rosenwald Trophy había quedado atrás y ahora veíamos apenas un mes más tarde a Bobby compartiendo el 2º puesto de la clasificación general de este nuevo torneo, un sistema suizo a siete rondas disputado durante un fin de semana largo: 1º Berliner, 6; 2º-5º Feuerstein, Fischer, Lombardy y Rossolimo, 5 ½, hasta 56 jugadores.
Su mejor partida fue la que le ganó a uno de sus mentores, el veterano Attilio Di Camillo, durante años uno de los mejores jugadores de Philadelphia. La manera en que Bobby obtuvo su brillante triunfo mostró mucho más de cerca el “estilo de juego” del que luego fuera ídolo mundial del ajedrez: Una absoluta “madurez” en el tratamiento del juego posicional que tras cuidadosas meditaciones desembocó en un fabuloso desenlace.
Y es que tanto el blanco como el negro maniobraron con gran habilidad en el medio juego y cuando pareció que Di Camillo había sorteado todas las dificultades, estando a punto de ganar el peón pasado de su adversario, surgió un imprevisto 40.Ac7!, que obligó, prácticamente a firmar “la boleta”, como dirían en la Argentina:
Fischer,Robert James - Di Camillo,Attilio [C90]
Eastern States-ch op Washington DC, 11.1956
1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 a6 4.Aa4 Cf6 5.0-0 b5 6.Ab3 d6 7.c3 Ag4 8.h3 Ah5 9.d3 Ae7 10.Cbd2 0-0 11.Te1 Dd7 12.Cf1 Ca5 13.Ac2 h6 14.g4 Ag6 15.Cg3 Ch7 16.Cf5 Cb7 17.d4 exd4 18.cxd4 Cd8 19.Cxe7+ Dxe7 20.d5 c5 21.Af4 Cb7 22.Ag3 Tfe8 23.a4 Df6 24.axb5 axb5 25.Rg2 Cg5 26.Cxg5 hxg5 27.Txa8 Txa8 28.e5 Axc2 29.Dxc2 dxe5 30.Axe5 Dd8 31.d6 c4 32.De4 Cc5 33.Dc6 Cd3 34.Te3 Tc8 35.Db7 Tb8 36.Dd5 Cb4 37.Dc5 Cd3 38.Dd4 Tb6 39.d7 Tb7 40.Ac7 Cf4+ 41.Rf1 1-0
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Acababa aquel año 1956. Y Fischer continuaba visitando muchas tardes/noches la casa de su amigo John Collins (paralítico) que junto con su hermana Ethel, brindaban al muchacho el “calor familiar” que a lo mejor no obtenía del todo en su casa. Allí cenaba muchas noches, mientras llegó a jugar cientos de partidas informales con su amigo y algunos invitados más.
Y fue precisamente Collins quien le enseñó a usar los libros y sobre todo a aprender de ellos. Es curioso que los biógrafos de Fischer apenas hayan incidido en este tema.
¿Cómo fue posible que un genio del ajedrez llegase a ocupar el trono de Caissa partiendo de un país donde el ajedrez no era el deporte nacional?. Por supuesto que por su gran talento, pero sin “grandes dosis” de trabajo añadido seguro que no lo hubiera logrado.
De todo lo que he leído sobre el tema, sólo su gran biógrafo estadounidense, Frank Brady, señala algo al respecto. Resulta que en Mayo de 1972 llegó a ver un contingente de cajas de cartón en donde se alojaban cerca de 400 libros de Bobby y miles de revistas y periódicos. La mayoría con notas a boligrafo de su dueño, calificando con “notas lectivas (de 1 a 10)” por ejemplo, las mejores partidas de Alekhine (Aliejin) o Steinitz y comentando con ideas propias todo tipo de posiciones de medio juego, aperturas y finales (!?).
Uno de los libros que Brady encontró con más anotaciones a bolígrafo fue el “Chess Openings-Ancient and Modern” de Freeborough y Ranken, publicado en 1893.
En aquellas cajas también habían un montón de hojas sueltas de análisis trabajados sobre muchas aperturas, que Fischer apenas usó durante toda su carrera, como por ej. la Apertura Escocesa, el Giuoco Piano, el Gambito Evans, el Gambito del Alfil de Rey o el Gambito Danés, entre otras… .
Eso sí, habían allí revistas de ajedrez de todas las partes del mundo, por ejemplo, Magyar Sakkelet de Hungría, Jaque Mate de Cuba, “64” soviética o Philippine Chess Bulletin.
Ocupaban un lugar aparte varias cajas grandes con los famosos volúmenes de la “Steinitz’s International Chess Magazine”, “Fernschach” y “Shakhmatny Byulletin”.
Lo cierto es que Fischer no perdía el tiempo y se rodeaba de muy buen material editado en la URSS: Era curioso observar una copia en idioma ruso del libro “The Soviet School of Chess” de Kotov y Yudovich, bien gastada. Sin embargo, allí estaba también la versión inglesa del mismo, en mejor estado de uso (!?).
Llamaba la atención el libro de Alekhine: “New York International Chess Tournament 1924” por lo amarillento y viejo (de usado) que estaba.
También allí se encontraba totalmente repasado a bolígrafo, con anotaciones propias, el poco conocido (pero buenísimo) libro de finales editado en español (Martínez Roca) llamado “Finales de peones” de I. Maizelis, en donde no había diagrama alguno que no tuviese algo adicional anotado a bolígrafo al lado del mismo. Eran sobre unas 200 posiciones típicas de formaciones estructurales de peones (!?).
Fischer estudiaba táctica analizando posiciones de aperturas extrañas (no menos interesantes) como las que surgían del libro del Gambito From, del Dr. George Deppe.
Brady también recuerda el famoso libro de Romanov: “Tchigorin’s Selected Games” y el libro “Selected Games of Boleslavsky” e incluso una colección de partidas del llamado “First Inter-Army Tournament of Friendship, 1965” (todos escritos en ruso).
Destacaban también en aquella colección las ediciones de 1858 y 1874 del “Bilguer’s Handbüch”, el famoso libro de Steinitz (hoy felizmente pasado en su totalidad a formato Chessbase para su mejor seguimiento) “Steinitz’s Modern Chess Instructor” y el “Chess Player’s Manual” de Gossip.
Fischer claramente prefería “devorar” los libros de ajedrez por este orden:
1) Libros de aperturas.
2) Boletines de torneos.
3) Libros de finales
4) Colecciones de partidas.
Brady luego recuerda libros de torneos como: Zinnowitz 1966, Oxford 1967, Leipzig 1879, Berlín 1881, AVRO 1938 (comparado por Kaspárov con Las Palmas 1996, que algún día seguiré al detalle en http://www.ajedrezcanarias.com en la sección “Secretos de Alcoba” mientras en la actualidad estamos trabajando en rememorar el Torneo de Las Palmas 1977-!?- donde Tolia Kárpov sentó cátedra) y Kemeri 1937.
Sin embargo, los libros de los grandes torneos de su época, eran los más “machacados” en aquella colección como por ej, el de “Amsterdam 1964”, “Piatigorsky Cup 1963”, “Moscú 1967” o incluso el del “Interzonal de Sousse 1967” (que él mismo había abandonado después de un grave conflicto con la organización del evento - !?).
También se encontraban libros populares como “Fine’s Practical Chess Openings”, “Hooper´s A complete defence to P-K4”, “A Study of Petroff’s Defence” y “Theorie des Schacheröffnüngen” de Euwe.
Curiosamente no habían libros de grandes biografías de ajedrecistas y de historia del ajedrez, con la honrosa excepción del libro sobre Emanuel Lasker escrito por Hannak.
Pero es obvio que pare recordarles este tipo de hechos históricos se encuentran otros autores aunque curiosamente en lo que se refiere a lo relatado en la parte final de esta crónica, sólo fue Frank Brady quien lo hizo, en el mejor libro biográfico que se haya escrito sobre Fischer, titulado “BOBBY FISCHER” Profile of a Prodigy.
Por supuesto que luego tienen que estar los grandes “aficionados bibliófilos” como el que les escribe, que pasamos de un libro a otro intentando ordenar con hechos fehacientes las vicisitudes en la vida de este tipo de ¡grandes personajes de la historia universal! que son los únicos que nos pueden enseñar algo medianamente relevante a todos y cada uno de nosotros… .
Un saludo!,
Angel Jiménez Arteaga
http://www.ajedreztenerife.com
http://www.ajedrezcanarias.com (Secretos de Alcoba)
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