¡Qué bonita es la vida del artista!.
Sobre todo del que triunfa (!?) como es el destacado caso del actual campeón
del mundo, Magnus Carlsen.
En la crónica anterior, al todavía
niño de once años, lo habíamos dejado jugando en Helsinki (Finlandia) y en esta
llega a la segunda ciudad más grande de Noruega, la que constituye la antesala
a sus famosos fiordos. Nos referimos a la bella “Bergen”, donde desde el 20 al
28 de Julio de 2002, Magnus y su padre Henrik (un fuerte aficionado) jugaron el
Torneo Abierto de aquella bonita ciudad, como la apreciamos
en su foto.
Bergen - Noruega
En el evento participaron 40
ajedrecistas, con muchos maestros entre ellos.
Antes de empezar con Magnus, vemos
que Henrik que terminó clasificado en el 36º lugar, consiguió al menos un
empate contra un ajedrecista de 2121 puntos Elo (!?), Terje Karlsen, también de
Noruega.
Esto nos da a entender que papá
Henrik tenía elementos de juicio objetivos para confiar en la creciente fuerza ajedrecística de su hijo…
El padre de Magnus, Henrik Carlsen
Los resultados individuales de Magnus
en este Open fueron los siguientes:
Carlsen, ronda por ronda, en el Abierto de Bergen 2002
Y la clasificación general nos
muestra al chico (ya con 2214 puntos-¡subía
como la espuma!) finalizando en la 17ª posición y obteniendo otra vez una
performance superior a su Elo, en este caso de 2279 puntos; significado éste
que nos indica que el niño seguía progresando adecuadamente y que ya se encontraba
en las puertas de la ¡maestría internacional!, pues incluso logró aumentar aquí
siete puntos más su rating particular:
(Para ampliar la imagen, haga "click" sobre ella):
(Para ampliar la imagen, haga "click" sobre ella):
Clasificación final del Bergen Sommer Open 2002
Agdestein en “Wonderboy” comentó dos
partidas del muchacho:
1)
Instefjord, Stian (1603)-Carlsen, Magnus (2214); Bergen
Sommer op (1) 20-7-2002 – 0-1 en 35 jugadas.-
Este encuentro resulta muy
característico de cómo jugamos la mayoría de los buenos aficionados al ajedrez
de hoy.
Instefjord con sólo 1.603 puntos Elo
que equivale casi a la Tercera División mundial, jugó en determinados momentos
de este cotejo como un auténtico maestro (!?).
Nuestro ídolo Carlsen se durmió en
los laureles en la apertura y en la posición del diagrama nº 1 reculó falsamente
con su caballo en vez de expandirse por el flanco de dama. Esto provocó que su
débil peón “d” se convirtiera en una peligrosa “falla”.
(Para ampliar la imagen, haga "click" sobre ella):
Diagrama nº 1
A partir de entonces, las blancas se
crecieron (como lo hubiéramos hecho muchos de nosotros) y jugaron muy bien.
En la posición del diagrama nº 2, Instefjord
gozaba de una tremenda situación dominante.
(Para ampliar la imagen, haga "click" sobre ella):
Diagrama nº 2
Así terminó ganando la susodicha “colilla”
de “d6”.
Magnus, viéndose en apuros, complicó
la partida y ahí es donde Instefjord, como nos hubiera también sucedido a “casi”
todos, no acertó por dos veces con la mejor continuación que le hubiera
reportado ventaja; primero en la posición del
diagrama nº 3 y luego en la posición del diagrama nº 4.
(Para ampliar la imagen, haga "click" sobre ella):
Diagrama nº 3
(Para ampliar la imagen, haga "click" sobre ella):
Diagrama nº 4
Agdestein en su bonito libro comenta
perfectamente cuáles eran las soluciones precisas en ambos momentos.
Os insto, estimados lectores, a que
busquen las mismas en ese libro.
Lo que surgió después fue la
reivindicación de Magnus que llegó a “buen puerto” (no olvidemos que en Bergen
recalan siempre los mejores cruceros que van de paso hacia los fiordos) porque
en la posición del diagrama nº 5, con su amenaza de mate, decidió totalmente la
contienda a su favor.
(Para ampliar la imagen, haga "click" sobre ella):
Diagrama nº 5 y partida completa
Por tanto, esta partida debe ser una
buena referencia para conocernos bien a nosotros mismos, como grandes aficionados
que somos, pero que en realidad, sólo brillamos “fugazmente” como maestros, sin
llegar jamás a serlos…
He tenido pues, suficiente por hoy.
En la crónica siguiente, veremos la
segunda partida de Carlsen de este evento, que comentó Simen Agdestein en su
mágico libro “Wonderboy”.
Este cronista no tiene prisa alguna
para mostrarles la fuerza ajedrecística de uno de los mejores ajedrecistas de
todos los tiempos, de Magnus “dinamita”
Carlsen.
Henrik Carlsen con sus cuatro hijos
Les recuerdo, queridos lectores, que
para apreciar el talento del artista, hay que hacerlo con calma, como el que se
toma una buena copa de vino.
Para nada vale el mundo frustrante y
alocado de hoy.
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