viernes, 26 de noviembre de 2010

LA MOVILIDAD SUPERIOR EN AJEDREZ

¡Hola, amigos y amigas del ajedrez!. Les escribo esta nota, a causa de que recibí numerosas consultas de varios de ustedes, en relación a una de las partidas de mi nota anterior, la célebre partida Petrosian-Pachman de Bled, 1961.



En dicha partida que ya he comentado oportunamente, expliqué que luego de las jugadas

1. C3AR, P4AD
2. P3CR, C3AD
3. A2CR, P3CR
4. O-O, A2CR
5. P3D, P3R
6. P4R, CR2R

sucedía que el bando de las negras tenía un mayor control de las casillas negras del tablero, pero las piezas blancas tenían en cambio un desarrollo más armonioso.

Varios me han preguntado: ¿cómo podía ser que si las negras aparentemente tenían un mayor dominio central hayan terminado perdiendo el encuentro? Esto parecería ser una contradicción.

¿Qué significa realmente un desarrollo “más armonioso”?

¿Acaso el que tiene el dominio del centro no es el que posee siempre la ventaja? ¿No se contradice esto con las reglas del ajedrez?.

La inquietud planteada es muy razonable, y se merece una explicación más  amplia, que da motivo a esta nota.

Para poder contestar adecuadamente este tema, deberé dar primero una explicación previa respecto a los elementos del ajedrez.

Los elementos del ajedrez actual son cuatro, debido a una mera situación matemática del tablero que así lo impone, ya que los 64 escaques del tablero son múltiplos de 4 (4 X 4 X 4 = 64 casillas).
Los cuatro elementos del ajedrez fueron oportunamente definidos por Capablanca en su excelente obra “Arte y secretos del ajedrez” y son los siguientes:

1) material;

2) espacio;

3) tiempo; y

4) movilidad superior.

El último elemento movilidad superior (fue llamado en realidad “posición” por Capablanca; pero yo he modificado esta última expresión debido a que se presta a confusiones con la terminología actual) es el más complejo de comprender para el aficionado y para el jugador medio; y también para algunos maestros.

Debido a lo cual, no fue debidamente apreciado ni explicado como realmente corresponde.

Aún a costa de parecer demasiado básico, aquí se intentará dar una detallada información del mismo para subsanar esta omisión, ya que es este último elemento el que aporta la verdadera magia a nuestro juego.

Pero primero daremos una somera revisión a los tres primeros elementos, los cuales los encontrarán los aficionados mucho más detallados en cualquier libro de enseñanza del medio juego de ajedrez:

1)      El material. Es el elemento más fácil y evidente de ver para el jugador. Casi ni necesita explicarse, y está determinado por el valor absoluto de las piezas.   Si se cambian piezas, y yo me quedo con una torre de mi rival (que tiene un valor absoluto de 5 puntos) y pierdo a cambio de ello un caballo mío (que tiene valor absoluto de 3 puntos), teóricamente yo tengo una ventaja material sobre mi rival de 2 puntos (5-3 =2).

2)      El espacio. Es la cantidad de terreno que dominamos dentro del campo de juego. Luego de las jugadas 1.P4R, P3R; 2.P4D, P3D? Las blancas han ocupado con sus dos peones las casillas centrales del tablero en la cuarta fila; además, ambos alfiles blancos ya tienen sus dos diagonales abiertas para poder salir. Mientras que las negras, en cambio, tienen sus dos peones en la tercera fila, y ninguno de sus dos alfiles poseen aún diagonales abiertas por donde desarrollarse. Las blancas tienen, en consecuencia, mayor espacio que las negras; o dicho de otra manera, las negras tienen su espacio reducido en relación a las blancas. Demás está decir que cuando un bando cruza la mitad del tablero hacia la quinta línea (ya sea con piezas o con peones) y el otro no lo hace, el bando que ha logrado dicho cruce adquiere una ventaja de espacio en relación al otro.

3)      El tiempo. Este tercer elemento es menos evidente que los otros dos, pero está relacionado con el turno del juego y con la posición resultante luego de cada movida.  En el ajedrez, cada bando efectúa una movida por vez. Pero hay algunas posiciones, en las cuales parecería que esta relación se alterara. Veamos. Si las blancas juegan 1.P3D, y el rival les contesta 1....P4D; y luego el blanco juega 2.P4D?, las blancas han perdido en realidad un tiempo, debido a que las blancas han efectuado 2 movidas y la posición resultante final es la misma que se habría producido luego de una sola jugada 1.P4D, P4D. Si bien cada bando efectuó un movimiento por turno, la posición resultante final equivale a que las blancas le hubieran obsequiado a las negras una movida de más. Es decir, que las negras han adquirido una ventaja de tiempo en relación a las blancas.

4)      La movilidad superior. Este último elemento es el más difícil de ver; la mejor definición es la que ya ha dado Capablanca. Es la “situación de las piezas en el tablero, y generalmente se evalúa por la mayor o menor movilidad de las piezas, más la presión que éstas pueden ejercer sobre diferentes puntos del tablero, o sobre ciertas piezas del oponente”.



No hay que confundir movilidad superior con desarrollo. Desarrollo es simplemente el hecho de “sacar las piezas”, mientras que la movilidad superior implica el hacerlo de una manera determinada, y de acuerdo a la posición que se está produciendo en el tablero.

Reti la denominaba “desarrollo moderno”, es decir desarrollo para un fin determinado.


Resumiendo: las piezas no pueden salir de cualquier manera, ni de forma mecánica.
Vamos a dar algunos ejemplos para que este concepto quede más claro.

El ejemplo más exagerado y evidente que ilustra este tema, está dado en una fantasía del genial problemista norteamericano Sam Loyd.


Obsérvese la siguiente posición:



Juegan las negras y dan mate en 4 movidas.
La solución es: 1....PxA; 2.P6D, PxT; 3.P7D, PxC; 4.P8D=D, PxT mate.

¿Qué ha sucedido aquí? Veamos:

¿Hay alguna duda de que las blancas en la posición inicial del problema tenían ventaja de material (primer elemento)? ¡Es abrumadora la ventaja material de las blancas!
Las blancas tienen en la posición inicial del problema (sin contar a los reyes) 28 puntos de valor absoluto: 8 puntos en peones (1 punto cada peón), 10 puntos en piezas menores (2 alfiles de 3,50 puntos cada uno, y un caballo de 3 puntos), y 10 puntos en piezas pesadas (2 torres de 5 puntos cada una).  Las negras, en cambio tienen 1 solo punto de valor absoluto: su único peón.
Es evidentemente desproporcionada la ventaja material que tienen las blancas sobre las negras.

¿Hay alguna duda de que las blancas en la posición inicial del problema tenían ventaja de espacio (segundo elemento)? ¡Es abrumadora la ventaja de espacio de las blancas!
Si bien es cierto que el rey negro ha incursionado en el terreno contrario, hay 3 peones de las blancas más un alfil que cruzaron la mitad del tablero, y además una torre y otros dos peones están en la cuarta fila, mientras que el único peón de las negras se encuentra en la tercera fila. Es evidente que son las blancas las que poseen una clara ventaja de espacio, además de la ventaja material.

Sin embargo, fueron las negras las que pudieron terminar por vencer a las blancas y de forma inevitable. ¿Por qué? Porque las negras poseían una movilidad superior en su único peón respecto a la reducida movilidad de las numerosas piezas blancas. Observe usted que las piezas y peones blancos están todos ubicados de la peor manera posible, trabándose los unos a los otros. A ello se suma la evidente debilidad en las casillas blancas, escaques 5AR, 4CR, 3TR, y 2CR que no pueden defenderse con ninguna de las múltiples piezas o peones del bando blanco. El peón negro “viaja” libremente a través de una “ruta” despejada de casillas blancas, comiendo las piezas rivales y terminando por imponerse sobre el rey rival que trágicamente también está ubicado en una casilla blanca para recibir la estocada final. Las piezas y peones blancos sólo pueden contemplar el triste espectáculo, como si se tratara de un juego de damas y no de ajedrez.

Resumiendo:

1)      El peón negro tiene una movilidad superior a las piezas y peones blancos;
2)      La ventaja material y la ventaja de espacio son impotentes frente a unamovilidad superior.
3)   Tener ventaja material o ventaja de espacio no significa estar mejor, si el rival tiene una movilidad superior que la nuestra.

Seguidamente veremos otro ejemplo, dado por el mismo Capablanca en su obra “Arte y secretos del ajedrez”, en donde se visualiza la movilidad superior de fuerzas en relación a una supuesta ventaja de tiempo.

1.P4D, P4D;
2.P4AD, P3R.
3.P3R, P3CD;
4. C3AR, A3D
5. A3D, ...
Observe ahora bien los movimientos de este alfil rey de casillas blancas.
5. ...    PxP
6. AxP ...
Es evidente que este alfil blanco ha perdido un tiempo.
6. ... A2CD
7. C3AD, C2R
8. A3D
¡Nueva pérdida de tiempo del alfil de casillas blancas!
8. ...    O-O
9. P4R!, P4AD
Para no perder el alfil negro mediante el avance 10.P5R.
¿Hay alguna duda de que las negras tienen tiempos de ventaja? ¡El alfil blanco de casillas blancas parece estar jugando en el “sube y baja” de una plaza!
Sin embargo, luego de 10.P5R, A2AD las blancas terminaron ganando el juego con el conocido sacrificio “calabrés” en 7TR del Greco:
11.AxP+, RxA
12.C5C, R3C (no 12....R1C debido a 13.D5TR y finish)
13. D4CR, DxPD
14. A4AR, P4AR
15. D3CR y las negras se quedaron sin defensa frente a las múltiples amenazas blancas.

¿Cómo pudo suceder esto?.

¿Por qué si las blancas ya se habían dado el lujo de haber perdido varios tiempos y las negras no lo hicieron, fueron las blancas las que terminaron por ganar el juego?.

La respuesta es muy sencilla: las blancas terminaron imponiéndose porque tenían una movilidad superior de fuerzas que las negras.

Analicemos un poco toda esta cuestión.

Las negras se limitaron a desarrollarse, es decir, a sacar sus piezas, pero no se preocuparon por hacerlo de una forma adecuada y armónica.

Una forma armónica hubiera sido jugar primero 4. ...C3AR para proseguir con el desarrollo del alfil de casillas negras mediante 5....A2R. ¿Por qué?.

Sucede que cuando tenemos ubicado al caballo en la casilla 3AR es la mejor pieza con la que se cuenta en la apertura para poder defender al enroque corto. Las negras simplemente se enrocaron y se quedaron sin piezas que pudieran defender dicho enroque.

Respecto a las “pérdidas de tiempo”, cabe efectuar las siguientes consideraciones.
La primera pérdida de tiempo blanca (5.A3D seguido de 6.AxPAD) es prácticamente forzada, debido a que como en el ajedrez no es obligación comer, las blancas no pueden quedarse eternamente a esperar a que sean las negras las que efectúen primero el cambio de los peones centrales para que las blancas puedan desarrollar a su alfil rey y luego se enroquen.

La segunda pérdida de tiempo de 8.A3D, también está justificada por el inarmónico desarrollo de las negras del caballo vía 2R, debido a que el equino ya no podrá volver a 3AR para defender al enroque negro; es decir que la jugada 8.A3D no es una verdadera pérdida de tiempo, sino que es una verdadera jugada de ataque que responde de forma lógica al desarrollo mecánico de las negras.

Las blancas atacan con numerosas fuerzas el flanco de rey de las negras: ambos alfiles, un caballo, la dama de forma indirecta, y en algunas variantes podría llegar a sumarse el peón torre rey y la torre de 1TR. Mientras que las negras carecen luego de la 10ma jugada de toda pieza que defienda adecuadamente su enroque, excepto su propio rey.

El alfil negro de 2AD y el caballo negro de 2R nada pueden hacer, y respecto al alfil negro de 2CD, el caballo negro de 1CD más la torre negra de 1TD sólo pueden contemplar el show, y sin intervenir para nada en la lucha.

Todo esto demuestra que la movilidad de las negras es reducida, debido a que ninguna de sus piezas puede acudir rápidamente en defensa de un sector que les quedó desguarnecido en el tablero: el flanco de rey. Esto permite el sacrificio blanco en 7TR pese a una aparente pérdida de tiempo del alfil rey de éstas.

Un último ejemplo permitirá clarificar aún más este concepto. Lo brinda el talentosísimo Richard Reti en sus obras “Curso superior de ajedrez” y “Modernas ideas en ajedrez”:

Obsérvese la siguiente posición, de una partida en consulta jugada en 1914 por Capablanca y Reti quienes conducían las piezas negras contra Fahndrich y Dr. Kaufmann quienes llevaban las blancas:




Es el turno de las negras. Un jugador común de club jugaría casi seguro en este momento ...T1R para traer una pieza nueva al juego, ocupando una columna abierta y ganando así un tiempo al atacar a la dama blanca que deberá retirarse con evidente “pérdida de tiempo” para el primer jugador. Pero ésta es una mala jugada desde el punto de vista de la movilidad superior, ya que luego de la respuesta de las blancas D3D, el caballo blanco de 3AR que se encontraba anteriormente clavado recupera ahora su perdida movilidad; además, la dama blanca se encuentra mucho mejor colocada atacando directamente al peón dama aislado negro. Es decir, que las negras con su jugada de “desarrollo natural” sólo han ayudado a las blancas a mejorar la movilidad de sus fuerzas.

Pero los Maestros Capablanca y Reti no jugaban así. Ellos prefirieron perder aparentemente un “tiempo” moviendo otra vez el alfil de casillas negras jugando ....A5D en vez de la “natural” ....T1R, y quedaron mejor debido a que luego de la respuesta blanca D3D, siguió ....AxCD; DxA, C5R y las negras pueden ahora doblar y asilar un peón, ya sea en AD o en AR.

En la terminología de la época, Reti consideraba a la jugada ...T1R como jugada de “desarrollo” y a la jugada ....A5D como jugada de “iniciativa”, pero vemos en realidad que es sólo un aspecto más del cuarto elemento (la movilidad superior) que estamos explicando.

Vemos así que el tener tiempos de ventaja no sirve de nada si el rival posee en cambio una movilidad superior de fuerzas.
Resumiendo: tal como enseñaba Capablanca, usted puede ser dueño de los tres elementos: tener ventaja material, ventaja de espacio y ventaja de tiempo, pero eso no significa que usted esté necesariamente mejor, ya que si el rival posee el cuarto elemento, es decir una movilidad superior (la llamada “posición” de Capablanca), será su rival el que terminará finalmente por imponerse.

Respecto a la partida de Petrosian-Pachman, es evidente que luego de las movidas

1. C3AR, P4AD
2. P3CR, C3AD
3. A2CR, P3CR
4. O-O, A2CR
5. P3D ...

las negras jugaron 5.... P3R no sólo para sacar a su caballo vía 2R y luchar ambiciosamente por el dominio del punto 4D, sino además para no estorbar el desarrollo del alfil fianchetado de casillas negras y poder seguir así dominando dichos escaques.

Sin embargo, este desarrollo no es demasiado armónico, debido a que se encierra al alfil negro de casillas blancas aunado a que el caballo negro no puede defender bien a su rey en el enroque corto.

Si las negras hubieran priorizado un desarrollo más armónico de fuerzas, mucho mejor hubiera sido jugar enseguida 5.... C3AR, y en caso de 6.P4R, la jugada justa hubiera sido 6....P3D, luego de lo cual, las negras no sólo podrán enrocarse enseguida de forma segura, sino que su alfil de casillas blancas podrá desarrollarse rápidamente y sin ninguna dificultad, obteniendo una posición totalmente equilibrada en la apertura, con un futuro enroque defendido de forma segura.

¿Esto quiere decir que el cuarto elemento de la movilidad superior es siempre más importante que los otros tres de material, espacio y tiempo?  Capablanca consideraba que sí, y era terminante en este aspecto: él afirmaba que la movilidad superior era “lo primero, lo último y lo principal”.

Yo personalmente comparto en principio el criterio del genial campeón cubano, pero no soy tan terminante. Sucede que hoy en día la teoría de aperturas está muchísimo más desarrollada que en su época, y ahora se juegan a menudo posiciones con movilidad restringida sin que sean consideradas inferiores por esta causa.

Un claro ejemplo de esto es la sólida variante Scheveningen de la Defensa Siciliana: los geniales Kasparov y Nikitin escribieron todo un libro sobre ella y la consideran perfectamente jugable;  y nadie puede dudar de que las piezas negras en dicha variante adquieren un desarrollo reducido.




Ahora resumiremos los conceptos ya expresados, y veremos un hermoso ejemplo de movilidad superior, a modo de conclusión.

Cuando la movilidad superior está relacionada con el elemento material, la teoría tradicional dice que el que tiene una movilidad superior posee un mayor VALOR RELATIVO de sus piezas, sin tener en cuenta el valor absoluto de las mismas.

Por ejemplo, en posiciones bloqueadas de cadenas de peones, un caballo (con un valor absoluto de 3 puntos) puede llegar a tener un MAYOR VALOR RELATIVO que una torre (que tiene un valor absoluto de 5 puntos).

El VALOR RELATIVO de las piezas es el verdadero grado de movilidad que éstas adquieren en una determinada situación, independientemente de su valor intrínseco o absoluto.

Haciendo una romántica analogía con la vida, aquellos que priorizan el valor absoluto de las piezas podrían compararse con ciertas personas que sólo buscan meros valores materiales o económicos; mientras que los que le dan prioridad al valor relativo de las piezas, son aquellos que aprecian su verdadera funcionalidad en el tablero, es decir su “alma”, independientemente del valor absoluto que éstas pudieran tener.

El gran Najdorf solía decir que es muy fácil conocer a una persona viendo como ésta juega al ajedrez.

Cuando la movilidad superior está relacionada con el elemento espacio, la teoría tradicional utiliza los términos ESTRUCTURA y CADENA (generalmente de peones).

Resulta evidente que una estructura de peones deficiente (peones doblados, retrasados, etc.) le permitirá al rival obtener una movilidad superior de fuerzas, independientemente de quien pudiera poseer la ventaja de espacio debido a que las casillas desguarnecidas por los peones débiles forman “holes” (agujeros) a través de los cuales penetran libremente las piezas enemigas. 

Ya lo dijo Reuben Fine en su excelente y brillante obra “El medio juego en ajedrez”: la estructura de peones es sólo analizar la movilidad de los mismos. 

Los peones móviles son fuertes; los peónes inmóviles son débiles.  En consecuencia, dos peones unidos y en una misma línea son generalmente fuertes. Mientras que los peones retrasados, doblados o aislados generalmente son débiles.

Es como aquel terrateniente que posee numerosos campos, pero sólo se queda cerca de aquellas tierras más fértiles, descuidando a las demás. No tardarán en aparecer intrusos que querrán ocupar o explotar aquellas tierras menos fértiles y abandonadas.

Lo mismo sucede en aquellos países que tienen una gran extensión de terreno, y la gran mayoría de su población se encuentra concentrada en un solo sector. No tardarán en llegar las poblaciones de otros países vecinos que cruzarán las mal defendidas fronteras, para ocupar aquellos territorios descuidados, y luego reclamarlos como propios.

Respecto a la cadena de peones, Reti solía definirla como “el conjunto de peones avanzados con el objeto de quitar terreno al adversario y reducirlo a una posición apretada”. Es evidente que esta definición del gran maestro checo está directamente relacionada con el elemento espacio.

Cuando la movilidad superior está relacionada con el elemento tiempo, la teoría tradicional dice que el que tiene una movilidad superior posee una mayor INICIATIVA que el rival, sin tener en cuenta si se efectúan o no jugadas que pudieran ser consideradas como pérdida de tiempos.

En la célebre partida de Morphy contra el Duque de Isouard que vimos en la nota anterior, observamos que el Maestro Morphy movió nuevamente su dama previamente desarrollada hacia la casilla 3CD para poder así explotar su movilidad superior sobre las casillas blancas desprotegidas por el bando negro.



Esto no es una verdadera pérdida de tiempo; es sólo presionar ejerciendo la ventaja ya adquirida.

La situación es comparable a la del conductor imprudente que maneja a una velocidad excesiva por la ruta, y al poco tiempo le sale humo del motor o bien se le revienta un neumático a causa de su conducta descuidada, o bien termina chocando con algún otro vehículo. Manejar más veloz no significa necesariamente llegar antes; hay veces que es mucho mejor y más sensato el perder tiempo en controlar el adecuado funcionamiento del auto y manejar de forma más prudente por la ruta correcta para poder arribar de forma segura y tranquila a nuestro destino final.

El mejor ejemplo de movilidad superior que pude apreciar hasta el momento lo encontré en la célebre partida Rotlevi-Rubinstein, jugada en Lodz, 1907 (la partida completa figura en la pág. 315 de mi libro “Miguel Najdorf, el hijo de Caissa”, y la considero mucho más bella a las célebres “Siempreviva” e “Inmortal” de Anderssen).



Luego de la 22ava jugada de las blancas, se arribó a la siguiente posición:



En esta posición, es el turno de las negras. Éstas tienen dos piezas directamente amenazadas, la dama negra en 5TR y el alfil negro de 2CD. La ventaja de espacio podría considerarse equivalente, dado que las blancas tienen ubicados sus peones de 5R y 4AR en la quinta y cuarta fila respectivamente, mientras que las negras tienen a su dama ubicada en 5TR y su caballo en 5CR. El material es igual para ambos bandos. Aparentemente las negras se verían forzadas a jugar primero 22....AxA+, para luego poder retirar a su dama pero no muy lejos, dado que podría llegar a perderse el caballo negro de 5C.

Pero un análisis más profundo de la posición nos hace ver que se ha efectuado un análisis superficial de la misma, al no tener en cuenta el elemento de la movilidad superior. Un análisis más adecuado nos hace ver lo siguiente:

1)      Las dos torres negras tienen una amplia movilidad dominando agresivamente dos importantes columnas centrales, AD y D que son ambas propiedad del bando negro, mientras que las dos torres blancas están prácticamente sin desarrollarse desde el punto de vista de la movilidad.

2)      Los alfiles negros dominan dos importantes diagonales, la gran diagonal blanca 8TD-1TR y la diagonal negra de 2TD-1CR, habiendo obligado al rey blanco a esconderse en el último escaque del tablero intentando defenderse de su fortísima acción.

3)      La dama y el caballo negro están ubicados de forma muy agresiva, amenazando directamente al rey blanco enrocado.

4)      La torre dama blanca no hace nada en 1TD, y la torre rey blanca en 1AR tiene un mero papel defensivo.

5)      El alfil dama blanco en 2CD tiene un mero papel defensivo e inoperante, ya que sólo sostiene al caballo blanco de 3AD y se estrella indirectamente con su propio peón blanco de 5R.

6)      El caballo blanco de 3AD también tiene un mero papel defensivo, ya que sólo defiende al alfil blanco de 4R y no parece cumplir algún otro tipo de desmpeño.

7)      Los peones blancos del flanco rey se encuentran todos en casillas negras, debiendo ser las casillas blancas sostenidas por el alfil de 4R y la dama blanca de 2R.

8)      La dama blanca se encuentra sobrecargada cumpliendo un doble papel defensivo: impidiendo el mate en 2TR y sosteniendo simultáneamente al alfil blanco de 4R; y un sólo un cierto papel agresivo, al presionar sobre el caballo negro de 5CR.

Como un resumen de todo lo expresado, es evidente que todas las piezas negras tienen una movilidad superior y un desarrollo armónico, mientras que hay tres piezas blancas: las dos torres y el alfil de 2CD que tienen un desarrollo deficiente e inoperante. Las piezas restantes blancas tienen un desarrollo más pasivo y defensivo que activo.

Esto le permitió efectuar a Rubinstein la combinación más maravillosa de la historia del ajedrez. ¿Cambiarán las negras sus alfiles y luego retirarán su dama amenazada? ¿O las negras retirarán primero a su dama y perderán luego el alfil de la gran diagonal?.



¡Ninguna de las dos cosas!:

22.... TxC!!

¡Brillante! ¡Si nos amenazan dos piezas, sacrifiquemos ahora una tercera!.
La torre negra es intomable debido a que en caso de 23.AxT, las negras simplemente responden con 23.....AxA+ y finalmente se dará mate en 2TR de las blancas. 
La mejor defensa parecería ser 23.AxA; pero entonces las negras ganarían así:
23....  TxPC;
24.T3AR, TxT;
25.AxT, C7A+;
26.R1CR, C5R+;
27. R1A, C7D+;
28.R2C, CxA;
29.DxC, T7D+ etc. ganando.

Pero las blancas jugaron en vez de 23.AxA, la más evidente 23.PCxD y la respuesta negra fue realmente sorprendente:

23. PCxD, T7D!!!

¡¡Maravillosa posición!! Todas las piezas negras parecerían estar “en el aire”.

Obsérvese bien:

El alfil negro de 2CD está siendo atacado por su homólogo contrario de 4R, pero nadie lo defiende.

El caballo negro de 5CR está siendo atacado por la dama blanca de 2R, y nadie lo defiende.
La torre negra de 6AD está siendo atacada por el alfil blanco de 2CD, y también está sin defensa.

Y por último la única pieza negra que no había sido atacada por nadie, la torre negra que acaba de ubicarse en el punto 7D, ¡se inmola ahora voluntariamente delante de la misma nariz de la dama blanca!.

¡Y todo ello sucede luego de que las negras “obsequiaran” su dama!.

Ahora bien, un análisis más detallado de la posición nos hará ver que pese a lo que parecería a primera vista, en realidad las negras no tienen sus piezas en “prise, sino que es la posición de las blancas la que se encuentra totalmente desesperada.

Lo que está verdaderamente ocurriendo es que los dos alfiles negros apuntan directamente al rey enrocado por las diagonales, y las dos torres negras también, a través de las 6ta y 7ma filas horizontales. El caballo negro también agrede al rey blanco.

Resumiendo: todas las piezas negras se encuentran de forma armónica atacando al rey blanco. Mientras que las piezas blancas se encuentran desempeñando un muy triste papel. La torre dama blanca y al alfil blanco de casillas negras ubicado en 2CD nada hacen para defender a su rey, sólo contemplan cómo éste es atacado.

La torre blanca de 1AR tiene una posición completamente pasiva, y la dama blanca está sobrecargada, debido a que debe simultáneamente cuidar al alfil blanco de 4R y parar las amenazas sobre el punto 2TR. Pese a su inferioridad material, las negras tienen una clara posición ganadora, por poseer una movilidad superior de sus fuerzas.

Veamos ahora cómo siguió esta película:

24. DxT ...

Nada puede salvar al blanco. Si hubieran jugado 24.DxC, hubiera seguido 24....AxA+; 25.T3A, TxT; etc.
Y si hubieran elegido 24.AxA, las negras ganaban mediante 24....TxD; 25.A2CR, T6TR! y finish.

24.... AxA+
25.D2C, T6T! y las blancas abandonaron, ya que si 26.T3A, AxT; 27.A4D, AxA y no puede evitarse el mate (los análisis son de Luis Palau).

Esta partida representa el ejemplo más bello de movilidad superior de fuerzas que he visto hasta el momento en mi vida.

Sin embargo, la teoría de aperturas aún no ha avanzado lo suficiente para evaluar al cuarto elemento de la movilidad superior en su relación con la lucha por el dominio de las casillas centrales.

La partida Petrosian–Pachman parecería demostrar que la movilidad superior terminaría siempre finalmente por imponerse. ¿Usted que opina?.

¿Tenía razón Capablanca o exageraba?.

Agradeceré que me hagan llegar sus comentarios, opiniones y observaciones sobre este interesante y poco estudiado tema a nicocapeika@yahoo.com.ar .


Queridos amigos: espero que les haya gustado el material que les he brindado en esta oportunidad, pero debo ahora despedirme ya que me queda muy poco espacio para seguir escribiendo. Debo darle movilidad a mis piernas, ya que dispongo de poco tiempo.

Atentamente,

Nicolás Capeika Calvo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno!!

rcaui dijo...

excelente articulo, habia visto la partida de rubinstein pero aun no la analizaba, gran ejemplo de movilidad superior.como aficionado principiante estos conceptos nos cambian la perspectiva y valoracion del juego