sábado, 13 de junio de 2009

¡Pase Mr. Bobby! (5)


La obra ajedrecística más importante del genio del ajedrez


Fue en la octava ronda del torneo Rosenwald de 1956. Bobby Fischer saltaría con aquella partida a la fama. Su victoria, con las piezas negras, sobre Donald Byrne recorrió todo el mundo del tablero. ¡Todo el planeta!. De norte a sur, de este a oeste…


Esta partida fue publicada por las revistas de ajedrez de todo el mundo haciendo las delicias del público y asombrando a los expertos.



Comenzó (sin él pretenderlo) el duelo ¡Bobby Fischer vs Russians!.


El muchacho tras apercibirse de la “movida” no tardó en “criticar” (¿y por qué no?) a los “burócratas del juego-ciencia” rusos (la mayoría con poder de decisión e infiltrados en la FIDE):


“Ellos vieron la partida y dijeron: Es bueno. Un joven y talentoso ajedrecista, pero toda esta publicidad vertida alrededor de él le terminará dañando su carácter.


Y a partir de ahí ellos empezaron a atacar a mi personalidad. ¡Nunca me habían visto en persona y ni siquiera habían preguntado sobre mi!... y ya empezaron a obrar en mi contra, algo que jamás me gustó”. Robert Fischer.


La realidad es que uno de sus grandes amigos de toda la vida, Anthony Saidy, lo “retrató” casi a la perfección:


“Fischer fue un caso interesante de coherencia ajedrecística. Desde niño comenzó jugando, con negras, variantes que comportaban el fianchetto del alfil de rey, que continuó posteriormente en la etapa adulta, de forma permanente.


Petrosian comentó varios años después que mientras él había sufrido distintos cambios en su estilo, pasando de líneas clásicas con centros ortodoxos a posiciones “modernas”, en cambio Fischer siempre jugaba el mismo esquema, por lo que le era muy fácil encontrar jugadas y soluciones en posiciones complejas y tenía un sentido magnífico en las mismas”.


“Ya en su más temprana juventud Fischer prefería un estilo de juego que daba lugar a posiciones vivas y que ofrecían variadas posibilidades. Esa tendencia siempre se conservó hasta el final de su carrera ajedrecística”. Keres.

Sobre la llamada “partida del siglo XX”, el excampeón del mundo, Dr. Max Euwe, escribió en el Ajedrez Español, en diciembre de 1956, lo siguiente: “Que un renombrado Maestro se confíe demasiado frente a un jugador joven en pleno progreso y sufra por ello una seria derrota, no tiene en sí nada de particular y en la historia del ajedrez se registran bastantes ejemplos. Más lo que no sucede todos los días es que un escolar de trece años supere francamente en la combinación a uno de los mejores jugadores de América. Las combinaciones de Fischer no son particularmente profundas, más tampoco evidentes. Las negras, escogen siempre la combinación más bella y enérgica y de este modo consiguen plenamente que todo el juego se siga con agrado”.

“Fue la partida más deslumbrante y profunda de las ganadas por un niño prodigio”. Reinfeld.



“Teniendo en cuenta que Fischer tenía 13 años cuando jugó esta partida, hay que valorar mucho su capacidad para orientarse en las complicaciones que se dieron durante la misma, al igual que su impecable manera de conducir el ataque”. Keres.


Averbaj recordaría muchos años más tarde, tras la caída del muro que: “tras haber visto la partida, quedé convencido de que el niño tenía un talento verdaderamente diabólico”.


“En esta partida la táctica sale a borbotones. Hay poco concepto estratégico en ella. Lo increíble es que aún sabiendo que la táctica predomina en la juventud, es muy difícil imaginar que un muchacho de trece años, se maneje tan dignamente en esta tupida faceta del juego”. Alexander.


Hubieron tres momentos fundamentales en el cotejo y Hans Kmoch dejó escrito lo siguiente: “Valió la pena presenciar en directo esta partida. El muchacho se comportó sentado ante el tablero como un pequeño Buda, realizando los movimientos calmadamente y comportándose regularmente como un autómata. Fischer ofreció la calidad en el décimotercer movimiento y más tarde entregó su dama para ganar una torre, dos alfiles y un peón: ¡La partida del siglo!”. Kmoch.


¿Cuáles fueron esos tres momentos?:


11… Ca4!: La primera indicación de que es una partida inusual es este inesperado movimiento, que superficialmente parece dejarse una pieza. Pero fue un profundo sacrificio que llevó a una posición complicada, cuyo mérito principal fue la de no permitir el enroque a las blancas.


17.Rf1: Las blancas llegaron a creer que ganaban la pieza porque estaban atacando la dama y el caballo. Aparentemente, dominaban las blancas. Pero sólo en apariencia. Ahora Fischer ejecuta el mejor golpe. Deja la dama y realiza el juego que le envidiaría su propio ídolo: ¡Paul Morphy!.


17…Ae6!!: la réplica que eleva la partida a un nivel inmortal.



“Es curioso. Las dos partidas inmortales de Bobby fueron contra los hermanos Byrne (Donald y Robert) y en ambas tenía las piezas negras”. Burger.


¿Cuál fue la otra?. Los que no lo sepan, manténganse tranquilos, ¡ya se los contaré!... .


Veamos ahora la aquí relatada, primero:


Byrne,Donald - Fischer,Robert James [D97]

New York Rosenwald (8), 17.10.1956

1.Cf3 Cf6 2.c4 g6 3.Cc3 Ag7 4.d4 0-0 5.Af4 d5 6.Db3 dxc4 7.Dxc4 c6 8.e4 Cbd7 9.Td1 Cb6 10.Dc5 Ag4 11.Ag5 Ca4 12.Da3 Cxc3 13.bxc3 Cxe4 14.Axe7 Db6 15.Ac4 Cxc3 16.Ac5 Tfe8+ 17.Rf1 Ae6 18.Axb6 Axc4+ 19.Rg1 Ce2+ 20.Rf1 Cxd4+ 21.Rg1 Ce2+ 22.Rf1 Cc3+ 23.Rg1 axb6 24.Db4 Ta4 25.Dxb6 Cxd1 26.h3 Txa2 27.Rh2 Cxf2 28.Te1 Txe1 29.Dd8+ Af8 30.Cxe1 Ad5 31.Cf3 Ce4 32.Db8 b5 33.h4 h5 34.Ce5 Rg7 35.Rg1 Ac5+ 36.Rf1 Cg3+ 37.Re1 Ab4+ 38.Rd1 Ab3+ 39.Rc1 Ce2+ 40.Rb1 Cc3+ 41.Rc1 Tc2# 0-1


Descargar partida en formato cbv



¡Pase Mr. Bobby! (1)


Un saludo!,

Angel Jiménez Arteaga

http://www.ajedreztenerife.com

http://www.ajedrezcanarias.com (Secretos de Alcoba)

aarteaga61@gmail.com


No hay comentarios: