Cerraba el Dr. Lasker su brillante actuación en el Gran Torneo Internacional de Nueva York de 1924 con otra victoria ante el maestro norteamericano Frank Marshall, que necesitaba ganar en aquella última ronda para intentar darle alcance a Alexander Alekhine, en su lucha particular por el 3º puesto del certamen.
La partida Emanuel Lasker-Marshall, (22), 1-0 en 44 movimientos, sólo fue analizada por Alekhine y por Khalifman, aunque resultó ser un enfrentamiento jugado a cara de perro, en una gran lucha en donde el maestro alemán estuvo casi todo el tiempo por delante.
Eran épocas, estimados lectores, en donde los maestros se limitaban a hacer su tarea lo mejor posible, dentro de los cauces éticos, que no eran más que la de luchar por los puntos desde el principio hasta el final; algo que engrandeció el juego-ciencia y algo de lo que los maestros de la élite de hoy deberían de aprender, pues estamos viendo cada vez más y con perplejidad, infames tablas de salón que se firman con mucha frecuencia en las últimas rondas de los torneos, en contra del "requerido" progreso ajedrecístico.
Veamos qué calculó sobre la partida que cierra este fabuloso certamen neoyorquino, el módulo informático mejor del momento, el "Stockfish 14", al nivel de análisis táctico de 180 segundos por jugada, ¡como tiene que ser!:
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