domingo, 12 de agosto de 2007

El legado de Philidor en José Raúl Capablanca (IV)

Dos humildes peones doblados



Finales de Julio de 1914. Alta mar.


El Vilanex, un buque alemán, el que aborda Capablanca para su viaje trasatlántico a la Argentina, donde se dispondrá ofrecer sus acostumbradas demostraciones de simultáneas, juego relámpago y series cortas contra los maestros locales, navega con las máquinas marchando a toda fuerza rumbo al sur americano, cuando de repente las antenas telegráficas de la nave reciben la noticia del estallido de la Primera Guerra Mundial.


Ya andan merodeando por aquella zona del Océano Atlántico los acorazados británicos, movilizados en pie de batalla desde unas semanas antes, cuando los diplomáticos entre cancillerías comenzaron a demostrar su insuficiencia para abordar el conflicto bélico; así que el capitán del Vilanex, persuadido de que podría ser apresado en alta mar y conducido a un puerto de Inglaterra, en calidad de presa naval, decide dar la vuelta y enfilar el rumbo a Lisboa, capital de un país neutral donde podría resguardarse.


El trayecto lo llevan a cabo con la presión de las calderas a reventar y en completo oscurecimiento nocturno para evitar ser localizados por el enemigo. Entretanto, por la vía del telégrafo, continúan llegando a la nave las noticias iniciales de la guerra. Se enteran de que el general Moltke ha sido nombrado jefe del Estado Mayor alemán con poderes omnímodos sobre todas las fuerzas militares conjuntas de los Imperios Centrales y que ya los ejércitos contendientes se encuentran dislocados en la zona de batalla, listos a lanzarse, unos contra otros, de trinchera en trinchera, de pecho en pecho, de muerte en muerte.


Una vez en puerto, los pasajeros deben esperar dos días hasta que el buque británico Amazon los recoja para proseguir el viaje. Capablanca, con su brillante intuición, también aplicable a la vida real (!?), había rechazado recién terminado el Torneo de San Petersburgo de 1914 su participación en el Torneo de Mannheim, que debería celebrarse a partir del 20 de Julio en aquella ciudad alemana, con la seguridad de la presencia de una gran parte de los mejores ajedrecistas del mundo; pero supo medir el clima internacional y sus amagos de tormenta y no vaciló en elegir la oferta argentina visitando de paso Berlín, para enfrentarse en un mini-match a blitz frente al Dr. Lasker, que ganó brillantemente el maestro cubano por 6,5 a 3,5 (!?).


En plena travesía bajo la "segura" bandera británica, José Raúl no se aburre, pese a no llevar consigo literatura ajedrecística, pues pide un tablero de ajedrez en el barco y comienza la trabajosa tarea de analizar concienzudamente su derrota contra el mismo Lasker acaecida en la ronda número siete de la fase final del Torneo petersburgués y que luego dichos análisis le servirían para publicarlos en la Capablanca Magazine de fecha 31-10-1914.


Fue aquella partida clásica en donde el Dr. Tarrasch en su libro sobre el torneo, afirmaba que el Dr. Lasker había ejercido alguna influencia hipnótica (!?) sobre su rival, como ya lo había hecho rondas antes frente a Marshall.


Fue aquella derrota también, la que dejaría tan desencajado al entonces imbatido Capablanca, que en la ronda siguiente, todavía nada recuperado de tal efecto, lo haría perder, por segunda vez consecutiva en el evento(!?) frente a Tarrasch y con ello dejaba el triunfo final del torneo en manos del entonces campeón mundial, Emanuel Lasker.


Como bien señaló Romanovsky, tras perder con Lasker, "Capablanca estaba desolado. Normalmente digno, tranquilo y risueño, esta vez, tras haberse rendido, permaneció sentado en el tablero durante dos o tres minutos, con la cabeza entre sus manos".


Kaspárov, en su Biblia del ajedrez, comenta magistralmente esta partida. Antes ya lo habían hecho reporteros de lujo, como Reti, Reinfeld y Fine, Pachman, o el gran historiador Nepomuceno; pero quisiera señalar aquí, los ingeniosos comentarios que sobre esta partida desarrolla el GM Andrew Soltis en su mágico y reciente libro Why Lasker Matters. Fabuloso (!!). Allí indica, entre otras apreciaciones muy interesantes, que Lasker le había confesado al Dr. Tarrasch que le había jugado la Variante del Cambio de la Apertura Española a Capablanca, porque temía que el genial cubano le jugase la línea de moda de la Apertura Española en aquel torneo, la famosa idea del propio Tarrasch: el sensacional movimiento …d4 de la Ruy López, Variante Abierta, que ya hemos valorado en nuestra crónica anterior:


El legado de Philidor en José Raúl Capablanca (III).


¿Y cómo era posible que al entonces imbatido Capablanca, se le ganase cambiándole tan rápidamente las damas sobre el tablero?. Pues sí que hubo una respuesta: Que su rival se llamase, Emanuel Lasker (Lucha!!).


Las largas y exhaustivas variantes que Capablanca desarrollaba una y otra vez sobre el tablero de ajedrez en aquella travesía, formaban parte de otra guerra y venían a dignificar a la mente humana; que en la vida política se mostraba entonces cansada y aturdida fomentando de aquel modo la pelea, el odio y la vanidad entre todos los pueblos de la Tierra:


"Los unos tenían armas, quebrantaban tablados;

los otros trebejaban ajedrez e dados".


Libro de Alexandre.


J.L. SEGURA.


Lasker,E - Capablanca,J [C68]
St.Petersburg f (7), 18.05.1914

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 a6 4.Axc6 dxc6 5.d4 exd4 6.Dxd4 Dxd4 7.Cxd4 Ad6 8.Cc3 Ce7 9.0-0 0-0 10.f4 Te8 11.Cb3 f6 12.f5 b6 13.Af4 Ab7 14.Axd6 cxd6 15.Cd4 Tad8 16.Ce6 Td7 17.Tad1 Cc8 18.Tf2 b5 19.Tfd2 Tde7 20.b4 Rf7 21.a3 Aa8 22.Rf2 Ta7 23.g4 h6 24.Td3 a5 25.h4 axb4 26.axb4 Tae7 27.Rf3 Tg8 28.Rf4 g6 29.Tg3 g5+ 30.Rf3 Cb6 31.hxg5 hxg5 32.Th3 Td7 33.Rg3 Re8 34.Tdh1 Ab7 35.e5 dxe5 36.Ce4 Cd5 37.C6c5 Ac8 38.Cxd7 Axd7 39.Th7 Tf8 40.Ta1 Rd8 41.Ta8+ Ac8 42.Cc5 1-0


Mientras que aquel conflicto ya se había convertido en una verdadera «guerra mundial» antes de que los Estados Unidos entrasen en él y antes de la Revolución rusa de 1917, llegando incluso a territorios coloniales de las potencias europeas y a zonas tan alejadas como los Balcanes, África o el Imperio otomano, Capablanca, tras una larga estancia en Argentina, utilizó su carta blanca de "diplomático" (si no, no sale.)



para llegar a Filadelfia el 16 de Enero de 1915 y de allí se trasladó a Nueva York, donde tuvo tiempo de sobra para prepararse.


En la Primavera de aquel año, tomó parte en el torneo norteamericano y salió vencedor; ganó todas las partidas salvo dos empates. Pasó el Verano y el Otoño en Cuba y volvió el 18 de Enero de 1916 para tomar parte en un torneo en memoria de Rice, conocido mecenas de los ajedrecistas y en donde también salió vencedor y acerca de aquella época, el eminente maestro nos dejó su opinión sobre sus partidas, en un mundo ajedrecístico que ya empezaba a rumorear que estaba conociendo a una máquina que pensaba sin equivocarse; un autómata de las victorias:


"Los planes realizados entonces fueron concebidos ampliamente; pero las combinaciones fundamentales, así complejas como simples y todas las maniobras posibles son mayormente una forma táctica de los planes estratégicos realizados. En cada partida se manifiesta claramente la idea general, cuya presencia en el juego de un maestro tiene un valor extraordinario. Todas las ideas se realizan con una precisión extrema".


Y fue en aquel torneo, Nueva York (Memorial Isaac Leopold Rice) de 1916, donde disputaría aquella gran partida temática del eficaz uso de los peones doblados, continuando con el legado del legendario maestro francés François-André Danican Philidor: El cotejo Janowski-Capablanca. Ha sido analizado en la historia por prestigiosas plumas como Panov, Reinfeld o Golombek.


En el movimiento número diez se produjo la extraordinaria y profunda idea, 10…Ad7!!. Las negras retiraron su bien situado alfil (en f5) a una posición aparentemente pasiva, pero tenían in mente una brillante estratagema en el flanco de dama con la especial colaboración de dos humildes peones doblados de b7 y b6 que realizaron uno de los planes estratégicos más profundos de toda la historia del ajedrez. El primero mediante el avance a "b5" y tras el cambio en "c4", creó una disposición de peones muy favorable. El segundo (el de "b7") al sacrificarse a sí mismo, abrió el paso a las piezas negras hacia el campo blanco.




Quedó claro que los peones doblados, consiguen de cuando en cuando, especiales oportunidades, pero en muchas ocasiones se requiere un jugador de gran clase y una mente abierta para percibir esas posibilidades. Incluso entre los campeones, como muy bien indica el ilustre GM Drazen Marovic, en su fantástico libro "Comprender el juego de peones en ajedrez", la mayoría no hubiese captado la extraordinaria idea de Capablanca.

Bien merece terminar este artículo (que espero os haya gustado tanto como a mi hacerlo), retornando a una cita de un pasado muy lejano en el tiempo, pero que permanece aún viva en nuestros espíritus:


Philidor: "Un peón doblado, cuando está ligado, no es una desventaja si se aproxima al centro". L'analyse du jeu des Echecs. 1749 (!?).

Janowski,D - Capablanca,J [D15]
New York Rice final New York (4), 10.02.1916

1.d4 Cf6 2.Cf3 d5 3.c4 c6 4.Cc3 Af5 5.Db3 Db6 6.Dxb6 axb6 7.cxd5 Cxd5 8.Cxd5 cxd5 9.e3 Cc6 10.Ad2 Ad7 11.Ae2 e6 12.0-0 Ad6 13.Tfc1 Re7 14.Ac3 Thc8 15.a3 Ca5 16.Cd2 f5 17.g3 b5 18.f3 Cc4 19.Axc4 bxc4 20.e4 Rf7 21.e5 Ae7 22.f4 b5 23.Rf2 Ta4 24.Re3 Tca8 25.Tab1 h6 26.Cf3 g5 27.Ce1 Tg8 28.Rf3 gxf4 29.gxf4 Taa8 30.Cg2 Tg4 31.Tg1 Tag8 32.Ae1 b4 33.axb4 Aa4 34.Ta1 Ac2 35.Ag3 Ae4+ 36.Rf2 h5 37.Ta7 Axg2 38.Txg2 h4 39.Axh4 Txg2+ 40.Rf3 Txh2 41.Axe7 Th3+ 42.Rf2 Tb3 43.Ag5+ Rg6 44.Te7 Txb2+ 45.Rf3 Ta8 46.Txe6+ Rh7 0-1


Recibid un cordial saludo,

ANGEL JIMÉNEZ ARTEAGA

( aarteaga61@gmail.com).



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