martes, 2 de febrero de 2016

José Raúl Capablanca: A Chess Biography – Miguel Angel Sánchez (XV)


Capítulo VIII: Un rey a la espera

Finalizado el Torneo de San Petersburgo 1914, Capablanca fue destinado como diplomático a Berlín, pero por los problemas que estaban surgiendo con motivo de lo que luego sería la I Guerra Mundial, no aceptó el cargo y pronto marcharía desde aquella ciudad alemana hacia París, con la idea de dirigirse a Cherbourg, tomar un barco y partir hacia Buenos Aires, travesía aquella que coincidió con el estallido de la gran guerra y que resultó al final ser una auténtica “odisea” para Capablanca; como muy bien cuenta, con todo lujo de detalles, Miguel Angel Sánchez en su biografía del genio.

Lamentablemente, el ser humano no sabe estar sin “pelearse”. A mayor rango, mayor probabilidad de pelea (??).



Aquella triste guerra hizo que tuvieran que pasar CINCO años sin apenas grandes torneos y Capablanca gracias a su gran talento, combinado con su buen “look”, se las arregló para vivir de lo que le daban sus exhibiciones.

A Buenos Aires llegó en Agosto de 1914 y estuvo allí hasta mediados de Diciembre.

El 26 de Enero de 1915 se luce en Brooklyn y comienza también a dar clases de ajedrez en series totales de “10 lecciones”.



En el mes de Febrero realizó dos exhibiciones más en el Manhattan Chess Club y según Sánchez hay creencias que muestran que ya entonces empiezan a manifestarse señales de “tensión alta” en el maestro cubano…

Le organizan una Simultánea Gigante en Nueva York y luego desde el 1 de Marzo hasta el 7 de Abril realiza un tour por 10 ciudades estadounidenses hasta que a finales de aquel mes compite en el Torneo Nacional Americano, disputado en Nueva York, en donde consigue la victoria con un punto de ventaja sobre Frank Marshall.

Miguel Angel Sánchez comenta tres partidas de aquella competición.

El 27 de Mayo, Capablanca, ¡por fin!, parte para Cuba, pero pasando primero por Tampa (Florida) donde se vuelve a exhibir.

Cuando llega a su país es recibido con grandes honores y hasta lo espera en puerto, ¡una banda de música!.

El "aclamado" Capablanca


¡Qué vida aquella tan apasionante y que triste la que nos toca vivir a la mayoría de nosotros!. Vamos de casa al trabajo y del trabajo a casa, sin música y sin nada. Resignados…

José Raúl arregla asuntos con el gobierno cubano y lo destinan inmediatamente a Nueva York donde ejercerá funciones en la Oficina de Inmigración y llega el 3 de Noviembre de 1915 para volver a realizar pronto una serie de exhibiciones por todo el país.

Hace un paréntesis para celebrar las Navidades en Cuba y en Enero de 1916 se va de nuevo a Nueva York, donde vuelve a dar una sesión de simultáneas y participa en el Torneo Memorial Rice, en memoria del venerado profesor Isaac Leopold Rice que había fallecido a principios de  Noviembre de aquel año.

Rice fue el precursor de un gambito que lleva su nombre


Participan 14 ajedrecistas entre los que estaban Fox, Kupchik, Kostic, Janowski y Chajes.

El torneo tuvo un formato idéntico al de San Petersburgo 1914 y al final lo ganó Capablanca sacando ¡tres puntos de ventaja! al segundo clasificado.

Se recorre luego todo el país de extremo a extremo y llega a Cuba en Diciembre de 1916 y por temas de la guerra opta por permanecer entre su gente hasta la ¡Primavera de 1918!.

En 18 meses, como señala muy bien Sánchez, realiza dos exhibiciones allí: Una en La Habana y la otra en Cienfuegos.

La “estúpida” guerra limitaba cada vez más la actividad ajedrecística y en Octubre de 1918 juega el Campeonato del Manhattan Chess Club donde participan siete jugadores a doble vuelta y que de nuevo vence, sacándole 1½ puntos de ventaja a Kostic y 3½ a Marshall.

Cuenta Sánchez en su libro que el mito al que se relaciona Capablanca con personajes ilustres del corazón como Don Juan, Valentino o el de un buen “amante latino” va creciendo en intensidad y añade al respecto en el libro una curiosa foto de aquella época en donde se ve a Capa con una bella "dama", sin saberse todavía al día de hoy, ni quien era aquella hermosa mujer y ni tan siquiera en qué lugar fue sacada aquella mágica foto…

Capablanca en aquel tiempo


Por fin las hostilidades de la I Guerra Mundial finalizan con el Armisticio sellado el 11 de Noviembre de 1918 en donde se produce la retirada inmediata de todas las tropas alemanas desplegadas en Francia, Bélgica, Luxemburgo y Alsacia-Lorena; cediendo pretensiones el “Imperio Alemán, Austria y Hungría”  ante los “Países Aliados” (Bélgica, Reino Unido, Canadá, India Británica, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Australia, Terranova, Francia, Estados Unidos y Portugal).  



Surge entonces poco a poco la “chispa” ajedrecística (una mucho menos dañina que la que produce el fuego real) y en los meses de Marzo/Abril de 1919 se organiza un Match en La Habana entre Boris Kostic y Capablanca que gana nuestro ídolo, restituyendo así su “paz interior”, por un contundente ¡¡5-0!!.

Bora Kostic al que se le han hecho en su país 
Torneos en su Memoria


Desde que se lo permiten, parte para Inglaterra y juega en Hastings en el mes de Agosto de 1919 el llamado “Congreso de la Victoria” que gana con ¡10½ puntos de 11 posibles!.

Algunos participantes del Torneo de la Victoria de 1919
De izqda. a dcha.: 
Wahltuch, Capablanca, Burn, Atkins y Sir George Thomas


Permanece allí varios meses y el 2 de Diciembre de 1919, José Raúl Capablanca es condecorado por la Casa de los Comunes del Reino Unido en donde le señalan, sin titubeos, como la gran figura ajedrecística que representa el poder de los Aliados (pues no olvidemos que el todavía campeón del mundo Emanuel Lasker era alemán).

 A Capablanca se le podría hacer un libro 
por cada país que visitó. 
Aquí tenemos uno precioso.


Todas estas historias desmenuzadas y con muchos detalles extras son comentadas brillantemente por Miguel Angel Sánchez en este hermoso libro, señalando que a partir de aquellos momentos a Capablanca le va a resultar muy difícil que alguien no se fije en él, pues el mundo cultural necesita a una figura mundial de su calibre, en definitiva, a alguien joven e influyente.

La consecución de su “añorado” título de campeón del mundo estaba ya al llegar y por donde iba, pocas “damas” eran las que se le resistían y le quitaban la vista de encima…


Capablanca, ¡por siempre!, 
centro de todas las miradas 


(Haga click encima para escuchar la canción)




(Continuará…)
Angel Jiménez Arteaga

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