El baúl de los recuerdos (54) - El retorno del Jedi... del AJEDREZ (30)
Sexta Conferencia de Prensa.- Lunes, 12 de Octubre de 1992.
Tras las tablas fáciles logradas por Fischer en la partida del día anterior, la 18ª, se procedió a una nueva Rueda de Prensa realizada a los dos ajedrecistas participantes.
Habría que decir que Bobby no contestaba a cualquier pregunta que le hicieran. El, primero, pedía las mismas por escrito. Entonces las miraba y escogía las que entendía que podía contestar. Si encontraba alguna pregunta que él consideraba comprometedora o anodina, simplemente la desechaba y pasaba a la siguiente.
Empezó la misma con Spassky preponderando con una posición que debió haber obtenido en esa partida del día anterior, donde el maestro francés, de origen ruso, señalaba que bien podía haberse quedado con clara ventaja de haberla jugado.
Yasser Seirawan, en el mejor libro sobre el Match, no estuvo de acuerdo con esa apreciación de Spassky. Bobby, en la Rueda de Prensa, tampoco. Es más, Fischer comentó que tras el cambio de torres, la posición era de tablas, pese a la mínima ventaja de las piezas blancas.
Hoy, el módulo informático Komodo, sugiere que esa posición debería, efectivamente, estar igualada.
A Spassky le pidieron que relatara las diferencias habidas en los dos matches jugados contra Fischer, el de 1972 y el de ahora.
Boris comentó que en el primero se vio excesivamente presionado por el Comité de Deportes Soviético. Incluso señaló que entonces, como Campeón del Mundo, se sentía sólo (ante el peligro).
Creyó Spassky que entendía que este Festival de 1992 era mucho más certero y concluyente que el primer Match, lleno de excesiva responsabilidad para él.
Este cronista quiere poner aquí las fotos de tres libros sobre el llamado "Match del Siglo" (1972) que recuerdan aquel tiempo.
Empiezo por la primera, comentando que estos libros han sido sacados hoy, para esta crónica, de mi erudito "baúl de los recuerdos":
El libro de Conel Hugh O'Donel Alexander, muy "entretenido"
A Bobby, el organizador del Match, Jedizmir Vasiljevic, le comentaba como primicia, la carta recibida por la editorial rusa "Physical Culture and Sport" donde se comprometía a abonar al genio el dinero por los derechos de autor de su famoso libro "Mis 60 partidas memorables". Fischer la cogió, la leyó cuidadosamente y como respuesta inmediata vino a decir que no estaba de acuerdo de que sólo se le pagara por 50.000 copias editadas y encima en rublos. Bobby, que no era bobo (!?), quería cobrar en ¡dólares USA! y por millones de copias distribuidas, añadiendo que ese libro se había vendido en tales cantidades no sólo en la Unión Soviética (desde 1972) sino también en todo el resto del mundo.
Este cronista tiene, por ejemplo, dos de esos libros, uno en castellano y otro en inglés que salió posteriormente en notación algebraica con anotaciones suplementarias del GM inglés John Nunn, que a Fischer no le gustaron ¡ni un pelo!.
Volvió a arremeter Fischer contra Kaspárov, haciendo ver a la prensa que Garry no era el niño bueno, el "hijo del cambio", como había mencionado en su libro en su heroica lucha contra el Comunismo y contra Kárpov, sino que también formaba parte de aquel funesto sistema que para nada convencía al genio norteamericano.
Es curioso, que con esta misma idea, se fue el principal mentor de Garry Kaspárov, Mikhail Botvinnik, de este mundo... (!?).
Le preguntaron a Fischer sobre la comparación entre Kaspárov y Alekhine y si consideraba a este último como el mayor combinador de la historia del ajedrez.
Bobby no dudó en considerar a Alekhine como lo habían catalogado en la pregunta...
Sobre el posible Match contra la GM húngara Judit Polgar, Bobby lo volvió a negar. Y tenía razón, porque nunca se llegó a efectuar. Ni ese, ni ningún otro...
Alguién le contestó que Taimanov había declarado que no entendía cómo no le había ofrecido primero que nada un Match a él (dando a entender que otro maestro afectado, podría ser Bent Larsen).
La respuesta de Bobby fue lacónica. "No creo que a nadie le pueda interesar organizar un nuevo match contra alguien al que ya le gané por 6 a 0".
Momento de poner otra foto de otro libro histórico de 1972:
Lo que se publicó entonces en el THE NEW YORK TIMES
pero recopilado todo en un libro
Ambos ajedrecistas realzaron la gran organización del Match, también en Belgrado, donde el Centro de Congresos SAVA se llenaba los días de juego con cerca de 5.000 personas asistentes para ver las partidas ¡en directo!.
Fischer encima añadió que para él era todo un placer jugar ante tanta gente aficionada "entendida".
Spassky, por otro lado, también quiso ponderar en el apoyo psicológico recibido entonces por su esposa Marina (de origen francés).
Por curiosidad, no debemos olvidar que Boris hoy está divorciado dos veces y una, de ella...
Y sigue el tercer libro de la época dorada del ajedrez mundial, ¡gracias a Robert James Fischer!:
Ahora toca recordar lo también escrito sobre el Match
en el periódico británico THE TIMES
Cerramos crónica con las dos últimas respuestas de Bobby en aquella Rueda de Prensa. La primera era de nuevo sobre la F.I.D.E. - Federación Internacional de Ajedrez - : Ningún tipo de relación quería Fischer tener con ella, ni en la organización de aquel Match, ni en ninguna otra cosa que tuviera que ver con el AJEDREZ (en mayúsculas, quiere realzarlo este cronista, en alusión a las partidas de ping-pong que organiza dicha organización que no son de AJEDREZ).
Y luego hubo un periodista (como este cronista, seguro que gran aficionado al juego de Fischer y a lo que significó para el Ajedrez) que tenía entonces 28 años y que espero que se siga llamando Iván Ivackovic (que esté vivo), que declaró no representar a ningún medio de comunicación (como hace este cronista), sino que iba ¡de por libre! (como también hace este cronista y siempre de forma altruista y completamente desinteresada).
Le señaló Ivackovic a Fischer que llevaba 28 años esperando por una foto con él estrechándole su mano. ¿Qué si sacar la misma era posible en aquellos momentos?. Bobby, no lo dudó: "OK!" le dijo.
Eso demuestra, queridos amigos, que Robert James Fischer tenía muy buen fondo y le ponía a todo, ¡corazón!, el mismo que le había entregado a la mítica musa del ajedrez, la diosa Caissa:
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