jueves, 5 de mayo de 2022

Lasker, Capablanca, Alekhine y Botvinnik o ganar en tiempos revueltos (383)

Nos resulta una auténtica delicia seguir de cerca al 17º participante del II Gran Torneo Internacional de Moscú de 1935, que no llegó más lejos ajedrecísticamente, por el estadillo brutal de la II Guerra Mundial, lo mismo de bruta que la guerra iniciada hoy en día por el "chapado a la antigua" Vladimir Putin; que llama operación especial a una invasión con todas las letras, matando en el camino a un montón de gente civil ucraniana inocente. Esta peligrosa extrema izquierda comunista mundial, representada como nadie por esa alimaña de vulgar y ramplón dictador y presidente ruso, está siendo hoy retransmitida en directo en todas las televisiones y redes sociales, lo que significa que jamás ninguno de esos culpables invasores comunistas, podrán evadirse de sus delitos de sangre cometidos y vistos con incredulidad por todos los ciudadanos de todos los países del mundo. ¡Es lo que tiene el S.XXI!. Una verdad así, jamás podrá ser ya ocultada. El peso del derecho internacional pues, más tarde o más temprano, les caerá encima a todos esos culpables rusos, que no tienen, ninguno de ellos, ¡perdón de Dios! (y menos mal que existen las ¡iglesias!, que de siempre, esos necios comunistas han querido erradicar creyéndose todos ellos más inteligentes - los ignorantes - que los curas cristianos). 

Mientras eso ocurre, reivindicamos desde aquí, de nuevo, un:

¡NO A LA GUERRA INVASORA EN UCRANIA!.

17-4) Salomon Mijailovich Flohr (Checoslovaquia. 1908-1983).

El quinto y sexto capítulo de su hermoso libro histórico titulado "El reloj no se ha detenido" que estamos en estas últimas crónicas valorando, tratan de:

5) NOTTINGHAM: 

"En la antigua ciudad de Hastings, en 1895 tuvo lugar una grandiosa batalla sin sangre, en 64 campos, que nunca antes había sido igual...", comienza escribiendo en este artículo, Salo Flohr. 

Para los que quieran pasar un rato agradable con las hazañas ajedrecísticas de aquel gran torneo internacional, pueden ir a la siguiente página de este blog y luego, dándole abajo del todo a la pestaña "Entrada más reciente", podrán pasar a las crónicas posteriores escritas sobre el mismo, en el año 2011:

   Hastings 1895

Sigue Flohr comentando al respecto:

"Los paralelos históricos son útiles en el ajedrez. Han pasado más de 40 años desde el Torneo de Hastings. El tiempo despiadado perdonó solo a un participante en esta arena del ajedrez, el venerable Emanuel Lasker. Nos referimos al Gran Torneo Internacional de Nottingham de 1936...".

Parte trasera de mi libro, el escrito por Alekhine, sobre el
Gran Torneo Internacional de Nottingham de 1936.

6) UNA FIESTA DE MI MEMORIA:

Un artículo precioso de Flohr recordando a los grandes salones de Cafés históricos donde se jugaba al ajedrez y que para los ajedrecistas suponían como estar en su propia casa. En los viejos tiempos, nos relata el autor del libro, existían en diferentes ciudades famosos Cafés a veces incluso diseñados para practicar el ajedrez.

Como fue el prestigioso Café de la Regence de París. Y añade Flohr, "simplemente, ¿quién no jugó en él?". El legendario Paul Morphy actuó allí y André Philidor también lo frecuentaba. Durante muchos años, la Regence tuvo una mesa de ajedrez donde solía jugar Napoleón y normalmente era visitado por políticos y escritores famosos como Voltaire o Turgenev. Tras Moprphy, pasaron también por él, Steinitz, Lasker, Capablanca y Alekhine. Un gran retrato de este último, nos recuerda Flohr, adornaba la pared del salón principal de aquel histórico Café.

A este cronista de ajedreztenerifepuntocom, la escena que relata Salo Flohr le es muy bien conocida desde el año 2009:

Café de la Regence : En busca del templo de Caissa

Salo Flohr continuó entreteniendo al lector y escribió aquí también sobre el popular Café de Ajedrez Central de Viena y de aquel encuentro entre Steinitz y el reputado banquero Epstein, cuando el millonario le reprochó a Steinitz, mirándolo de arriba a abajo, que si no sabía con quién estaba hablando y que tuviera mucho cuidado por ello; cuando entonces el maestro ajedrecista le contestó que sí, que hablaba con Epstein, pero que allí dentro, tablero de ajedrez por medio, el gran Epstein se llamaba... ¡Wilhelm Steinitz!.

El libro (sólo en idioma ruso), como estamos presintiendo al ojearlo es muy entretenido y esperamos que pronto editoriales atentas a lo mejor, como por ejemplo la española Chessy, que dirige el GM Alfonso Romero, lo puedan traducir al castellano (!?) para todos los hispanos parlantes de este mundo, que son muchísimos.

(Continuará...)

Queridos amigos, los ciudadanos de un gran país soberano como es Ucrania, lo quiera Putin o no, después de la "gran calva" (por devastado) que se ciñó sobre el pobre pueblo soviético una vez que sus nefastos dirigentes comunistas lo dejaron, por mala gestión, completamente arruinado a finales de 1991, saben muy bien lo que es hoy una guerra con cada herida en cada ser...


Angel Jiménez Arteaga
aarteaga61@gmail.com

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